Hay muchos factores que influyen en nuestra esperanza de vida: los genes juegan su papel, pero también la calidad del aire que respiramos, el sistema de salud del que disfrutamos, el deporte que hacemos… En los últimos años se ha avanzado mucho en el estudio del envejecimiento y parece que nuestros hábitos de vida son determinantes para tener una vida larga y saludable pero, entre ellos, la dieta es quizás el más importante y, además, aquel que podemos modificar con más facilidad.
Ninguna comida en concreto puede hacer por sí sola que vivamos más, pero si priorizamos la ingesta de unos alimentos y reducimos la de otros estaremos ganando en salud y en años de vida. El consumo de estas viandas ha sido relacionado en diversos estudios científicos con la reducción del riesgo de padecer importantes enfermedades y, por tanto, con la protección frente a una muerte prematura.