Pasiones de cine: las grandes historias de amor y cuernos del Hollywood clásico

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Orson Welles y Rita Hayworth en el rodaje de 'La dama de Shangai'
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Orson Welles y Rita Hayworth en el rodaje de 'La dama de Shangai'

Rita Hayworth "tuvo cinco maridos y numerosos amantes, pero sólo un gran amor, el que vivió con el genio Orson Welles. Hollywood bautizó a la desigual pareja 'la Bella y el Cerebro'". Se conocieron en el verano de 1943 en casa de Joseph Cotten, pero para cuando estrenaron juntos 'La dama de Shangai' (1947), estaban a punto de precipitar el final de un "amor que se pierde irremediablemente pese a su mágico inicio". El escritor Charles Higham, afirmó que Welles pensaba que "en una ciudad llena de mujeres bonitas, Hayworth era de las más bellas, [...] y de una inteligencia que a menudo pasaba desapercibida por su atractivo e inseguridad". El ego de Welles, los rodajes de Hayworth y las aventuras amorosas de ambos cavaron la tumba de su matrimonio en 1948. 
Clark Gable y Carole Lombard comiendo sandía en pareja
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Clark Gable y Carole Lombard comiendo sandía en pareja

A Clark Gable "se le tenía por un hombre casquivano" aunque fuese "en realidad un gran tímido". Ella fue una mujer llena de "joie de vivre", pero con una existencia marcada por la tragedia. Coincidieron primero en 1932 pero no se gustaron demasiado: "Carole veía a Clark como un tipo bastante soso y reservado y a él no le gustaba que ella dijera tantos tacos, ni su enorme ego". Cuatro años después bailaron juntos en una fiesta y "la llama del amor prendió". Gable la invitó a tomar la última en su habitación, pero ella lo rechazó diciendo: "¿Quién te crees que eres? ¿Clark Gable?". Vivieron su amor salpicado de infidelidades, hasta la muerte de ella en 1942 en un accidente de aviación. Gable lloró su pérdida "hasta que lo enterraron junto a ella casi 18 años después".
Mary Pickford y Douglas Fairbanks, los pioneros
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Mary Pickford y Douglas Fairbanks, los pioneros

Mary Pickford fue la primera "novia de América" mucho antes que Julia Roberts, cuando el cine estaba todavía en pañales y nadie conocía los nombres de los actores. Douglas Fairbanks era el prototipo de aventurero acróbata del cine mudo. En 1915, ambos coincidieron por vez primera. Y aunque Pickford estaba casada, comenzaron una relación extraoficial, hasta que Fairbanks le dio un ultimátum: "cásate conmigo o hemos acabado". El 28 de enero de 1920 se casaron y comenzaron una relación de idas y venidas, peleas en público y largas ausencias, hasta que en enero de 1936 se divorciaron.
Jean Gabin observa a Marlene Dietrich tocando el violín
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Jean Gabin observa a Marlene Dietrich tocando el violín

"La lista de amantes de Marlene Dietrich es interminable". Desde Gary Cooper hasta Edith Piaf. Pero con Jean Gabin fue diferente. "La 'escandalosa Marlene', la mujer que roba maridos, destroza hogares y se exhibe vestida de hombre del brazo de sus queridas, la que sobresalta al público conservador, se transformó en dulce ama de casa, acomodada en una vida discreta junto al actor francés". Sin embargo, Dietrich siguió poniéndole "toda la vida los cuernos a diestro y siniestro". Su lío con John Wayne depertó las iras más foribundas de Gabin, tanto que Rudolf Sieber, quien fue el marido legal de Dietrich durante toda su vida, tuvo que intervenir. "Su aventura amorosa sería una de las más perdurables, apasionadas y dolorosas de sus vidas", contaría Maria Riva, la hija de Dietrich. 
Humphrey Bogart y Lauren Bacall a punto de besarse
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Humphrey Bogart y Lauren Bacall a punto de besarse

