A los jóvenes españoles ya no les interesa tener coche... y otras mentiras por el estilo
Un estudio centrado en hábitos, deseos y opiniones de los jóvenes en España y otros países muestra que el interés por usar un coche sigue vigente, y que la mayoría disfruta conduciendo. Pero también que su alto precio suele ser una barrera
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El Observatorio Cetelem, un referente desde 1997 para conocer los hábitos y tendencias del consumidor español, acaba de publicar el Estudio Europa de Automoción 2025, donde, basándose en 16.000 entrevistas a personas de entre 18 y 65 años, analiza la relación de los jóvenes con la movilidad y el automóvil en 10 países europeos (Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Portugal), así como en China, Estados Unidos, Japón y Turquía. Y en contra de la idea que normalmente se transmite, los jóvenes no están desconectados del automóvil, y siguen viéndolo como un bien de consumo deseable y necesario para su vida. Y como ocurría décadas atrás entre la mayoría, tan pronto como tienen la posibilidad legal de hacerlo tratan de ponerse al volante de un vehículo. De hecho, el carné de conducir sigue siendo una necesidad temprana, pues en España el 38% de los conductores obtiene su carné de conducir a los 18 años, dos puntos más que la media europea. Con 19 o 20 años se saca el carné otro 27%, que es el mismo porcentaje que la media europea, mientras que un 23% lo obtienen entre los 21 y los 25 años, frente al 20% en el conjunto de Europa. De hecho, en nuestro país solo un 12% afirma haber obtenido el permiso de conducir con más de 25 años.
En cuanto a la compra del primer coche, el informe de Cetelem revela un dato sorprendente: la mitad de los jóvenes europeos menores de 20 años que viven en ciudades de menos de 20.000 habitantes ya poseen un vehículo, una proporción muy superior a la de las grandes ciudades, donde existe una oferta mayor de alternativas de movilidad y están más presentes los problemas derivados del coche en propiedad, como la dificultad de estacionamiento o las restricciones de acceso a determinadas zonas.
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No obstante, cuando se pregunta a los que no tienen coche sobre la razón principal de que eso sea así, el 59% de los jóvenes entre 18 y 29 años responde que cuestan demasiado, cuando esa respuesta solo se da en el 53% de los entrevistados entre 30 y 49 años, y en el 49% de los encuestados con edad superior a 50 años.
La segunda respuesta más frecuente entre los más jóvenes, con un 27%, es que no necesitan el coche. Curiosamente, los entrevistados con más edad responden más frecuentemente que no tienen coche porque no lo necesitan: un 30% de los que tienen entre 30 y 49 años, y un 40% de los de más de 50 años. Y los jóvenes sin coche también lo justifican con argumentos como la dificultad de aparcamiento (6%), que es un medio de transporte demasiado contaminante (4%) y que no les gusta conducir (4%).
En cuanto a los jóvenes que sí han comprado ya un coche, el 59% de los europeos menores de 30 años ha encontrado su primer vehículo en el mercado de ocasión, frente a un 41% que lo compró nuevo, cuando en España la proporción es la opuesta, pues el 56% lo compraron nuevo y el 44% optaron por un coche usado. Quizás por eso, el estudio destaca otra realidad que puede sorprender: si el precio medio en Europa para la compra del primer coche es de 13.985 euros, en España los jóvenes que adquieren un vehículo superan ese promedio, y gastan 15.625 euros.
Suelen pasar de eléctricos
Y en relación con las motorizaciones, los coches de gasolina son la opción preferida por los jóvenes europeos, seguidos de los eléctricos y los de motor diésel. El estudio destaca que el precio es la segunda razón esgrimida por los jóvenes para no adoptar coches eléctricos, con un 31% de respuestas en ese sentido, pero que en este caso la razón principal es otra: el 32% lo atribuye a las dificultades potenciales de recarga, y consideran eso como un obstáculo a la libertad de movimiento, cuando es precisamente ese el valor esencial de un vehículo. Además, y como tercera razón más frecuente para no comprar eléctricos, aparece la autonomía de esos vehículos.
Por otro lado, y de acuerdo con el estudio, siete de cada 10 jóvenes europeos aseguran que disfrutan de la conducción, y uno de cada dos encuestados menores de 30 años considera que la imagen que tienen de los automóviles ha mejorado en los últimos cinco años, mientras que solo un 14% asegura que la imagen de estos se ha deteriorado. Una mejora de la imagen del coche que es mayor en las ciudades que en las zonas rurales y poblaciones de menos de 20.000 habitantes, debido al creciente protagonismo de los coches eléctricos e híbridos en los entornos urbanos.
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En todo caso, para seis de cada 10 conductores europeos menores de 30 años resulta inimaginable vivir toda la vida sin coche, siendo franceses y estadounidenses los más reticentes a la idea de vivir sin ningún automóvil, mientras que turcos, polacos y chinos son más receptivos a ese supuesto. Y cuando se les pregunta por el presente a los que actualmente tienen al menos un coche a su disposición, el 77% afirma que es esencial para ellos en el día a día. Sobre esto, el estudio no encuentra grandes diferencias entre los residentes en áreas urbanas y rurales, pero sí en función de la situación personal, pues las jóvenes parejas con hijos enfatizan aún más la necesidad de tener un coche para los desplazamientos diarios, como llevar a los niños a la escuela y a las actividades extraescolares, o hacer la compra.
