Volvemos a probar el Opel Grandland, con el motor que se va a llevar (casi) todas las ventas
Hemos probado de nuevo, esta vez en España, el nuevo Grandland, el modelo más grande de la marca, con 4,65 metros de largo. Y lo hemos hecho con la mecánica que más éxito tendrá, ya que supondrá el 80% de las ventas del SUV
La nueva generación del Grandland se caracteriza por varios aspectos, y uno es que no se parece en nada a su antecesor. Toda su mecánica está electrificada, al ser el primer Opel basado en la plataforma SLTA Medium de Stellantis, siguiendo así los pasos de otros modelos del grupo como el nuevo Peugeot 3008. De hecho, en un inicio, el modelo estará disponible con una mecánica híbrida suave de gasolina y dos eléctricas, estas últimas con diferentes autonomías. Y ya en 2025 llegará la versión híbrida enchufable y una tercera variante eléctrica que rondará los 700 kilómetros de autonomía. Sin embargo, entre estas cinco motorizaciones, la híbrida suave de 48 voltios, con etiqueta eco de la DGT, supondrá hasta el 80% de las ventas en nuestro país, según los responsables de Opel en España.
En un mayor desglose, este motor marca el acceso a la gama, con un precio de partida de 32.400 euros, incluyendo los descuentos de la marca y por financiación. Cuenta con un propulsor de gasolina turboalimentado de 1,2 litros con 136 CV, así como un motor eléctrico de 21 kW (28 CV), junto a un cambio electrificado de doble embrague de seis relaciones. Este sistema híbrido, también conocido como MHEV, ayuda a lograr un menor consumo de combustible y de emisiones de CO2, si se compara con un vehículo de combustión, según los datos de Opel. De hecho, en la conducción diaria en ciudad, los motores de gasolina y eléctricos funcionan conjuntamente o por separado, según las necesidades. Su consumo medio WLTP es de 5,5 l/100 km/h, y permite acelerar de cero a 100 km/h en 10,2 segundos o alcanzar 202 km/h de velocidad punta.
Por encima se sitúan las versiones eléctricas Grandland Electric, con dos tipos de batería: una de 73 kWh, con un autonomía de hasta 523 kilómetros en ciclo WLTP, y una segunda de 82 kWh, que aumenta el alcance hasta 582 kilómetros. El precio de partida es de 38.850 euros, antes de incluir las ayudas de un posible plan Moves, y ambas versiones comparten el mismo motor eléctrico, con una potencia de 157 kWh (213 CV) y 345 Nm de par máximo. De este modo, el SUV alemán acelera de cero a 100 km/h en nueve segundos y alcanza una velocidad máxima de 170 km/h. En corriente continua, la batería más pequeña admite potencias de carga de hasta 160 kW, mientra la de mayor capacidad llega a 150 kW, de modo que si se cumplen las condiciones óptimas, es posible tardar menos de 30 minutos en llegar al 80% de capacidad de la batería.
Y, como decíamos al comienzo, Opel ha anunciado que en 2025 completará la gama mecánica con una tercera versión eléctrica con una batería de mayor capacidad, 97 kWh, y una autonomía que rondará los 700 kilómetros. También se sumará la versión híbrida enchufable, con una batería de 17,9 kWh, un alcance eléctrico medio anunciado de hasta 87 kilómetros (WLTP) y precios desde 39.850 euros. Contará con una potencia combinada de 143 kW (195 CV) y 350 Nm de par máximo, cifras asociadas a una transmisión electrificada de doble embrague y siete velocidades. Con tracción delantera, acelera de cero a 100 km/h en 7,8 segundos y logra una velocidad punta de 220 km/h.
Opel afirma de manera reitrada que esta segunda generación del Grandland nada tiene que ver con la primera. Y razon no le falta, ya que, de entrada, nos encontramos con un SUV más grande, pues alcanza 4,65 metros de longitud, 1,93 de anchura y 1,66 de altura. Por lo tanto, es 173 milímetros más largo que el Grandland anterior, 36 milímetros más alto y 49 milímetros más ancho. En el espacio interior y en el maletero sucede lo mismo, ya que la nueva generación presenta una distancia entre ejes de 2.795 milímetros, cuando antes era de 2.675. Y el maletero llega a los 550 litros, cuando antes eran 514, mientras los asientos traseros se pueden abatir en una disposición 40:20:40 y, por tanto, aumentar la capacidad de carga hasta los 1.645 litros. De este modo, la marca alemana distancia mucho más al grande de sus tres SUV frente a los situados por debajo: el nuevo Frontera, con 4,38 metros, y el Mokka, con 4,15 metros.
