Tres décadas después de su última gran exposición en España, el más agónico centauro del expresionismo nórdico regresa a nuestro país con una muestra (casi) total. Y es que las más de 80 piezas del pintor noruego Edvard Munch (1863-1944) que el museo Thyssen-Bornemisza acoge desde hoy en Madrid ofrecen un medido resumen de su arte que no incluye el original -aunque sí una litografía- de 'El grito', ese cuadro-símbolo de la histeria contemporánea.
Con el título de 'Arquetipos', la exposición discurre por las etapas pictóricas del artista, y de sus demonios. Apuntes impresionistas, simbolismo tajante, dinamismo dramático y ese vitalista final en el que irrumpen desnudos juveniles, colores fantásticos y testimonios encandilados del mundo. Organizado todo en nueve conjuntos: Melancolía, Muerte, Pánico, Mujer, Melodrama, Amor, Nocturnos, Vitalismo y Desnudos.