"El 21 de mayo de 1945, Humphrey Bogart, astro de Hollywood, 46 años, se casó con Lauren Bacall, estrella en alza, 21". En 1944, Bogart se quería divorciar de Mayo Methot, quien lo había apuñalado en un ataque etílico de celos. Acababa de coicidir con Bacall en el set de 'Tener o no tener', el primer gran papel de la neoyorquina, y habían saltado chispas. Bogart la definió como un "pedazo de acero con curvas". Un día, "yo estaba sentada en mi camerino, y Bogey entró para saludarme", contó Bacall. "Me echó la cabeza hacia atrás y, sujetándome por la nuca, me besó. Nunca había hecho algo así. Me tendió una caja de cerillas y me pidió que le apuntara mi número de teléfono". Desde entonces siguieron juntos hasta la muerte de él en 1957.
Jean Marais y Jean Cocteu, la eterna pareja del cine francés
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Jean Marais y Jean Cocteu, la eterna pareja del cine francés

 En 1937, un joven Jean Marais que se intentaba abrir camino en el mundo de la interpretación se topaba con Jean Cocteau, un mito viviente de la cultura francesa. "Ha sucedido una catástrofe", le escribió Cocteau a Marais en un telegrama al poco de conocerlo. Marais acudió alarmado a casa de Cocteau, que ya en persona le repitió: "Ha sucedido una catástrofe". Y añadió:  "Me he enamorado de usted". "Yo también", mintió Marais. Lo que comenzó como una relación de conveniencia, acabó como una gran historia de amor y amistad. A pesar del matrimonio de Marais con una mujer y de sus otras aventuras. Un día, con Cocteau ya fallecido, "un periodista guasón le preguntó a Marais: 'Si Cocteau volviera por unos momentos, ¿qué le diría?'. 'Nada', contestó Marais. 'Le besaría'".

 

  
    
Spencer Tracy y Katharine Hepburn, amor abnegado
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Spencer Tracy y Katharine Hepburn, amor abnegado

"Spencer Tracy nunca se casó con ella, ni se lo pidió. Y Katharine Hepburn aceptó el papel de 'la otra' a conciencia, con entrega absoluta, sin exigir nada, sabiendo que él, católico empedernido, jamás se divorciaría de su mujer. Fue la suya una unión que rompió reglas y que destrozó cualquier impecable guión de Hollywood. Una relación que sobrevivió al alcoholismo y las infidelidades de Tracy, adicciones que Hepburn soportaba con estoicismo y amor, más de un cuarto de siglo, justo hasta la muerte del actor".
Natalie Wood y Robert Wagner en una imagen de 1960
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Natalie Wood y Robert Wagner en una imagen de 1960

Wagner y Wood se casaron dos veces. Una en 1957, cuando Wood no tenía ni 20 años. La otra en 1972, cuando ya eran adultos y habían tenido carreras prolíficas. La primera ruptura sobrevino tras el romance de Wood con Warren Beatty mientras rodaban 'Espendor en la hierba'. Una década después, volvieron a intentarlo, pero el punto final llegó con la tragedia. La pareja y Christopher Walken salieron a navegar un día de 1981. "'Había mucha tensión en el aire ese fin de semana', explicaría después el patrón del Splendour. En un momento de la noche, después de una fuerte discusión, Wagner dijo haberse dado cuenta de que Wood había desaparecido y con ella la lancha de emergencia. Poco después, el cadáver de Wood aparecía flotando bocabajo a dos kilómetros de la embarcación.   
Frank Sinatra y Ava Gardner, la tormenta perfecta
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Frank Sinatra y Ava Gardner, la tormenta perfecta

Ava Gardner afirmó que Frank Sinatra fue el amor de su vida. También lo definió como "cinco kilos de Frank y cuarenta y cinco de polla" cuando John Ford le preguntó qué era lo que veía en "ese alfeñique de cincuenta kilos". Se conocieron a finales de los 40, se casaron en 1951 y se divorciaron en 1953. "Bebían mucho, se peleaban con desenfreno y disfrutaban de reconciliaciones épicas. La tormentosa relación de las dos fieras duró seis años, pero fueron amigos hasta la muerte". "Su relación se basaba en dos cosas: el sexo y la cólera". Tras su ruptura, Gardner jamás se volvió a casar. Sinatra sí lo hizo, con Mía Farrow, lo que ofendió mucho a su exmujer: "Yo siempre supe que Frank quería acostarse con un tío", dijo de Farrow.
Paul Newman y Joanne Woodward, la pareja longeva
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Paul Newman y Joanne Woodward, la pareja longeva

