Probamos el Alpine A290, un eléctrico para usar a diario o disfrutar de la conducción deportiva
Ya nos hemos puesto al volante del Alpine A290, basado en el nuevo Renault 5 pero con 180 o 220 CV, una estética más deportiva y un comportamiento muy dinámico. Y el consumo sigue siendo contenido. Ya está a la venta desde 38.700 euros
El Alpine A290 es especial por varios motivos. Primero, por ser la variante más deportiva y prestacional del nuevo Renault 5, modelo en el que está basado. Y, después, por iniciar una nueva era para Alpine, ya que es el primer modelo eléctrico de la historia de la firma francesa y por significar el comienzo de una hornada de siete modelos, todos ellos eléctricos, que irán llegando hasta 2030. El primero es este A290; en 2025 será el A390, un crossover que la marca ya ha avanzado a través del prototipo A390-ß; y en 2026 será el turno del sucesor del A110. En los siguientes años ya hay confirmados un A110 Cabrio y un nuevo A310, a los que hay que sumar otros modelos de los que todavía no hay información. En lo que respecta al A290, en junio ya tuvimos ocasión de subirnos en el modelo en París (Francia), y ahora ya lo hemos conducido en la presentación internacional del modelo realizada en Mallorca.
El A290 toma como base la plataforma AmpR Small de Ampere, filial eléctrica de Renault, reforzada con unas vías 60 milímetros más anchas. De hecho, pese a ser un modelo con una identidad propia y más deportiva que el R5, mantiene las dimensiones compactas, con 3.990 milímetros de largo, 1.820 de ancho y 1.520 de alto. Solamente habrá opción de cinco puertas, es decir no habrá posibilidad de tres puertas, y la distancia entre ejes es de 2.530 milímetros. Respecto al maletero, es de 300 o 326 litros, según la versión.
Es importante saber que hay dos potencias disponibles y cinco acabados posibles, uno de ellos limitado. De hecho, ya hay precios de todos ellos en España, ya que el A290 ya está a la venta en nuestro país. La versión de menor potencia tiene 130 kW (180 CV), un par motor de 285 Nm, un cero a 100 km/h en 7,4 segundos y una velocidad máxima de 160 km/h. Mientras, la variante superior llega hasta 160 kW (220 CV), con 300 Nm de par, un cero a 100 km/h en 6,4 segundos y una punta de 170 km/h. Eso sí, ambas equipan la misma batería de 52 kWh, que permite una autonomía WLTP de hasta 380 kilómetros en el de 180 CV, y de hasta 364 kilómetros en el de 220 CV. En cuanto a su recarga, este 'mini' deportivo eléctrico admite hasta 100 kW en corriente continua, y puede pasar del 15% al 80% de carga en 30 minutos; o hasta 150 kilómetros en 15. En corriente alterna la potencia máxima es de 11 kW, de modo que permite una recarga del 50% al 80% en una hora y 20 minutos. Además, el A290 incorpora la tecnología con función bidireccional para beneficiarse de las funciones V2L (vehicle-to-load) y conectar un dispositivo a través de la toma de carga. Y también es compatible con V2G (vehicle-to-grid).
Respecto a los acabados, la versión de 180 CV se asocia a las terminaciones GT (desde 38.700 euros) y GT Premium (desde 42.800 euros). Por encima, la variante de 220 CV está disponible con GT Performance (desde 41.900 euros), GTS (desde 45.600 euros) y con la serie limitada Premiere Edition de 1.955 unidades, con una tarifa de desde 46.200 euros. Precios que no incluyen ni descuentos ni promociones de la marca. Al igual que también podremos restar hasta un máximo de 7.000 euros si nos acogemos a las ayudas del Plan Moves III o hasta 3.000 euros más por la deducción en el IRPF.
Así es por fuera
Como decíamos, pese a estar basado en el Renault 5, el A290 cuenta con detalles estéticos que le permiten diferenciarse. Una de las más significativas están en su frontal, gracias a una firma luminosa compuesta por cuatro faros, que lucen dibujos en forma de X inspirados en los coches de rallies, y que son especialmente llamativos por la noche, tal y como pudimos comprobar. Además, delante también aparece el nombre de Alpine en letras y se ha integrado el motivo Snowflake (copo de nieve) en el paragolpes. No obstante, hay más detalles que hacen más musculoso al Alpine, como aletas anchas, faldones laterales con un fino embellecedor del color de la carrocería, moldura del techo de aluminio o de color azul anodizado, la antena de tiburón negra, los logotipos en las aletas o el difusor del paragolpes trasero.
