El 21 de agosto de 1987 se estrenó en la cartelera de Estados Unidos 'Dirty Dancing' —a España llegaría casi un año después, el 24 de junio de 1988—, ajena a que 30 años después la película protagonizada por Patrick Swayze y Jennifer Grey ostentaría el estatus de película de culto y clásico generacional.
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Basada en las experiencias de juventud de su guionista, la novelista neoyorquina Eleanor Bergstein, el filme, disfrazado de comedia romántica convencional, trascendió su propio marco diegético para convertirse en una referencia cultural que propuso el debate sobre temas como el aborto, la lucha de clases, el feminismo, el sexo y la violación.
La película convirtió además a Patrick Swayze en un icono mundial, su banda sonora es una magdalena de Proust para las generaciones que vivieron 'in situ' su 'boom' comercial y un paradigma de la electrónica ochentera para aquellos que no, y a su director, Emile Ardolino, en un realizador recurrente de comedia, que rodó títulos como 'Sister Act' y 'El cielo se equivocó' antes de su muerte, en 1993.