En su diseño, el nuevo Grandland toma como referencia muchos detalles vistos en el prototipo Opel Experimental, presentado en agosto de 2023. Presenta el ya característico diseño Opel 3D Vizor en el frontal con el logotipo Blitz iluminado en el centro. Y, como primicia en la marca, lleva las letras Opel iluminadas permanentemente en la parte trasera. De hecho, el nombre del vehículo ya no se muestra con letras cromadas, sino que está grabado en el centro del portón trasero.
La tecnología lumínica es otro aspecto a destacar, ya que equipa el sistema de iluminación Intelli-Lux Pixel HD, que cuenta con 51.200 elementos, con 25.600 en cada lado, para la distribución de la luz de alta definición. En función de la situación del tráfico, una cámara detecta los objetos que se aproximan y los que vienen de frente, y la luz Intelli-Lux Pixel Matrix HD recorta estos objetos con mayor precisión que las tecnologías Matrix Light estándar, ofreciendo un patrón de luz mucho más brillante y homogéneo, al tiempo que garantiza que otros usuarios de la carretera no sean deslumbrados.
Probamos el híbrido suave
Si nuestro primer test con el Grandland Hybrid, que es como se llama la versión híbrida suave, fue en los alrededores del cuartel general de Opel en Rüsselsheim (Alemania), en esta ocasión el escenario para probar el nuevo SUV ha sido Madrid, coincidiendo con la llegada de las primeras unidades a nuestro país. Por delante tenemos un largo recorrido que nos llevará por tramos de ciudad, autovía y carreteras secundarias. Repasado su exterior, nos metemos en su interior, donde encontramos espacio y una amplia dotación tecnológica. La instrumentación digital es de 10 pulgadas y la pantalla central puede ser de 10 o 16 pulgadas, en función del acabado. En nuestra unidad es de 16 pulgadas, apaisada y ligeramente orientada hacia el conductor. Además, ambas pantallas se pueden combinar con un Head-up Display Inteli-HUD proyectado sobre el parabrisas, que muestra la velocidad del momento o las indicaciones de la navegación. No obstante, Opel no renuncia a los mandos físicos, ya que bajo la pantalla central hay una tira, que permite manejar distintas funciones de la climatización rápidamente.
Una vez que terminamos de toquetear el interior del Grandland, es momento de ajustar nuestra posición de conducción. En los cinco o seis minutos que llevamos dentro del coche nos encontramos con unos asientos confortables, con un amplio refuerzo lateral, y de mullido duro. En concreto, se trata de asientos ergonómicos AGR, que presentan dos bolsillos neumáticos situados en los refuerzos laterales del respaldo. Ofrecen ventilación, y masaje para el conductor, así como la función Intelli-Seat de serie, con una ranura central longitudinal en la banqueta que alivia la presión sobre el coxis. Sin embargo, lo más destacado es que percibimos un gran espacio interior y una buena visibilidad de la carretera.
Nos ponemos en marcha, y una vez concluida la primera parte del trayecto encontramos un SUV equilibrado, que muestra una dinámica agradable y que, además, está bien insonorizado. El tacto de la dirección es correcto y preciso, y otros elementos del coche, como la suspensión, responden bien, ya que no hay balanceos ni movimientos extraños de la carrocería. El peso del conjunto es de 1.675 kilogramos, pero puede variar según su equipamiento.
Es cierto que las prestaciones no son su fuerte, ya que necesita 10,2 segundos para llegar a los 100 km/h. En una conducción tranquila no echamos en falta más potencia, pero si pisamos el pedal del acelerador enérgicamente, el SUV alemán se toma su tiempo para subir de vueltas con alegría. Por ello, es aconsejable anticiparse en las situaciones en que necesitemos los 136 CV de máximo esplendor, como en un adelantamiento en carretera o al afrontar repechos a baja velocidad. Siempre podemos recurrir al modo Sport, pero tampoco debemos esperar reacciones deportivas. Sin embargo, la asociación con la transmisión automática e-DCS6 es buena, ya que el funcionamiento de esta última nos pareció suave. Nuestra unidad de pruebas se asentaba sobre unos neumáticos Michelin e-Primacy en medida 225/55R19, junto a unos discos de freno ventilados, con 304 milímetros delante y 290 detrás, que cumplen su papel sin mayor inconveniente.
