Etiquetas, ZBE, multas y restricciones de circulación: bienvenidos al 2025, el año del carajal
Ya es enero del 2025 y muchas cosas cambian en las ciudades para los conductores españoles. ¿Qué cambia? Difícil saberlo, porque cada municipio va por libre, muy pocos informan y otros improvisan. Un mapa interactivo arroja algo de luz
Dice el refranero, casi siempre sabio, que "a río revuelto, ganancia de pescadores". Y en lo que respecta a los usuarios del automóvil, las aguas bajan de lo más revueltas en las grandes ciudades desde hace unos años, donde una verdadera ensalada de nuevas siglas como SER (Servicio de Estacionamiento Regulado), ZER (Zona de Estacionamiento Regulado), ZEL (Zona de Estacionamiento Limitado), ZBE (Zona de Bajas Emisiones), ZBEDEP (Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección), ESRO (Estacionamiento regulado de Rotación), OLA (Ordenanza Limitadora del Aparcamiento), OTA (Ordenanza de Tráfico y Aparcamiento) e incluso OCA (Ordenanza Castreña de Aparcamiento), llevan al límite las habilidades y capacidades del conductor. Ni en eso parecen haber sido capaces de ponerse de acuerdo los grandes ayuntamientos de este país, demostrando que, al menos en lo referente al tráfico y el estacionamiento, la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) coordina poco. Porque cada ciudad va por libre y el ciudadano, al que ya le resulta dificil conocer la normativa de su propia localidad, acaba cayendo en casa o a domicilio, si se nos permite el símil deportivo.
Nos lo contaba con cierta resignación Julio, un vallisoletano que días atrás llegaba en su coche con etiqueta B a Madrid para volver a visitar la capital y realizar las compras navideñas, y nada más desviarse de la A-6 hacia la vía de circunvalación M-30 se encontraba carteles que le sugerían consultar las restricciones. "Cuando vas conduciendo y ves eso, no sabes realmente qué hacer, pues piensas que en cada desvío que cojas van a multarte; pero tampoco te puedes parar en ese momento a buscar esas restricciones. Alguien dirá que eso me pasa por venir a Madrid sin consultar antes, pero seguro que este problema lo tendrán miles de personas, porque la señalización no es clara". De hecho, Julio había caído en la cuenta del pequeño tamaño de las señales instaladas por la mayoría de los consistorios para advertirnos de nuestra entrada en una zona regulada. "Vas por una vía de tres o cuatro carriles y la señal, diminuta, está solo en el arcén derecho y es casi inapreciable; y otras veces la señal está camuflada en la acera junto a otros muchos carteles, o entre ramas de árboles. Si de día ya es imposible leer lo que pone, de noche no ves ni la señal", nos explica este usuario castellano que teme haber acumulado alguna sanción en pocas horas. Ganancia de pescadores, sin duda.
¿Podemos usar el coche en 2025?
Pero a la deficiente señalización y la desinformación generalizada, porque los municipios no suelen llevar a cabo campañas divulgativas, se unen otros factores desconcertantes para el usuario, como la falta de un patrón común para las 151 ciudades españolas con más de 50.000 habitantes donde deben activarse las ZBE por mandato europeo. De hecho, y tras la aprobación de la Ley de Cambio Climático y Transición Energética en 2021, los dos últimos años se han convertido en un constante tira y afloja entre las diferentes Administraciones, una situación marcada por las prisas de algunos municipios por empezar a restringir y multar, y la resistencia de otros a condenar a muchos de sus vecinos a cambiar de coche o a no poder usar vehículos que, en realidad, sí cumplen la ley, pues pasan regularmente las inspecciones técnicas y pagan religiosamente los impuestos de circulación. De hecho, ya hay sentencias que anulan algunas medidas municipales por haber despreciado el impacto económico en sus vecinos, como la del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) contra el Ayuntamiento de la capital, que podría haber cobrado indebidamente más de 33 millones en multas.
Y a todo eso se suma la improvisación. Un ejemplo claro lo tenemos también en el consistorio madrileño, que hace pocas semanas, ya metidos en diciembre y a pocos días de que una sexta parte de los vehículos empadronados en la ciudad tuviesen prohibida la circulación por el municipio, decidió dar marcha atrás y permitir que los coches sin etiqueta puedan usarse un año más, durante todo el 2025. Siempre y cuando ese vehículo esté registrado en la capital desde antes de enero de 2022. Además, durante este periodo de transición los conductores madrileños recibirán notificaciones, con caracter informativo, retrasándose la imposición de multas hasta el 1 de enero de 2026.
No obstante, la prórroga llegaba tarde para miles de madrileños, que en los últimos meses han tenido que afrontar la compra de un vehículo con etiqueta o, peor aún, han malvendido o incluso regalado su vehículo sin distintivo. Lo saben bien cientos o miles de usuarios del entorno rural español, que en los últimos meses han encontrado chollos en las grandes ciudades. En algunos casos, los automóviles sin etiqueta, muchas veces en perfecto estado de conservación, seguirán contaminando lo mismo o más que hasta ahora, pero a 20 kilómetros de distancia.
