Se querían levantar 13.508 viviendas en un secarral y multiplicar por seis la población de Seseña. Pero el empresario Francisco Hernando no contó conque la burbuja inmobiliaria le estallaría en las manos en 2007, cuando apenas había edificado 5.096 viviendas. Cuatro años después, Pocerolandia sigue siendo una ciudad donde la mayoría de los edificios luce las persianas bajadas y se computan ocho bares, cuatro tiendas de ultramarinos y un colegio de primaria. Ni rastro del centro comercial, hospitales y más escuelas que prometió su constructor. Sus vecinos aplauden que el PP arrebatase a IU el Gobierno local el 22 –M ycuatro de cada cinco inquilinos de la macrourbanización preguntados por El Confidencial tiene decidido su voto: “Para Mariano Rajoy, por supuesto”. (Publicado en 2011)