Más de 1.100 kilómetros de ruta por China, al volante de los próximos Omoda 5 y Omoda 7

Había estado ya muchas veces en China, pero nunca hasta ahora había conducido por carretera en el país asiático, pues todas las pruebas de nuevos vehículos a las que había asistido con anterioridad se habían desarrollado en pistas de ensayos de los fabricantes, circuitos permanentes como el de Ningbo o, incluso, enormes estacionamientos de parques de atracciones o centros vacacionales. Y cuando uno emplea la palabra 'enorme' aplicada a algo chino, de verdad que lo es. En todo caso, la red viaria en aquel superpoblado territorio no es un escenario sencillo para el foráneo, pues muchas intersecciones se rigen por lógicas ajenas a las occidentales, existe una especie de anarquía ordenada en el tráfico que cuesta comprender y conviven sobre la calzada todo tipo de vehículos, desde los camiones más desmesurados, que siempre parecen bordear el desastre por su aparente sobrecarga, a verdaderos enjambres de motos eléctricas, bicicletas, motocarros y microcoches.

Un caos que cada vez es menos caos a medida que pasan los años y se impone una mayor educación vial, pero que llama poderosamente la atención del visitante, sobre todo cuando viajas en un vehículo conducido por un local y observas desde dentro conductas que, como mínimo, te erizan el vello durante unos segundos. Pero en ese tipo de escenario, un servidor es de los que prefieren situarse al volante antes que ser transportado por un desconocido, y me pareció una idea atrayente que Omoda nos propusiera probar sus próximos modelos en una larga ruta por carretera en el este del país. Allí no es válido nuestro permiso español de conducción, y las autoridades chinas tampoco aceptan el carné internacional, de modo que los interesados en ponerse al volante de un vehículo en la red viaria del país deben obtener un permiso temporal en alguna de las oficinas de la DGT china.

Desconozco si el procedimiento es siempre igual de rápido o no, pero en mi caso llevó aproximadamente dos horas, en las que un funcionario te toma primero una foto y luego debes completar unos sencillos impresos. Después, tiempo de espera variable frente a una ventanilla, y aquí no basta con elegir asiento y aguardar tu turno: cada silla está numerada, y debes ir pasando de una a otra hasta llegar al asiento número 1, que te convierte en el siguiente en ser atendido por el funcionario que quede libre. Es decir, si llegas a la sala y te toca el asiento 18, tienes 17 por delante y debes cambiarte sucesivamente al 17, al 16, al 15, al 14... Con eso consiguen básicamente tres cosas: que nadie se duerma en la zona de espera, que la gente haga más ejercicio y, sobre todo, que no sea necesario coger turno o dirigirte a la concurrencia para preguntar quién es el último...

Ya en ventanilla, el funcionario toma tus fotos, los impresos y tu permiso español, teclea durante un buen rato en un ordenador y, al cabo de unos pocos minutos, te entrega, sellado, tu permiso de conducción chino. Pero aún no puedes marcharte, porque falta el breve curso de concienciación: unos minutos en unas butacas frente a una gran pantalla donde, en bucle, se muestran una sucesión de casos reales con final fatal. Imágenes reales de accidentes, de una dureza en ocasiones excepcional, que se complementan con entrevistas a los familiares y amigos de las víctimas, pero también a los infractores, que normalmente explican lo que ocurrió y cómo les ha cambiado la vida desde el patio de una prisión. El mensaje, sin duda, queda claro aunque lo escuches todo en perfecto chino. Y tras eso, ya estás listo para salir ahí fuera y conducir.

La autonomía como prioridad y argumento

La propuesta de Omoda, una de las marcas con las que el grupo automovilístico Chery desembarcó el pasado año en España como cabeza de puente para su ofensiva europea, era probar dos de los próximos modelos que lanzarán en nuestro país: el Omoda 5 HEV, una versión con mecánica híbrida cuya llegada a nuestro mercado tras el verano coincidirá con una actualización estética, tecnológica y de equipamiento en este SUV de 4,37 metros, y el Omoda 7 SHS, un nuevo SUV de 4,62 metros que se intercalará entre Omoda 5 y Omoda 9, y que equipa la mecánica híbrida enchufable SHS, ya vista en otros modelos de Chery como el Jaecoo 7, donde anuncia 347 CV, o los Ebro s700 y s800, que se conforman en su ficha técnica con 279 CV.