Este ensanchamiento de la carrocería va acompañado de una optimización aerodinámica, especialmente importante para favorecer la autonomía eléctrica. Para ello, los ingenieros de Alpine han moldeado la toma de aire del paragolpes, así como los amplios faldones laterales, el difusor, las aletas y la forma de las luces traseras. Además, no presenta un alerón sobredimensionado, que habría alterado el flujo trasero, sino más un ducktail a la altura del portón. Respecto a la paleta de colores, hay cuatro opciones: negro, blanco, gris satinado y un azul llamado Alpine Vision.
Las llantas de aleación son de 19 pulgadas en dos diseños diferentes: Iconic, que evocan las llantas del modelo A310; y las llantas Snowflake, que recuerdan a los orígenes del nombre Alpine y se ofrecen con acabado negro brillante, negro semi diamantado o negro diamantado. Estas, a su vez, van asociadas a neumáticos Michelín desarrollados específicamente para el modelo. De hecho, el desarrollo de los mismos ha durado dos años y se han fabricado tres compuestos, dos de ellos de verano (Michelin Pilot Sport EV y Pilot Spor S5) y uno de invierno (Pilot Alpin 5). En cuanto a las pinzas de freno delanteras de cuatro pistones firmadas por Brembo, son las mismas que las que equipa el Alpine A110. Y tanto las delanteras como traseras pueden lucir en Rojo Racing o Azul Alpine.
Un interior con detalles de F1
El habitáculo del A290 sigue el patrón del exterior, ya que mantiene el mismo concepto del Renault 5, pero logra diferenciarse, con especial hincapié en los múltiples detalles que evocan a la Fórmula 1. Sin ir más lejos, el volante de tres radios cuenta con un botón rotativo llamado RCH (Recharge), con el que se ajustan los tres niveles de frenada regenerativa. Es decir, no hay levas para ello, a diferencia de otros coches eléctricos. También hay otro botón para seleccionar los modos de conducción (Save, Normal, Sport y Perso). Y en la parte superior del botón hay un botón rojo llamado OV (Overtake), que aporta la máxima potencia del coche durante diez segundos. No obstante, el volante también incorpora mandos para manejar las ayudas a la conducción, el teléfono, el asistente de voz o el modo de visualización de la pantalla de la instrumentación.
La instrumentación digital tiene una pantalla de 10,25 pulgadas, que a su vez se complementa con una central de 10,1 pulgadas, orientada hacia el conductor. Esta última destaca por su buen y fluido funcionamiento. El sistema multimedia Alpine Portal se basa en Android Automotive y Google Automotive Services, y puede utilizarse de forma táctil o con el asistente de voz integrado. De serie en toda la gama, el navegador es Google Maps e incluye un planificador de ruta eléctrico, al igual que el asistente de voz Google Assistant. No obstante, Alpine no rechaza los mandos físicos, con los que es posible controlar la climatización o la transmisión (R, N y D) inspirados en el diseño del A110.
En cuanto a los asientos, cuentan con un mullido duro, pero sí nos resultaron cómodos y disponen de refuerzos laterales para una mayor sujeción. Hay reglajes manuales para moverlos longitudinalmente y son calefactables de serie. Además, se han revestido con materiales respetuosos con el medioambiente. Y en los primeros niveles de acabado los asientos se cubren de un tejido granulado (15% de plástico reciclado y de fibra de cáñamo) combinado con un tejido 100% reciclado de color azul con pespuntes en gris silicio y un logo de Alpine grabado en la parte superior del respaldo.
Lo probamos en carretera
En esta ocasión, nos vamos a centrar en el Alpine A290 GTS, ya que es la versión que hemos probado en Mallorca. Es la terminación más exclusiva de la gama, si sacamos de la ecuación la serie especial de lanzamiento, Premiere Edition, limitada a 1.955 unidades. Nada más subirnos al coche y antes de iniciar la marcha, tenemos la sensación de que todo el proceso es muy intuitivo. Las partes digitales y analógicas se compenetran bien, y no necesitamos muchas explicaciones. Arrancamos el coche en el botón Power ubicado entre las dos pantallas, quitamos el freno de mano electrónico y seleccionamos en los comandos de la transmisión el botón D que, por cierto, se ubican muy cerca del conductor. Eso sí, es importante saber que el coche no tiene posición P, de parking, y su accionamiento es automático. Y, por ejemplo, si nos quitamos el cinturón de seguridad, se acciona directamente.
