Tecnología eléctrica de última generación de Audi para un molino de viento en Mallorca

Una de las soluciones para que la tecnología sea más respetuosa con el medioambiente es mantenerla en uso el mayor tiempo posible, aplicando principios de economía circular para que los ciclos efectivos de segunda vida permitan ahorrar recursos de distintas maneras. Por ejemplo, al utilizarse materiales reacondicionados se ahorran materias primas, con el correspondiente ahorro de la energía que supondría su producción. Obviamente, al necesitar menos material primario se reducen las emisiones; pero, además, con la reutilización disminuye la cantidad de material que, de otro modo, terminaría como desechos residuales.

Un claro ejemplo de esta economía circular, en el que se aplican los principios de reducir, reutilizar y reciclar, es el proyecto (M)icrogrid de Audi, que ha permitido transformar uno de los tradicionales molinos de viento mallorquines en un sistema de generación de energía. El proyecto se ha llevado a cabo bajo la dirección técnica de Francisco Trigueros, un ingeniero español de Desarrollo Técnico en el Área de Innovación de Audi AG, y consiste en adaptar motores de segunda vida, procedentes de vehículos eléctricos de la gama e-tron de Audi, para que puedan funcionar como generadores accionados por las palas del molino.

En concreto, para esta transformación se ha recurrido a un motor reacondicionado procedente de un coche eléctrico de la propia flota de Audi, acoplado al mecanismo del molino mediante los componentes necesarios (transmisión, cojinetes y unidad de control electrónico, entre otros), y convenientemente adaptado para trabajar en el rango oportuno. De esa manera, las aspas, impulsadas por el viento, hacen girar el motor eléctrico, que transforma la energía mecánica en energía eléctrica de forma similar a como lo hace el sistema de recuperación de energía en un vehículo eléctrico. Esa electricidad generada se puede utilizar para autoconsumo, mientras que la energía sobrante se vuelca directamente en la red.

Puesto que la capacidad máxima de generación de potencia de este sistema está limitada en gran parte por las características del molino, el motor eléctrico procedente de vehículos Audi e-tron funciona muy por debajo de su capacidad. Aun así, la potencia máxima estimada que puede generar es de unos 15 kW. Además, el molino está equipado con distintos sistemas de seguridad, destacando el llamado 'cierre de cola', que permite modificar automáticamente el ángulo de incidencia de las palas para evitar riesgos en caso de vientos excesivamente fuertes.

Una vez en marcha el proyecto, Audi va a estudiar el comportamiento del sistema y su funcionamiento en distintas condiciones de uso, para definir futuros modelos de cooperación y de ampliación. Por ejemplo, una expansión del concepto permitiría acoplar baterías de segunda vida y crear sistemas de generación y almacenamiento de energía estacionaria, solución técnica que serviría para amortiguar los picos de demanda de electricidad.

Un molino de casa cien años

Destinado originalmente a la extracción de agua del subsuelo, el molino elegido para este proyecto está situado en la localidad de Son Ferrol, a pocos kilómetros del aeropuerto de Palma. Conocido en la zona como Son España, se trata de uno de los más de 600 molinos harineros y de viento que forman parte del paisaje de la isla balear, inconfundibles por su peculiar construcción, con una prominente torre de obra y un sistema de palas que recurre a técnicas y materiales característicos de la arquitectura local.

En Mallorca, los primeros molinos para moler grano documentados datan del siglo XIV, aunque no se generalizaron hasta el siglo XV; y el aprovechamiento de la fuerza del viento mediante molinos para extraer agua se remonta a mediados del siglo XIX, por influencia holandesa. Los primeros molinos de agua pasaron rápidamente a utilizar palas de madera en sustitución de las originales, fabricadas de tela, aunque el molino Son España adaptado ahora por Audi, que data de 1925, fue uno de los primeros en incorporar palas metálicas.

Otras experiencias de segunda vida

La marca de los cuatro aros, que está acelerando su camino hacia la movilidad neutra en emisiones de carbono y apuesta por los vehículos eléctricos, cree en la expansión de las energías renovables y está optimizando todas las fases de su cadena de valor, empleando por ejemplo baterías de segunda vida en sus innovadores centros de recarga premium Audi Charging Hub. Este tipo de instalación, cuyo primer centro fue inaugurado el pasado mes de diciembre en Núremberg, aprovecha las baterías de iones de litio procedentes de vehículos de desarrollo desmantelados para equipar un moderno edificio, flexible y autosuficiente, donde los usuarios de vehículos eléctricos pueden cargar sus coches con hasta 320 kW de potencia.

Audi también tiene en marcha proyectos para la utilización de baterías de litio reacondicionadas en los vehículos eléctricos que prestan servicio en la factoría de Ingolstadt. Y a través de su Fundación para el Medioambiente, la marca alemana trabaja con la start-up Nunam para crear nano redes solares con baterías recuperadas de coches de la gama e-tron, que permiten suministrar electricidad a pequeños comercios en regiones como Uttar Pradesh (India), donde son frecuentes los cortes de energía.