Mitsubishi Outlander PHEV: así va el sucesor del primer híbrido enchufable de éxito

Mitsubishi es una de las marcas pioneras en la tecnología PHEV (Plug-in Hybrid Electric Vehicle), y su primer Outlander PHEV, presentado en Europa en 2013, fue durante largo tiempo el vehículo híbrido enchufable más vendido en mercados como el español. Pero en la última década, la competencia se ha multiplicado, y aunque el Outlander PHEV evolucionó sucesivamente, su progreso empezó a quedarse corto para responder a modelos cada vez mas avanzados y eficientes, y dotados de baterías más grandes que la del SUV japonés para ofrecer la autonomía eléctrica que muchos usuarios ya demandan.

De ahí la importancia de este nuevo Outlander PHEV que llega ahora a España, un coche concebido, desarrollado y fabricado en Japón que encuentra un escenario completamente distinto al que había en nuestro país cuando apareció su antecesor hace 12 años. Entonces era una alternativa innovadora y única, ahora es una más de las muchas opciones con tecnología PHEV, pues son decenas los coches híbridos enchufables a la venta, e incluso decenas también los SUV de mecánica PHEV.

La parte positiva es que el nuevo Outlander es nuevo de verdad, un coche desarrollado a partir de la plataforma CMF-CD, común a los Nissan Qashqai y X-Trail, y a los Renault Austral, Espace y Rafale, pero con una mecánica que mantiene la genética de Mitsubishi, combinando su sofisticada propulsión híbrida enchufable con la tracción total S-AWC (Super Alll Wheel Control), y adoptando mejoras como los últimos sistemas de seguridad o una batería más grande para incrementar la autonomía media homologada en ciclo WLTP hasta los 86 kilómetros. La parte negativa, sobre la que también volveremos, es que el progreso a nivel tecnológico se queda corto en ciertos aspectos clave; y como los rivales aprietan de lo lindo, la posición del nuevo Outlander PHEV no parece tan ventajosa como la que tenía el primero de la saga en su momento. Ni por alcance eléctrico, ni por velocidad de recarga… Veamos.

Buque insignia de la marca

La nueva generación del Outlander llega para dejar claro que Mitsubishi, embarcada en la denominada Alianza junto a Renault y Nissan, quiere recuperar el terreno perdido. Si en la parte baja de la gama encontramos los modelos Colt y ASX, basados respectivamente en los Renault Clio y Captur, el Outlander viene a posicionarse como nuevo buque insignia de la firma nipona, e incluso por encima de otros dos vehículos que aparecerán pronto: el Grandis, que toma como base técnica el Renault Symbioz y se fabricará tambien en el planta de la firma del rombo en Valladolid, y un eléctrico del segmento C que, además, será el primer Mitsubishi 100% eléctrico, al margen del recordado i-MiEV, un utilitario eléctrico pionero que también se vendió como Citroën y Peugeot. Y en esa futura familia de cinco vehículos, el nuevo Outlander ocupa un puesto de honor tanto por tecnología como por tamaño, pues el SUV nipón mide 4,72 metros de largo, 1,86 de ancho y 1,75 de altura, siendo su distancia entre ejes de 2,70 metros. Entre esas cotas, la que crece de forma más clara es la anchura, 60 milímetros mayor, y eso confiere al nuevo SUV grande de Mitsubishi una mayor corpulencia, y unas proporciones más equilibradas.

Un coche de cinco plazas realmente amplio, tanto delante como detrás, y con un maletero de 495 litros cuando necesitamos las cinco plazas, y 823 litros si abatimos la segunda fila, dividida en secciones 40:20:40, cuando medimos hasta la media altura del interior. Además, si se aprovecha todo el espacio hasta el techo con la segunda fila abatida, el volumen es de 1.427 litros.

En su diseño exterior, quizás lo más reseñable sea su contundente frontal, que para los diseñadores de la firma japonesa hace algunos guiños al legendario Montero, mientras que los faros son Full LED. Los pasos de rueda son musculosos y las llantas de aleación son de 18 o de 20 pulgadas, y la carrocería está disponible en 12 colores, más cuatro niveles de acabado: el básico Motion, que ahora con los descuentos y financiación de la marca podemos encontrar por 44.300 euros (aún menos si nos acogemos al renacido Moves III) más las terminaciones Kaiteki, Kaiteki+ y First Edition.

