Con el X6, BMW creó en el año 2008 un nuevo concepto de vehículo que combinaba dos estilos muy diferentes como son el de un todocamino y el de un coche deportivo. Del primero incorpora la tracción 4x4 permanente, que en las versiones más potentes incluye un sistema de reparto de par independiente para cada rueda trasera, y una mayor altura libre al suelo, de 21,2 cm.
En el otro lado de la balanza ofrece una estética muy deportiva por el techo en caída en su parte trasera. Esto hace que pierda volumen de maletero y versatilidad frente al X5, con el que comparte bastidor y que cuenta con hasta siete plazas. Y también la deportividad está marcada por sus mecánicas, entre las que destaca esa bestia del X6 M con sus 575 caballos que está casi pensada para rodar en circuito.