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¿Por qué han ascendido dos Porsche 911 a la cumbre del volcán más alto del mundo?
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El Ojos del Salado mide 6.007 metros

¿Por qué han ascendido dos Porsche 911 a la cumbre del volcán más alto del mundo?

Temperaturas de hasta 30 grados bajo cero, la mitad de oxígeno en el aire que al nivel del mar y terreno cubierto de hielo. No parece el mejor escenario para un deportivo, pero el piloto y aventurero Romain Dumas quería conocer los limites del 911

Foto: Tramo final del ascenso, junto a la cumbre del volcán. (Porsche)
Tramo final del ascenso, junto a la cumbre del volcán. (Porsche)

No es la primera vez que las escarpadas laderas de Ojos del Salado, un volcán chileno situado en la cordillera de los Andes y considerado como el más alto del mundo, son el escenario para una prueba de circulación a máxima altitud con un automóvil. La diferencia es que en esta ocasión los protagonistas no han sido vehículos todoterreno, sino el deportivo por excelencia: el Porsche 911. Aunque no cualquier 911, sino dos prototipos especiales creados específicamente para la ocasión.

placeholder El Porsche 911 de Romain Dumas, en la ruta de aproximación al volcán chileno.
El Porsche 911 de Romain Dumas, en la ruta de aproximación al volcán chileno.

Durante casi seis décadas el Porsche 911 ha sido llevado al límite tanto en los circuitos como en la carretera, pero el deportivo alemán escribe ahora un nuevo capítulo con el exigente reto al que se han enfrentado estas dos unidades experimentales, desarrollado donde no hay carreteras, el aire es escaso, la temperatura está muy por debajo del punto de congelación y la vida prácticamente no existe.

placeholder La suspensión especial lograba una distancia al suelo de 35 centímetros.
La suspensión especial lograba una distancia al suelo de 35 centímetros.

Un equipo liderado por Romain Dumas, piloto francés de competiciones de resistencia (ganó las 24 Horas de Le Mans en 2010, 2013 y 2016) y aventurero, se propuso comprobar hasta dónde era capaz de llegar el 911, optando por uno de los lugares más duros del mundo para su reto: la cumbre de Ojos del Salado, en Chile, el volcán más alto del mundo. Y en ese terreno inhóspito, un Porsche 911 se ha convertido en uno de los pocos vehículos de cualquier tipo en haber alcanzado una altitud tan extrema.

placeholder La tracción a las cuatro ruedas resultó determinante para alcanzar el objetivo.
La tracción a las cuatro ruedas resultó determinante para alcanzar el objetivo.

Para llegar a los 6.007 metros, el 911 con Romain Dumas al volante superó pendientes muy pronunciadas y zonas de hielo que pusieron a prueba las aptitudes tanto del coche como del equipo que lo acompañaba, que en ocasiones debió emplearse a fondo paleando nieve para abrir un sendero, bajo temperaturas de hasta 30 grados centígrados bajo cero y con la mitad de oxígeno en el aire que a nivel del mar, lo que no solo dificulta el funcionamiento de los motores, sino también del organismo humano. Los muros casi infranqueables de nieve estacional y hielo cerca de la cumbre fueron los retos finales de la prueba, que finalmente sí superó con éxito el 911.

placeholder Los neumáticos utilizados eran específicos para uso todoterreno extremo.
Los neumáticos utilizados eran específicos para uso todoterreno extremo.

"Ha sido una aventura memorable y especial, en un lugar tan hermoso como brutal. Supongo que hoy las únicas máquinas en todo el mundo que iban más altas que las nuestras eran los aviones. Para el equipo se trataba de aprender y, desde el primer momento, el coche se ha visto que era resistente y ágil. Fuimos muy exigentes y lo exprimimos al máximo desde el principio, pero se comportó como si estuviera en casa", explicaba Dumas al completar la aventura. "A pesar de la gran cantidad de hielo y nieve en la cima del volcán, subimos a más de 6.000 metros, hasta el punto en el que las paredes heladas nos impidieron avanzar más. Estamos muy orgullosos de lo que el 911 ha sido capaz de conseguir por primera vez; ojalá tengamos la oportunidad de afrontar muchas más aventuras en el futuro".

placeholder Los ingenieros tomaron como base dos unidades del 911 Carrera 4S de serie.
Los ingenieros tomaron como base dos unidades del 911 Carrera 4S de serie.