Y dentro, la primera impresión es de calidad. Puede que el diseño sea un poco tradicional, pero tanto el cuadro de instrumentos, digital, como la pantalla central táctil flotante de infoentretenimiento son de 12,3 pulgadas, y a ellas se une un retrovisor digital interior, que tiene algunas ventajas, como seguir permitiendo una visión total de lo que ocurre por detrás aunque en las plazas posteriores viajen tres adultos, pues no veremos sus cabezas. El cuero semianilina, más suave y cálido que el cuero normal, ofrece un acabado natural gracias a un proceso de recubrimiento menos intenso. Y el interior del nuevo Outlander PHEV es más luminoso, y transmite mayor impresión de refinamiento gracias al gran techo solar panorámico, con 928 milímetros de largo y 702 de ancho.

Pero ahí no acaba la cosa, pues el Outlander recién llegado dispone de control por voz, y su sistema de sonido Dynamic Sound, desarrollado en colaboración con Yamaha, ofrece una experiencia sonora más envolvente, y con opciones de ocho o 12 altavoces. Asimismo, cuenta con una plataforma de carga inalámbrica de 15 W para dispositivos móviles, y mediante la aplicación Mitsubishi Connect podemos gestionar el vehículo de forma remota a través de nuestro smartphone.

El nuevo Outlander PHEV combina un motor de gasolina de 2,4 litros y 16 válvulas con dos motores eléctricos de alta potencia, uno delantero de 85 kW (116 CV) y otro trasero de 100 kW (136 CV), configuración concebida para proporcionar una aceleración más rápida, mayor suavidad en la conducción y un funcionamiento silencioso, y con un incremento de potencia superior al 40% respecto a la generación precedente que, por ejemplo, le sirve para acelerar de cero a 100 km/h en 7,9 segundos, aunque la velocidad máxima no sea precisamente impresionante para un vehículo con 306 CV en total: 170 km/h.

La batería de iones de litio ha sido optimizada, aumentando su capacidad a 22,7 kWh, y eso permite recorrer hasta 86 kilómetros en modo exclusivamente eléctrico, de acuerdo con la homologación combinada WLTP. Y si tenemos en cuenta el motor de combustión y su depósito de gasolina, la autonomía total alcanza, según Mitsubishi, los 834 kilómetros. Además, el nuevo sistema de refrigeración líquida mejora la eficiencia y prolonga la vida útil de la batería.

Muchos modos de funcionamiento

Por otro lado, el Outlander PHEV ofrece tres modos de conducción que se adaptan a distintas necesidades: Eléctrico, que utiliza únicamente los motores eléctricos para una conducción ecológica y silenciosa; el modo Híbrido en serie, donde el motor de gasolina actúa como generador para alimentar los motores eléctricos; y el modo Híbrido en paralelo, en el que el motor de combustión trabaja en conjunto con los motores eléctricos para optimizar el rendimiento en trayectos largos. Y para una gestión más eficiente de la energía, el conductor puede optar entre cuatro configuraciones: Normal, que ajusta automáticamente el uso de electricidad y gasolina; EV, para conducción totalmente eléctrica; Save, que prioriza el ahorro de batería, y Charge, que recarga la batería mientras conducimos. Y el sistema de climatización se apoya en una bomba de calor que reduce el consumo de energía y mantiene una temperatura agradable sin restar apenas autonomía, incluso en condiciones climáticas frías. Así las cosas, el Outlander PHEV homologa un consumo medio de solo 0,8 l/100 km, aunque solemos recordar que el gasto de un PHEV depende de muchos factores, como nuestro ritmo de marcha, el tipo de trayecto y su duración, o la frecuencia con que recarguemos su batería.

