El Rastrillo de Nuevo Futuro es muchas cosas, pero sobre todo es un matriarcado. Es esa generación de señoras permanentemente bien peinadas, esculpidas por el mismo cirujano plástico, elegantes y con expresiones como “de toda la vida” o “bueniiisssimo”. Mujeres divertidas a las que acompañan hijas y que se arrancan por sevillanas a la mínima. También compran cosas, claro, de toda la vida.