Sujétate bien al asiento, apóyate en una pared o directamente siéntate en el suelo, porque estás a punto de descubrir que algunas de tus comidas favoritas (las tomes o no con asiduidad) no son lo que realmente pensabas que eran.
Algunas se elaboran de manera muy diferente a la que nos imaginamos (por algo será). En otros casos, su campaña de márketing o etiquetado nos hacen creen lo que no son. Y, en ocasiones, por pura tradición siempre hemos pensado que se enmarcaban en un lugar muy concreto (y erróneo) de la tabla de los alimentos. Dale a la flecha para descubrir cuáles son.