Por no entrar en la poco científica y muy injusta política de concesión de etiquetas ambientales existente en nuestro país, que premia más la tecnología que la eficiencia real, de manera que coches nuevos con consumos y emisiones bajísimos, pero que no son híbridos, reciben solo la etiqueta C, a modo casi de castigo, mientras que otros, de potencia, gasto, peso, tamaño y emisiones muy superiores, son premiados con la etiqueta Eco por contar con un pequeño sistema eléctrico de apoyo al motor de combustión, lo que les convierte en híbridos y, de cara a las autoridades, en más limpios y ecológicos. Contra eso poco se puede hacer porque hasta los fabricantes de coches, en cierto modo perjudicados también, han acabado comulgando. Como resultado, las autoridades ponen en su punto de mira a los coches con más años, amparándose en la etiqueta y no realmente en las emisiones, mientras las calles reciben coches nuevos, siempre más caros, con etiquetas Eco y Cero Emisiones pero que no necesariamente son más respetuosos con el entorno que muchos de los vehículos jubilados. Europa, año 2025.
Mapa interactivo con 151 ciudades
En cuanto a las nuevas restricciones en las grandes ciudades españolas para este año que ahora comienza, lo mejor será consultar el mapa interactivo que Astrave (Asociación de Transformadores de Vehículos) incluye en su web, y donde podemos consultar, con la información facilitada hasta la fecha por los diferentes ayuntamientos, la situación actual de las Zonas de Bajas Emisiones en las 151 localidades afectadas, aunque muchas ciudades siguen sin tenerlas activadas e, incluso, sin comunicar en qué consistirán sus ZBE.
Sí hay más coordinación, en cambio, a la hora de fijar a nivel nacional las multas para los infractores, pues los conductores que circulen indebidamente por una ZBE con un vehículo no autorizado podrán ser sancionados con 200 euros, o 100 euros por pronto pago. Por tanto, conviene tomar una serie de precauciones, y la primera es salir de dudas sobre la normativa vigente en cada ciudad, para lo cual sirven mapas interactivos como el de Astrave o, mejor aún, la información que nos faciliten en nuestro ayuntamiento o el de la localidad que pensemos visitar. Con esos datos, y conociendo cuál es la etiqueta de nuestro vehículo (los coches sin distintivo tienen realmente etiqueta A) ya podremos planificar una ruta segura con el vehículo, elegir otro medio de transporte alternativo o idear un itinerario mixto: usar nuestro coche hasta un punto sin restricciones donde podamos estacionar, para seguir a partir de ahí en transporte público, por ejemplo.
En todo caso, el cerco a los vehículos más antiguos o sin etiqueta se intensificará paulatinamente en las ciudades con más de 50.000 habitantes, de modo que el usuario debería pensar en un plan de futuro: ¿cambio el coche por otro, o incluso prescindo de él? ¿cambio de domicilio en busca de una localidad más pequeña? ¿opto por otro medio de transporte para mis trayectos habituales? Y los vehículos con etiqueta B son los siguientes en la lista: Málaga, por ejemplo, ya ha anunciado que las restricciones se ampliarán en 2026 a los vehículos con distintivo B que no estén empadronados en esa ciudad, mientras que en los mayores centros urbanos de Cataluña, los vehículos con etiqueta B tendrán prohibida la entrada en días de alta contaminación a partir del 2026, siendo la restricción total y definitiva para ellos en 2028.
Dice el refranero, casi siempre sabio, que "a río revuelto, ganancia de pescadores". Y en lo que respecta a los usuarios del automóvil, las aguas bajan de lo más revueltas en las grandes ciudades desde hace unos años, donde una verdadera ensalada de nuevas siglas como SER (Servicio de Estacionamiento Regulado), ZER (Zona de Estacionamiento Regulado), ZEL (Zona de Estacionamiento Limitado), ZBE (Zona de Bajas Emisiones), ZBEDEP (Zona de Bajas Emisiones de Especial Protección), ESRO (Estacionamiento regulado de Rotación), OLA (Ordenanza Limitadora del Aparcamiento), OTA (Ordenanza de Tráfico y Aparcamiento) e incluso OCA (Ordenanza Castreña de Aparcamiento), llevan al límite las habilidades y capacidades del conductor. Ni en eso parecen haber sido capaces de ponerse de acuerdo los grandes ayuntamientos de este país, demostrando que, al menos en lo referente al tráfico y el estacionamiento, la FEMP (Federación Española de Municipios y Provincias) coordina poco. Porque cada ciudad va por libre y el ciudadano, al que ya le resulta dificil conocer la normativa de su propia localidad, acaba cayendo en casa o a domicilio, si se nos permite el símil deportivo.
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