Caminar sigue de moda
Y cuando se pregunta a los jóvenes que ya usan un coche si utilizan otros medios de transporte con frecuencia, el 52% responde que lo simultanean con el transporte público, cuando solo responden así el 39% de los conductores de entre 30 y 49 años, y el 38% de los usuarios de coche con edades superiores a 50 años. No obstante, los jóvenes conductores recurren aún con más frecuencia a otro medio de transporte alternativo: caminar, pues lo hace el 57%, aunque los más andarines sean, curiosamente, los conductores mayores de 50 años, pues un 64% de ellos va caminando a los sitios cuando decide no utilizar su vehículo.
Muchos menos adeptos tienen entre los jóvenes conductores encuestados otros medios como la bicicleta convencional (20% la usan cuando no cogen el coche), la bicicleta eléctrica (13%), las motocicletas, ciclomotores o escuters (8%) o las nuevas soluciones de movilidad personal como los patinetes (7%), mientras que un 6% declara que solo se desplazan en coche. Al respecto, Países Bajos y Polonia son los países que se muestran más receptivos a desplazarse en bicicleta, mientras que Portugal y Reino Unido en Europa, o Estados Unidos a nivel mundial, son los más reacios.
Eso en lo referente a jóvenes que ya son usuarios habituales de un coche existente en el hogar, pero ¿cómo se desplazan los jóvenes de entre 18 y 29 años que no disponen de uno? Pues según el Estudio Europa de Automoción 2025, el 69% emplea en alguna ocasión su bicicleta, y el 56% comparte coche pero viajando como pasajero. El 35% afirma que en ocasiones ha alquilado un coche en una empresa de alquiler a corto plazo, el 34% que es usuario de servicios de carsharing, o coche compartido, y el 32% que ha alquilado alguna vez una bicicleta.
Seguridad, libertad... y cambio climático
La seguridad, la libertad y la practicidad son, por este orden, las tres cualidades del coche que más destacan los jóvenes entrevistados, y entre los criterios de compra más citados cuando se les pregunta por la hipotética adquisición de un vehículo, el 45% de los conductores menores de 30 años considera el precio como principal factor, aunque los que responden así son, en proporción, menos que entre los conductores de mayor edad. Pero para todos, sea cual sea la edad, la seguridad es el segundo criterio de compra.
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Por contra, casi la mitad de los jóvenes encuestados, un 44%, considera que el coche es la principal causa del cambio climático y el calentamiento global, y un 64% piensa que es la principal fuente de contaminación en las ciudades. En este sentido, los jóvenes se muestran menos indulgentes que los mayores, pero también más equivocados o peor informados si tenemos en cuenta los datos globales sobre emisiones, que no señalan precisamente al transporte como principal fuente de CO2 a nivel mundial.
En todo caso, el 52% de los conductores menores de 30 años considera que las medidas medioambientales que se imponen a los coches y a su uso son suficientes, frente al 24% que estima que son insuficientes, o al 13% que opina que son excesivas. Pero sobre este asunto, la gran mayoría se muestra muy optimista, pues el 84% de los jóvenes destacan que los avances tecnológicos mejorarán el impacto medioambiental del automóvil, una opinión, no obstante, que es compartida por los conductores de otras edades. Pero, curiosamente, no coinciden jóvenes y mayores en su percepción de las ventajas del coche eléctrico en el capítulo de la ecología: uno de cada dos jóvenes ve en el coche eléctrico un medio más respetuoso con el medioambiente, cuando entre los mayores de 50 años solo cree eso uno de cada cuatro.
Quizás por eso, los jóvenes son entusiastas respecto al futuro del coche eléctrico, pues el 47% cree que en los próximos años su presencia será más relevante. Contrasta ese dato con la opinión de los mayores de 50 años, que se muestran más cautos al respecto, y solo un 30% cree que la presencia del coche eléctrico será más relevante. Sobre eso, el 60% de los jóvenes opina que el coche eléctrico reemplazará a los vehículos de motor térmico en el futuro.
El Observatorio Cetelem, un referente desde 1997 para conocer los hábitos y tendencias del consumidor español, acaba de publicar el Estudio Europa de Automoción 2025, donde, basándose en 16.000 entrevistas a personas de entre 18 y 65 años, analiza la relación de los jóvenes con la movilidad y el automóvil en 10 países europeos (Alemania, Bélgica, España, Francia, Italia, Noruega, Países Bajos, Polonia, Reino Unido y Portugal), así como en China, Estados Unidos, Japón y Turquía. Y en contra de la idea que normalmente se transmite, los jóvenes no están desconectados del automóvil, y siguen viéndolo como un bien de consumo deseable y necesario para su vida. Y como ocurría décadas atrás entre la mayoría, tan pronto como tienen la posibilidad legal de hacerlo tratan de ponerse al volante de un vehículo. De hecho, el carné de conducir sigue siendo una necesidad temprana, pues en España el 38% de los conductores obtiene su carné de conducir a los 18 años, dos puntos más que la media europea. Con 19 o 20 años se saca el carné otro 27%, que es el mismo porcentaje que la media europea, mientras que un 23% lo obtienen entre los 21 y los 25 años, frente al 20% en el conjunto de Europa. De hecho, en nuestro país solo un 12% afirma haber obtenido el permiso de conducir con más de 25 años.