Nada más iniciar nuestra ruta, los primeros kilómetros se realizan entre el circuito de Llucmajor, al que volveremos más adelante, y el centro de Palma. Un escenario que nos permite ver como el Alpine A290 es ágil y se mueve como pez en el agua entre el tráfico, mientras decenas de personas miran atentamente al coche. Por el momento, sus prestaciones nos parecen estupendas, ya que sus dimensiones compactas y su peso de 1.554 kilogramos en esta versión GT, son movidos por 160 kW (220 CV), con un buen rendimiento, ya que, como decíamos, acelera de cero a 100 km/h en 6,4 segundos. Y es que a la mínima que necesitamos potencia, el coche se mueve rápido y veloz entre los coches.
Dejamos atrás a la ciudad y salimos a una autopista, con límites legales de entre 100 y 120 km/h. Damos gas y rápidamente nos situamos a esa velocidad, donde comprobamos que el A290 en su conjunto transmite sensación de ligereza. Eso sí, dada la mayor anchura del coche, un tarado de la suspensión más firme y ruedas más grandes que un Renault 5, cuenta con una rodadura más firme, o dicho de otro modo, dentro del habitáculo se siente más la carretera. No es algo negativo, pero sí un punto a destacar. Después de recorrer 30 kilómetros, comprobamos como el eléctrico de Alpine va realmente bien, y nos permite realizar desplazamientos cómodos y con un alto grado de confort. De hecho, el tacto de la dirección también nos ha gustado, ya que ofrece un gran equilibrio entre peso, asistencia y precisión.
Una vez que nos desvíamos a carreteras secundarias, tenemos ocasión de subir el nivel y exigir una conducción más deportiva al A290. Un escenario que nos deja un buen sabor de boca, ya que su rendimiento general es satisfactorio. La prueba más evidente es que resulta sencillo de conducir, ya que es rápido, pero a la vez noble. Y destaca tanto la puesta a punto de su chasis, la entrega de su potencia y, en especial, su potente frenada. De hecho, su tacto firme no nos recuerda al tacto esponjoso de algunos coches eléctricos, ya que en el caso del Alpine es muy potente y dosificable, y frena mucho desde el primer instante. Para ello, monta discos delanteros de 320 milímetros y de 280 en el trasero. A su vez, la suspensión específica del modelo, con topes hidráulicos y eje multibrazo trasero, trabaja muy bien y no encontramos ningún balanceo de la suspensión ni movimiento extraño de la carrocería. Si queremos jugar con el rendimiento del coche, podemos juguetear con los modos de conducción, como Eco y Normal, que muestran un comportamiento más suave. Si cambiamos a Sport, el coche se vuelve más impulsivo y transmiste una conducción más deportiva.
Pasan las curvas y el A290 te permite disfrutar de las carreteras reviradas. Después de este atracón de curvas es turno de salir de nuevo a autopista para volver al circuito de Llucmajor. Sin embargo, la guinda del pastel es para su consumo final, después de más de 100 kilómetros recorridos, ya que nos sorprendió gratamente. En nuestro viaje hemos tenido una conducción relajada, sin superar la velocidad máxima permitida de la vía, pero también una conducción deportiva, donde hay acelerones bruscos, movimientos rápidos y frenadas fuertes. Y el consumo final es de 16,5 kWh/100 km, cuando el coche homologa 16,6 kWh/100 km. Es decir, prácticamente lo mismo. Un hecho que nos permite intuir que el Alpine A290, como ya nos sucedió en el Renault 5, es un coche eficiente y ahorrador, pero si queremos darnos un capricho e irnos a una carretera de curvas en busca de sensaciones, el eléctrico francés también va a cumplir sobradamente.
Respecto a las ayudas a la conducción (ADAS), el A290 cuenta con un total de 26, donde se incluyen el sistema de vigilancia de la atención del conductor, el frenado automático de emergencia y la salida segura de los ocupantes. Además, con un nuevo botón denominado My Safety Switch, situado a la izquierda del volante, permite seleccionar las preferencias de los ajustes de ADAS seleccionados, por ejemplo, su activación o desactivación, su grado de intervención o la presencia de avisos sonoros.