En ese sentido, la recarga del vehículo por cable puede hacerse de dos maneras: utilizando un cargador rápido CHAdeMO, que permite alcanzar el 80% de carga en aproximadamente 32 minutos, o con un cargador doméstico de 3,5 kW, necesitando entonces el proceso completo unas seis horas y medio. Pero ni una ni otra alternativa nos dejan precisamente con la boca abierta, porque 3,5 kW de potencia para recargas con corriente alterna nos parece ya muy poco, y los cargadores CHAdeMO no son los mas abundantes en España o en Europa, al tratarse de una especificación ideada para el mercado japonés. A cambio, cuenta con carga bidireccional, lo que permite utilizar la energía almacenada en la batería para alimentar dispositivos eléctricos mediante tomas de 1.500 W en la consola central y el maletero.

Por otro lado, el nuevo Outlander PHEV se beneficia de décadas de experiencia con la tracción a las cuatro ruedas, y su sistema de tracción S-AWC (Super All Wheel Control) optimiza la estabilidad y la seguridad, con siete modos de conducción a elegir, en función de las condiciones del terreno: Power, Eco, Normal, Tarmac, Gravel, Snow y Mud, siendo adecuados los cuatro últimos para circulación en terrenos complicados. Un tipo de escenario donde también se beneficia del control de descenso de pendientes. Además, la altura libre al suelo es bastante generosa, con 199 milímetros, y los ángulos de ataque y salida son de 18,7 y 22,5 grados, respectivamente, lo que define un conjunto que no rinde mal en uso off road. No estamos ante un todoterreno puro, pero sí ante un SUV con unas capacidades fuera del asfalto por encima de la media en su clase.

En todo caso, las mejoras en el chasis, en comparación con la generación precedente, incluyen una mayor rigidez torsional y una suspensión multibrazo optimizada, con componentes de aluminio ligeros que reducen el peso y aumentan la estabilidad, como hemos tenido ocasión de comprobar durante nuestro primer test dinámico en Portugal, donde alternamos largos tramos de carretera y autopista con algunos kilómetros de rápidos caminos. La dirección asistida eléctrica de doble piñón, por ejemplo, proporciona una respuesta precisa y natural, y mejora la maniobrabilidad tanto en ciudad como en carretera.

Convincente en general

Realmente, el nuevo Outlander es de esos coches a los que te haces en poco tiempo, porque es sentarte y en segundos ya estás listo para ponerte en marcha gracias a uno mandos reconocibles e intuitivos. Asiento cómodo, buena visibilidad, una calidad general percibida más que correcta, mucha amplitud, espacios donde colocar pequeños objetos... Es un interior ergonómico y práctico, y en cuanto arrancamos y engranamos la D en la corta palanca de cambio, descubrimos un SUV que se mueve con suavidad, progresividad y relativa contundencia desde los primeros kilómetros, que hacemos en moco eléctrico porque hay batería y el sistema da prioridad a la circulación eléctrica, sin apenas ruido ni vibración.

No vamos precisamente de paseo, porque queremos probar bien estabilidad, frenada, dirección y la motricidad de las cuatro ruedas, y enseguida entendemos que el nuevo Outlander es un vehículo en el que podemos confiar plenamente, y que admite los ritmos de marcha vivos sin aparatosos balanceos o cabeceos en curva o al frenar y acelerar. En ese sentido, nos parece un enorme salto adelante frente a generaciones anteriores, de comportamiento un poco más torpe o burgués. Pero a ese ritmo, la batería acaba agotándose un poco antes de esos 86 kilómetros homologados y empezamos a circular con el motor 2.4 de gasolina como protagonista, y es entonces cuando el gasto empieza a crecer un poco mas de lo esperado. Reseteamos el ordenador para medir ese consumo en modo combustión, y el promedio se va por encima de los 9 l/100 km, que nos parece bastante. Aunque, sin duda, eso animará a sus conductores a recargar la bateria con frecuencia, pues la diferencia de eficiencia entre uso eléctrico e híbrido, cuando todavía la batería tiene carga, y uso con la batería descargada resulta considerable.

En cuanto a la garantía, debemos recodar que todos los nuevos Mitsubishi que aparezcan a partir de ahora, y eso incluye al Outlander, disfrutarán de una garantía de ocho años o 160.000 kilómetros, que en realidad es la garantía de fábrica de cinco años o 100.000 kilómetros, pero con cobertura ampliada a condición de que el usuario realice el mantenimiento anual en la marca japonesa.