¿En el armario o en la nevera? ¿Dónde guardo estos alimentos?

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Aguacate (depende)
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Aguacate (depende)

Si hemos comprado un aguacate maduro, podemos meterlo en la nevera sin miedo. Si aún está verde, debemos dejarlo fuera para que termine de madurar, puesto que el frío detiene dicho proceso y el alimento se endurecerá. A medida que que las enzimas de maduración se vuelven inactivas, otras causarán daño celular y ennegrecerán su piel, comenta la doctora Lisa Ackerley, experta en higiene alimentaria. 
Queso (a la nevera)
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Queso (a la nevera)

Son altos en proteínas. Los quesos blandos como la mozzarella o el queso de cabra tienen una vida útil más corta ya que tienen bajos niveles de sal. Cheddar, edam o gruyer conservan mejor el sabor gracias al frío. El queso manchego o el parmesano pueden quedarse fuera. "Una vez hayamos quitado su envoltorio al queso, debe ser refrigerado", comenta la experta en alimentación, Belinda Sturart.
Mantequilla (al armario)
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Mantequilla (al armario)

A diferencia de la leche o la nata, la mantequilla no se echará a perder si se mantiene fuera de la nevera (al menos un par de días). Al ser pasteurizada y altamente grasa (80%), repele las bacterias y alarga su vida útil. La experta en higiene alimentaria Lisa Ackerley aconseja dejar "pequeñas cantidades" cubiertas sobre la mesa para facilitar su utilización, aunque "solo unos pocos días, ya que se ponen rancias".
Huevos (a la nevera)
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Huevos (a la nevera)

El mayor riesgo con los huevos es la salmonela, la bacteria que causa intoxicación alimentaria y más de 100.000 muertes al año. La Food Standards Agency recomienda almacenarlos en la nevera ya que el cambio de temperatura aumenta el riesgo de contraer la bacteria. Según la doctora Stuart, "pueden sacarse una hora antes del cocinado y así no ocasionar ningún daño".
Chocolate (al armario)
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Chocolate (al armario)

Las altas temperaturas que sufre nuestro país durante el verano provocan que nos hayamos acostumbrado a guardarlo en la nevera, cuando no deberíamos hacerlo. El frío provoca la pérdida del sabor y un cambio en su textura. El sabor del chocolate es fácilmente contaminable ya que absorbe los olores. El cambio de temperatura recristaliza su azúcar como un revestimiento granulado blanco que sale a la superficie.
Mermelada (al armario)
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Mermelada (al armario)

A diferencia de la salsa de tomate, meter la mermelada en la nevera puede estimular el crecimiento de moho. Esto se debe a la condensación causada por el aire caliente que está dentro y que se utiliza para la preservación. Gracias a su contenido en fruta y su acidez, la mermelada inhibe el cremiento de bacterias. Debe estar en la despensa. 
Salsas (a la nevera)
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Salsas (a la nevera)

Gran cantidad de salsas se deben meter en la nevera. Kétchup, mayonesa o mostaza son las principales. En el caso del primero, puede conservarse fuera de la nevera, siempre y cuando sea un lugar fresco y seco y esté sin abrir, pero una vez destapado debe meterse en el frigorífico. "Pueden ponerse rancias si se mantienen a temperatura ambiente," dice la doctora Lisa Ackerley.
Encurtidos (a la nevera)
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Encurtidos (a la nevera)

Una vez abiertos son más seguros en la nevera aunque "debemos leer las etiquetas, muchos podrán decir que son mejores a temperatura ambiente", comenta la doctora Ackerley. Si son caseros con mucha más razón, los frascos son susceptibles al cremiento de moho. Si los vas a mantener sin abrir, su gran cantidad de vinagre actúa como conservante. Mientras no los abras, pueden permanecer perfectamente fuera del frigorífico.
Plátanos (al armario)
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Plátanos (al armario)

Crecen en climas cálidos, por lo que la temperatura de la nevera no les conviene demasiado. Pasa lo mismo que con el aguacate o las frutas tropicales. Si se enfrían, su maduración se inhibe y otras enzimas entran en acción causándoles daños y poniendo su piel de un color negruzco. Almacenarlos en un lugar fresco hará que maduren a un ritmo normal. 
Vino (a la nevera)
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Vino (a la nevera)

Un vinito blanco fresquito mucho mejor, eso está claro. La oxidación del vino se acelera a mayor temperatura. Por ello es conveniente guardar la botella en el frigorífico si no vamos a bebérnosla de una sentada. Si el vino es tinto, sácalo de la nevera dos o tres horas antes de volver a servirlo. A nadie le gusta el vino recién sacado del frigorífico. Recuerda en cualquier caso que el frío ralentiza el proceso de oxidación del vino, pero no acaba con él.

En ocasiones tendemos a almacenar las cosas en el frigorífico como si de un armario cualquiera se tratase. La idea de "en la nevera siempre están mejor las cosas” no es cierta del todo. Hay ciertos alimentos que pierden parte de sus propiedades al someterlos a tan baja temperatura.

Entre otras cosas, su sabor. Puede que pensemos que vale la pena sacrificar algo de paladar en favor de que duren más tiempo, y sin embargo lo estamos viendo desde el punto de vista equivocado. Por eso hacemos un repaso por algunos de los alimentos que solemos almacenar en la nevera, pero que en realidad estarían mejor sin él. ¡Qué equivocados estábamos!

Alma, Corazón, Vida