Y también rodamos en circuito
El colofón de la jornada va a ser en el circuito de Llucmajor, donde Alpine nos va a permitir dar cinco vueltas a un trazado 'ratonero', ya que la pista se asemeja más a un circuito de karting que convencional. Primero, seguimos a una coche que hace de liebre para recordarnos algunos puntos de frenada y los puntos más destacados del circuito. Después, tras entrar en boxes tenemos vía libre para salir a pista e ir a nuestro ritmo. Sin duda, un buen escenario para poner a prueba el A290. Antes de salir, a través de la pantalla central nos dirigimos a los modos de conducción. No seleccionamos Sport, sino Perso, ya que nos permite ajustar de manera independiente el nivel de asistencia de la dirección, la respuesta del acelerador o la sonoridad del motor. En cuanto a la sonoridad, hay dos opciones, Alpine y Alternative, siendo esta última peculiar, ya que es una mezcla entre el sonido de un eléctrico y de un motor de combustión. Y sí, lo seleccionamos.
Además, el A290 también cuenta con otras tecnologías curiosas, como Live Data, que permite la visualización de datos de conducción, como las fuerzas G laterales y longitudinales, monitoreo de la aceleración y el frenado o el tiempo por vuelta en circuito. Un sistema interesante, que en pleno circuito es casi imposible de ver, ya que uno va pendiente de la conducción, pero es útil para los acompañantes o si grabamos en vídeo nuestra vuelta a un circuito. Y no solo eso, también hay otros entretenimientos, como los Challenges, una serie de desafíos basados en agilidad, potencia y resistencia, con un enfoque muy similar al de los videojuegos.
Una vez que ya estamos preparados y con todos los comandos a nuestro gusto, es hora de salir a pista. En las primeras curvas seleccionamos el modo Overtake (OV), donde el eléctrico se desmelena, y aunque su cero a 100 km/h sea en 6,4 segundos, es una cifra que sí logra pegarte al asiento, especialmente cuando pulsamos el botón OV. Al entrar en una curva a velocidad rápida, con un leve movimiento del volante solventamos el leve sobreviraje que nos encontramos. A continuación, aparece una curva de casi 180 grados, donde queremos poner a prueba sus frenos, ya que antes nos han sorprendido por su efectividad. Y, realmente, estábamos en lo cierto: el A290 frena muy bien.
Cuando salimos de las curvas y aún con la dirección girada y somos demasiado rápidos con el acelerador, el coche, por seguridad, no ofrece todo su potencial con el fin de evitar pérdidas de tracción o que la persona pueda llegar a perder el control del coche. Para ello, siempre podemos quitar el control de estabilidad (ESC), pero no es lo más aconsejable. Siguen pasando las curvas y llegamos a varias zonas con virajes enlazados donde el Alpine va realmente bien y no muestra ningún movimiento erróneo de la carrocería. El reparto de pesos del coche es 57% y 43% detrás. Después de dar cinco curvas, donde gradualmente, aumentamos el paso por vuelta, no hemos tenido ningún susto ni sensación extraña con el A290. De hecho, todo lo contrario, que nos permite refutar lo dicho anteriormente: Alpine ha desarrollado un eléctrico que permite tanto moverse en el día a día, como ir a una zona de curvas y sacarnos una sonrisa por su rendimiento y prestaciones.
El Alpine A290 es especial por varios motivos. Primero, por ser la variante más deportiva y prestacional del nuevo Renault 5, modelo en el que está basado. Y, después, por iniciar una nueva era para Alpine, ya que es el primer modelo eléctrico de la historia de la firma francesa y por significar el comienzo de una hornada de siete modelos, todos ellos eléctricos, que irán llegando hasta 2030. El primero es este A290; en 2025 será el A390, un crossover que la marca ya ha avanzado a través del prototipo A390-ß; y en 2026 será el turno del sucesor del A110. En los siguientes años ya hay confirmados un A110 Cabrio y un nuevo A310, a los que hay que sumar otros modelos de los que todavía no hay información. En lo que respecta al A290, en junio ya tuvimos ocasión de subirnos en el modelo en París (Francia), y ahora ya lo hemos conducido en la presentación internacional del modelo realizada en Mallorca.