Diez años después del mayor atentado que ha sufrido España, las víctimas del 11-M han querido en esta ocasión ir de la mano, unidas en un clamor para que los políticos y las instituciones no las dejen en el olvido, la oscuridad y la soledad.
Una unidad que se ha escenificado en el primer homenaje del día: el funeral de Estado presidido por los Reyes en la catedral madrileña de La Almudena y oficiado por el cardenal arzobispo de Madrid, Antonio María Rouco Varela