Se hacen llamar Dirty Kids y son los herederos de los antiguos hobos norteamericanos. Jóvenes nacidos en los años 90 que rechazan una sociedad en la que dicen no encajar para hacer del viaje su vida. La fotoperiodista Emily Kash les acompañó durante seis meses en su aventura por Estados Unidos siguiendo esa vía que esperan que les lleve a la libertad.