¿Pueden distinguirse las 34 motos camufladas que usará este verano la DGT en carretera?
La DGT ya patrulla las carreteras españolas con motos camufladas y conducidas por la Guardia Civil. Lo mejor, cumplir las normas siempre, sobre todo en plena operación salida
Nunca la Dirección General de Tráfico (DGT) había contado con tal cantidad de medios técnicos y vehículos para la vigilancia de nuestras carreteras, y a los 12 helicópteros Pegasus, 39 drones, 245 cámaras de control de móvil y cinturón, 545 radares móviles, 780 radares fijos (de ellos, 92 radares de tramo) y cientos de vehículos de dos y cuatro ruedas de la Guardia Civil de Tráfico, se suman este verano como novedad 34 motos camufladas, pertenecientes también a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y que operarán de forma prioritaria durante los fines de semana y en tramos de carretera convencional con una alta siniestralidad, especialmente de motoristas. También lo harán por ejemplo durante esta operación salida de agosto.
Se trata de motocicletas que prescinden de la decoración oficial de la Guardia Civil o de los sistemas lumínicos de advertencia, de manera que a los ojos de cualquier usuario son motos 'normales', pues tampoco sus matrículas serán las oficiales, sino placas con numeración convencional. ¿Es posible identificar esas nuevas motos camufladas de algún modo? Pues realmente no, y de ahí lo de 'camufladas'. Pero en las pruebas que realizó la Guardia Civil en 2020 en algunas carreteras gallegas, especialmente en la provincia de Pontevedra, se emplearon al parecer solo dos modelos de moto, ambas de generoso tamaño y gran cilindrada: la BMW R 1150 RT y la Honda ST 1300 Pan European. Pero no es descartable que entre las 34 motos que ahora están en servicio existan otros modelos.
Durante las pruebas realizadas hace dos años, los agentes que las manejaban sí iban parcialmente uniformados, aunque no con la indumentaria oficial completa de los motoristas de la Guardia Civil, sino con ropa que les permitía identificarse como miembros de la Benemérita, pero también les hacía pasar desapercibidos en el tráfico, pues podían ocultar parcialmente ese uniforme con chalecos reflectantes, por ejemplo. Pero en redes sociales y foros especializados varios usuarios de motocicletas cuentan ya experiencias recientes en las que los miembros de la Guardia Civil circulaban sin uniforme alguno sobre sus vehículos camuflados, y solo se colocaban un chaleco que les identificaba como agentes de autoridad al bajar de su moto.
Su labor, en cualquier caso, es básicamente de vigilancia, frecuentando sobre todo los tramos de nuestras carreteras donde son más habituales las imprudencias y conductas de riesgo protagonizadas por vehículos de dos ruedas, aunque controlarán también las posibles infracciones cometidas por usuarios de otros vehículos. En principio, el agente camuflado se limitará a comunicar los hechos a compañeros uniformados, que serían los encargados de interceptar al vehículo o vehículos para iniciar el procedimiento sancionador, pero en las mismas redes sociales y foros algunos usuarios explican también que los agentes camuflados se encargan en ocasiones de parar a los posibles infractores, adelantándoles en primer lugar y ordenándoles después que se detengan.
Nunca la Dirección General de Tráfico (DGT) había contado con tal cantidad de medios técnicos y vehículos para la vigilancia de nuestras carreteras, y a los 12 helicópteros Pegasus, 39 drones, 245 cámaras de control de móvil y cinturón, 545 radares móviles, 780 radares fijos (de ellos, 92 radares de tramo) y cientos de vehículos de dos y cuatro ruedas de la Guardia Civil de Tráfico, se suman este verano como novedad 34 motos camufladas, pertenecientes también a la Agrupación de Tráfico de la Guardia Civil y que operarán de forma prioritaria durante los fines de semana y en tramos de carretera convencional con una alta siniestralidad, especialmente de motoristas. También lo harán por ejemplo durante esta operación salida de agosto.