Jeff Koons, el gran timo del artista vivo más caro del mundo

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Exposición de Jeff Koon en el Whitney Museum (Reuters)
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Exposición de Jeff Koon en el Whitney Museum (Reuters)

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“Arte rompedor”. “Obras de gran belleza e intensidad emocional”. “Es difícil encontrar a otro artista vivo que haya llevado hasta el límite tantas fronteras estéticas y culturales”. Así vende el Whitney Museum de Nueva York la exposición retrospectiva dedicada a Jeff Koons, inaugurada el 27 de junio, y con la que el museo ha decidido clausurar una etapa y cerrar el próximo octubre el histórico edificio de Marcel Breuer en el que desde 1966 ha tratado de dejar constancia de la evolución del arte contemporáneo estadounidense. La nueva sede, diseñada por Renzo Piano, abrirá en 2015 junto al parque High Line, en el Meatpacking District.

Sorprende el lenguaje del dossier de prensa: al leerlo uno pensaría que estamos ante el Da Vinci del siglo XXI cuando en realidad la eterna sonrisa de Koons y sus carísimos juguetes son más bien la constatación de la ausencia de certezas, de que todas las dudas estéticas y económicas que plantea hoy el arte contemporáneo carecen de respuesta lógica. O casi.

El Whitney jamás le había dedicado tanto espacio a ningún artista. La muestra ocupa todas las salas de este museo de cinco pisos, algo que ni siquiera habían conseguido clásicos como Pollock, Mark Rothko o el propio Andy Warhol, musa en abstracto de Jeff Koons, quien ha resultado ser el alumno aventajado del artista que transformó en arte una lata de sopa Campbell y supo hacer de aquella simple idea un mito que catapultó al estrellato.

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