Otto Preminger dijo: "[Paul] Newman es un caso raro dentro del negocio: está realmente enamorado de su mujer", porque es de las pocas estrellas que pudieron presumir de un matrimonio sólido durante más de medio siglo. "'«Cuando se tiene un buen so -
lomillo en casa, ¿para qué salir a comer una hamburguesa?'", explicó el actor como clave de la duración de su relación con Joanne Woodward. Fueron muy reservados en su intimidad y "nunca se se dejaron engañar por la superficial brillantez" de Hollywood. Tras la muerte de Newman en 2008, Woodward dijo que el actor había sido "el hombre más atento y romántico del mundo".
Kim Novak y Sammy Davis Junior, una historia de amor prohibida
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Kim Novak y Sammy Davis Junior, una historia de amor prohibida

"Sammy había estado con cientos de chicas blancas, algunas muy famosas, como Ava Gardner, aunque no podían considerarse romances", explicó en una ocasión Arthur Silber, amigo de Davis. "Se limitaban a salir por ahí y a acostarse. Pero esto era distinto. Frank [Sinatra] sabía que era un problema gordo". No hay fotos de la pareja. Nunca hubo confirmación oficial. En 1958, Kim Novak estrenaba 'Vértigo (De entre los muertos)' a la orden de Alfred Hitchcock y se convertía en uno de los grandes valores de Columbia Pictures. En un "país profundamente segregado", la supuesta relación entre Novak y Davis podía hacer perder al estudio y a los patrocinadores demasiados millones de dólares, así que el magnate de Columbia, Harry Cohn, hizo lo imposible por separarlos.

"Todas las escenas de amor que se ruedan en el set continúan en los camerinos cuando ha terminado el rodaje del día. Sin excepción", dicen que dijo Alfred Hitchcock en alguna ocasión. Gente guapa y exitosa encerrada durante meses en un mismo espacio, compartiendo plano, ensayos, comida y confidencias. Hollywood, el caldo de cultivo ideal para la idealización de las pasiones más arrebatadas. Cuando el límite entre pantalla y la realidad -y viceversa- se difumina nace el mito y en su época dorada la meca del cine fue una fábrica de amores sublimados. Orson Welles y Rita Hayworth, Spencer Tracy y Katharine Hepburn o adictos al matrimonio como Mickey Rooney, Lana Turner o Elizabeth Taylor -con ocho "sí quiero" por barba- configuraron la iconografía del amor con mayúsculas para el público de todo el mundo, aunque en realidad fuesen "amores de alto voltaje que no están hechos para perdurar".

El escritor y crítico de cine Juan Tejero ha seleccionado las parejas más icónicas del Hollywood clásico y las ha reunido en su último libro, 'Pasiones de cine' (Bookland, 2017), en el que contrasta la imagen pública de las estrellas de cine a una vida privada plagada de desengaños, 'tours de force' y "furia entre sábanas". Pocos de los matrimonios de entonces fueron duraderos y menos todavía estuvieron libres de infidelidades. "En una época en la que los códigos de producción (como el Código Hays, de 1934) abogaban por que el cine reflejara los valores morales cristianos, prácticamente en todos los platós se vivían tórridos romances extramatrimoniales", cuenta Tejero en su libro.

"En el Hollywood de la edad de oro, los estudios querían que el comportamiento de sus artistas reflejaran en su vida privada la imagen que ofrecían en la pantalla, por lo que todos estaban obligados a firmar una cláusula moral en la que prometían que no harían nada que pudiera poner en peligro su reputación", prosigue. "Las actrices no podían salir de casa sin estar vestidas y maquilladas de modo impecable y los actores debían comportarse siempre como caballeros, ya que en todos los platós había espías encantados de irles con el cuento a los cronistas de sociedad. En la costa Oeste, a la columnista Louella Parsons se le sumaron Hedda Hopper y Sheila Graham, que formaron lo que se conoció como la 'nada sagrada trinidad', mientras que en Nueva York merodeaba Walter Winchell, famoso por su falta de escrúpulos".

Historias de naturaleza efímera en el plano real y eterna en el simbólico en las que los bellos y poderosos se unieron para materializar las fantasías de su generación. "Son historias de cine envueltas en celos, éxitos y fuego que, en muchas ocasiones, culminan en separación", explica Tejero en 'Pasiones de cine'. "Porque las estrellas del celuloide pueden tener más dinero que los demás, pero también lo tienen más difícil cuando se trata de encontrar el verdadero amor. Este libro es una celebración de algunas que sí lo experimentaron de verdad. Al menos, durante un tiempo".

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