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El Toro de Osborne en las carreteras españolas: cuál es su origen, dónde están, cuántos quedan y por qué fue indultado
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ESTA ES LA HISTORIA

El Toro de Osborne en las carreteras españolas: cuál es su origen, dónde están, cuántos quedan y por qué fue indultado

El Toro de Osborne, nacido como una campaña publicitaria en 1956, traspasó su mero objetivo para convertirse en un icono cultural y símbolo indultado por el Tribunal Supremo, presente en carreteras de España… y también del extranjero

Foto: La primera silueta del toro se instaló en 1957 en la localidad de Cabanillas de la Sierra
La primera silueta del toro se instaló en 1957 en la localidad de Cabanillas de la Sierra

La historia del Toro de Osborne tiene sus raíces en una pequeña bodega fundada en 1772 en El Puerto de Santa María, Cádiz, por James Duff y Juan Haurie. Aunque en un principio la empresa se dedicaba a la producción de vino, su evolución la ha llevado a convertirse en un emblema de la gastronomía española. Fue en 1857 cuando Aurora Böhl de Faber, viuda de Thomas Osborne, adquirió el 100% de la compañía y consolidó la marca Osborne como uno de los grandes nombres del sector.

Durante el siglo XX, la compañía buscaba nuevas formas de destacar en el mercado, especialmente con su brandy Veterano. En 1956, la empresa decidió apostar por una campaña publicitaria diferente y encargó a la agencia Azor Publicidad que diseñara un anuncio impactante que pudiera colocarse en las carreteras. Fue entonces cuando Manolo Prieto, director de la agencia, creó la icónica silueta de un toro, un símbolo de la fuerza y el orgullo de la cultura española, que rápidamente cautivó a la audiencia.

La primera silueta del toro se instaló en 1957 en la localidad de Cabanillas de la Sierra, Madrid, con una estructura de madera de cuatro metros de altura. Sin embargo, con el tiempo, las inclemencias del clima y la necesidad de que el símbolo fuera más visible provocaron que en 1961 se reemplazara por una versión metálica más grande, de siete metros. Así, el toro se fue consolidando como parte del paisaje español, hasta convertirse en un elemento icónico de las carreteras.

Un indulto histórico: el Toro de Osborne en las carreteras

La expansión del toro por las carreteras españolas no estuvo exenta de obstáculos. En 1962, un decreto obligó a reubicar las vallas publicitarias a mayor distancia de las carreteras, lo que resultó en que los toros crecieran en tamaño para mantener su visibilidad. En 1988, una nueva Ley de Carreteras prohibió toda publicidad en los márgenes de las vías, lo que implicaba la retirada de los toros de Osborne. Ante esta situación, la empresa decidió eliminar el nombre de la marca de las siluetas, conservando únicamente el toro.

A pesar de este cambio, en 1994, el Real Decreto del Nuevo Reglamento General de Carreteras exigía la eliminación definitiva de los toros. Sin embargo, la presión popular y el reconocimiento de su valor cultural y estético hicieron que, en 1998, el Tribunal Supremo dictara sentencia a favor del indulto de los toros de Osborne, considerando que ya no eran meramente publicitarios, sino patrimonio cultural de España. De este modo, se permitió su permanencia en las carreteras, consolidando su estatus como uno de los símbolos más reconocibles del país.

Toros en las carreteras españolas y más allá

Actualmente, 92 toros de Osborne continúan adornando las carreteras españolas, aunque en su época dorada se llegaron a colocar más de 200. Andalucía es la comunidad autónoma que más toros conserva, con un total de 24, seguida de Castilla-La Mancha y Castilla y León, ambas con 14. En Madrid sobreviven dos toros, mientras que en comunidades como Murcia, Ceuta, Cataluña o Cantabria ya no queda ninguno.

El Toro de Osborne sigue representando, tras más de seis décadas, la identidad y la pasión de todo un país

Además de los que se encuentran en España, este icónico símbolo también ha viajado más allá de las fronteras. Dinamarca, México y Japón albergan un ejemplar cada uno, en lugares tan variados como el Superkilen Park de Copenhague, una carretera en Veracruz, o un bosque en la prefectura de Niigata. Estos toros internacionales reflejan la enorme trascendencia de un símbolo que, nacido de una campaña publicitaria, ha conquistado el imaginario cultural tanto dentro como fuera de España.

La historia del Toro de Osborne tiene sus raíces en una pequeña bodega fundada en 1772 en El Puerto de Santa María, Cádiz, por James Duff y Juan Haurie. Aunque en un principio la empresa se dedicaba a la producción de vino, su evolución la ha llevado a convertirse en un emblema de la gastronomía española. Fue en 1857 cuando Aurora Böhl de Faber, viuda de Thomas Osborne, adquirió el 100% de la compañía y consolidó la marca Osborne como uno de los grandes nombres del sector.

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