En el apartado de consumos, esta mecánica logra buenos resultados, pues homologa 5,5 litros cada 100 kilómetros de gasto combinado, pero el promedio real ha sido aún más bajo. En autovía a 120 km/h nos ha gastado 5,9 l/100 km, y en carretera a 90 km/h, 5,0 litros. Pero es que en ciudad se mueve entre los 4,6 litros del centro urbano y los 4,2 de recorridos por rondas a unos 70 km/h, de manera que el consumo medio final en el test ha sido de 5,29 l/100 km, una cifra muy buena. Además, los 55 litros del depósito se traducen en una larga autonomía.
También conducimos el eléctrico
En nuestro test con el Grandland, además de la versión Hybrid, también tuvimos ocasión de conducir brevemente la variante Electric de mayor batería y autonomía. En líneas generales, esta variante tiene características similares a las ya comentadas, pues muestra un comportamiento equilibrado, es agradable de conducir y convence por el tacto de dirección o suspensión. Tiene mejores prestaciones que el Hybrid, ya que acelera de cero a 100 km/h en 9,0 segundos, pero aunque apretemos el pedal con decisión, la potencia siempre se va a entregar de forma lineal y progresiva. Aun así, se percibe respuesta suficiente para mover los 2.195 kilogramos, cifra elevada que, además, puede variar ligeramente según la versión.
No obstante, hay varios modos de conducción, que modifican el rendimiento de esta versión eléctrica. Sin ir más lejos, para sacar todo su juego es necesario seleccionar el modo Sport, momento en el que el nuevo SUV de Opel ofrece los 213 CV, y además, se percibe una conducción más rápida y dinámica. Si recurrimos al modo Normal, activado por defecto cuando arrancamos el coche, la potencia es de 180 CV, y si seleccionamos el modo Eco, se reduce a 160 CV.
Y si el usuario puede jugar con los modos de conducción, también puede hacerlo con los modos de frenada regenerativa: desde el más bajo (-0,6 m/s²), con sensaciones cercanas a un vehículo térmico; el intermedio (-1,2 m/s²), para aumentar la deceleración al soltar el pedal del acelerador; y el más alto (-2,0 m/s²), para obtener la máxima deceleración al soltar el pedal del acelerador. De hecho, con este último se activan las luces traseras de freno cuando soltamos el pedal del acelerador. E incluso podremos conducir usando solo el acelerador, ya que al tener tal retención, en la mayoría de las ocasiones no tenemos que recurrir al pedal del freno.
Respecto a su consumo, el Grandland Electric homologa 18,5 kWh/100 km, y aunque el gasto en nuestra prueba se movió en torno a esa cifra, con esta motorización sí requeriríamos de una prueba de mayor duración para sacar conclusiones claras.
En el apartado de asistentes a la seguridad (ADAS), el SUV más grande de Opel trae de serie sistemas como el control de crucero automático con función Stop & Go, el reconocimiento extendido de señales de tráfico, la adaptación inteligente de la velocidad y el frenado en riesgo de choque, así como los sensores de aparcamiento delanteros y traseros, la cámara de visión posterior con función de limpieza automática y la cámara Intelli-Vision de 360 grados.
La nueva generación del Grandland se caracteriza por varios aspectos, y uno es que no se parece en nada a su antecesor. Toda su mecánica está electrificada, al ser el primer Opel basado en la plataforma SLTA Medium de Stellantis, siguiendo así los pasos de otros modelos del grupo como el nuevo Peugeot 3008. De hecho, en un inicio, el modelo estará disponible con una mecánica híbrida suave de gasolina y dos eléctricas, estas últimas con diferentes autonomías. Y ya en 2025 llegará la versión híbrida enchufable y una tercera variante eléctrica que rondará los 700 kilómetros de autonomía. Sin embargo, entre estas cinco motorizaciones, la híbrida suave de 48 voltios, con etiqueta eco de la DGT, supondrá hasta el 80% de las ventas en nuestro país, según los responsables de Opel en España.
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