Y el formato del test no era el habitual, pues los periodistas desplazados hasta China conduciríamos ambos modelos, como parte del '9 Countries Marathon', a lo largo de una ruta de más de 1.000 kilómetros entre Shanghái y Wuhu, la ciudad donde el grupo Chery Automobile tiene su sede central. Carreteras y autopistas desde la costa hacia el interior, y atravesando zonas de montaña, donde nos turnaríamos al volante a ritmos estrictamente legales para comprobar en primera persona la eficiencia de sus mecánicas, pues Omoda habla de más de 1.000 kilómetros en el Omoda 5 HEV, e incluso más de 1.200 en el Omoda 7 SHS. Las ventas en China de este tipo de vehículos se han disparado en los últimos tiempos, creciendo más incluso que las matriculaciones de coches eléctricos, y Chery quiere aplicar esa misma fórmula en un mercado tan reacio al eléctrico puro como el español, donde existe más demanda de híbridos e híbridos enchufables.

Dos coches diferentes y dos jornadas para completar el itinerario, de manera que el reparto de tareas parecía sencillo y en mi caso tomo la salida al volante del Omoda 5 HEV, cuya tecnología de propulsión ha sido bautizada como Súper Híbrido. Bajo el capó, un nuevo motor 1.5 TGDi de gasolina, acoplado a la transmisión automática DHT150, que rinde unos 145 CV por su cuenta y se combina con un motor eléctrico, hasta sumar teóricamente unos 255 CV, si bien la cifra definitiva no está confirmada todavía y podría acabar siendo menor. De hecho, el Ebro s400 recurre a esa misma mecánica, beneficiada por la etiqueta Eco de la DGT, y la marca española habla de 211 CV en total.

El Omoda 5 HEV, además, incorpora una batería de 1,83 kWh de capacidad y estará disponible en España con dos niveles de equipamiento, beneficiándose ya a partir de su lanzamiento tras el verano de algunos cambios en su exterior, y principalmente en su frontal: nueva parrilla delantera, faros rediseñados, reubicación del nombre de la marca en una zona más baja... Y en el interior también se aprecian algunos cambios.

En cualquier caso, buenas sensaciones generales y prestaciones netamente superiores a las del Omoda 5 1.6 TGDi de gasolina que, con 147 CV, se comercializa en España desde 2024. Aunque el principal progreso tiene que ver con la eficiencia, pues al actual Omoda 5 de gasolina le medimos en su día un consumo real de 7,41 l/100 km (homologa siete litros exactos de media WLTP), con registros en la práctica de 7,5 l/100 km en autovía y 7,3 en carretera, mientras que en China, con el próximo Omoda 5 HEV Súper Híbrido, las cifras oscilaron según el tramo entre 4,5 l/100 km y 5,4 l/100 km, y el promedio del viaje bajó ligeramente de los cinco litros. De hecho, los 51 litros del depósito se tradujeron en 1.041 kilómetros de autonomía, nada mal para un vehículo SUV de su talla y con más, o muchos más, de 200 CV de potencia.

En cuanto al Omoda 7 SHS, que conduje durante el segundo día, el objetivo era rondar los 1.200 kilómetros de autonomía media anunciados por la firma china, y el resultado final se quedó realmente cerca: 1.173 kilómetros. Nueva demostración de eficiencia para esta mecánica, que combina el motor de gasolina 1.5 TGDi de 147 CV con un par de motores eléctricos, de los cuales uno, con 150 kW (204 CV), tiene el papel protagonista de la propulsión, mientras que el otro, con 60 kW (82 CV), actúa como generador. Y la batería, de 18,3 kWh y que admite recargas de corriente continua a un máximo de 40 kW de potencia, da para cubrir unos 90 kilómetros en modo eléctrico si tomamos como referencia los Ebro s700 PHEV y s800 PHEV con los que comparte plataforma y mecánica, y que también nos han convencido en materia de economía y ahorro de combustible durante nuestro reciente test.

No obstante, la autonomía real del Omoda 5 HEV y el Omoda 7 SHS durante el test por China podría haber sido aún mayor de no ser por la meteorología, pues el calor húmedo e intenso procedente de la costa se juntó sobre nuestras cabezas con un frente huracanado procedente de Mongolia, y el resultado fue un diluvio de libro, que nos obligó a conducir de noche unos 250 kilómetros bajo condiciones de mínima visibilidad. Prueba inesperada para los dos Omoda que superaron sin tacha, pero también para las autopistas de país, cuya calidad de construcción nos ha dejado gratamente sorprendidos: pese al aguacero infernal, en dos horas largas rodando a 120 km/h no encontramos ni una sola balsa de agua sobre un asfalto que drenaba a la perfección y que parecía allanado con láser.

Ahora solo queda esperar a la llegada a España de estos dos nuevos modelos de Omoda, para conocer sus precios y equipamientos. Pero las primeras sensaciones han sido buenas, y en capítulos como la eficiencia, el confort o la calidad percibida se lo pondrán realmente difícil a una competencia que sigue asistiendo a la sucesiva llegada de nuevos y buenos productos desde el gigante asiático.