"Ha sido genial crear un 911 como nunca antes se había visto, un coche hecho posible por un pequeño equipo de entusiastas de la ingeniería. El 911 ya se ha probado a fondo en circuito y, por supuesto, en carretera, pero con este proyecto estamos cambiando el enfoque hacia terrenos inexplorados", comentaba el ingeniero Michael Rösler, director de la Gama 911, al que Frank-Steffen Walliser, vicepresidente de Arquitectura Completa de Vehículos en Porsche AG encargó el proyecto. "Probar nuestras teorías significa encontrar los entornos más duros posibles para ver si funcionan; y en el volcán más alto del mundo lo hemos conseguido", añadía Rösler.

placeholder Campo base desde el que se inició el tramo final de ascenso a la cumbre de Ojos del Salado.
Campo base desde el que se inició el tramo final de ascenso a la cumbre de Ojos del Salado.

La base utilizada para crear cada unidad es el 911 Carrera 4S (serie 992), equipado con un motor de gasolina bóxer de seis cilindros turboalimentado completamente de serie, que desarrolla 450 caballos de potencia y va acoplado a una caja de cambios manual de siete velocidades. Demostró ser una elección excelente por su construcción de chasis robusta y a la vez ligera, su corta distancia entre ejes, la elevada potencia y la buena adaptación a las altitudes extremas. Con este punto de partida, los ingenieros del Centro de Investigación y Desarrollo de Porsche de Weissach, en estrecha colaboración con Romain Dumas Motorsport, dieron rienda suelta a su creatividad para preparar el 911 de cara a las exigencias específicas de la montaña chilena.

Equipamiento especial para el 911

Las dos unidades se equiparon con barras antivuelco, asientos de fibra de carbono y arneses para cumplir los requisitos de seguridad que exige un proyecto de estas características. A continuación, se añadieron ejes pórtico para aumentar la distancia al suelo hasta unos impresionantes 35 centímetros, muy superior a la de cualquier todoterreno de calle. Las nuevas relaciones del cambio, más cortas, permitieron acelerar con precisión y suavidad a baja velocidad, y funcionaban bien con los grandes neumáticos Cooper todoterreno utilizados en estos prototipos. Además, los coches estaban equipados con una protección especial para los bajos hecha de fibra de aramida, ligera pero extremadamente resistente, y que resbala sobre las rocas.

placeholder La mecanica bóxer de gasolina mostró una buena adaptación al funcionamiento a gran altitud.
La mecanica bóxer de gasolina mostró una buena adaptación al funcionamiento a gran altitud.

También se añadió un dispositivo llamado Porsche Warp-Connecter, diseñado originalmente para aplicaciones de competición y que forma un enlace mecánico entre las cuatro ruedas para permitir una carga constante en ellas, incluso cuando están en los extremos del recorrido de la suspensión, lo que se traduce en una capacidad de tracción máxima. Además, se utilizaron bloqueos manuales e intercambiables de los diferenciales, junto con un avanzado sistema de dirección por cable, y se añadió un cabrestante en la parte delantera de una carrocería que fue totalmente rediseñada para permitir el espacio libre para las ruedas y neumáticos todoterreno de 310 mm de ancho.

placeholder Los dos coches fueron equipados con sendos cabrestantes en su frontal.
Los dos coches fueron equipados con sendos cabrestantes en su frontal.

El sistema de refrigeración también tuvo que desplazarse hacia arriba para que el coche pudiera afrontar los tramos más agrestes sin sufrir daños. Y, como toque final, la carrocería se terminó con dos decoraciones distintivas: una con el mismo patrón de colores de Porsche Motorsport que adorna el 963 LMDh y una segunda con temática del 911 realizada por el equipo de diseño de Weissach.

placeholder La foto final del grupo, tras prácticamente hacer cumbre en el volcán, ahora cubierto de hielo.
La foto final del grupo, tras prácticamente hacer cumbre en el volcán, ahora cubierto de hielo.

"Hace más de 30 años, un equipo de ingenieros de Porsche instaló la tracción a las cuatro ruedas en un 911 para averiguar qué pasaría si... Hoy, estoy orgulloso de ver que esta curiosidad natural de nuestros técnicos por buscar los límites, probar nuevas ideas y, sobre todo, inspirar, siga viva", concluye Walliser. "Proyectos como este son vitales para los que trabajamos en Porsche. Al comenzar el viaje, el equipo apuntó literalmente a lo más alto. Espero que haya sido la primera de muchas otras aventuras".

No es la primera vez que las escarpadas laderas de Ojos del Salado, un volcán chileno situado en la cordillera de los Andes y considerado como el más alto del mundo, son el escenario para una prueba de circulación a máxima altitud con un automóvil. La diferencia es que en esta ocasión los protagonistas no han sido vehículos todoterreno, sino el deportivo por excelencia: el Porsche 911. Aunque no cualquier 911, sino dos prototipos especiales creados específicamente para la ocasión.

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