Conducimos el nuevo Jeep Grand Cherokee, primero con mecánica híbrida enchufable

Actualmente, el 60% de los vehículos que Jeep vende en Europa son lo que en el sector se denomina LEV (Low Emissions Vehicle, o vehículos de bajas emisiones), con protagonismo especial para las versiones híbridas enchufables 4xe que la marca americana ya ofrece en el caso de Renegade y Compass desde 2020, y en el Wrangler desde 2021. Además, el año pasado llegaron las variantes con mecánica de hibridación suave para las gamas Renegade y Compass, y para este 2023 se dejaban otros dos platos principales: por un lado, el pequeño SUV Avenger, primer eléctrico de la casa y vigente Car of the Year en Europa; y, por otro, la quinta generación del Grand Cherokee, que en Norteamérica también se ofrece con motores de gasolina pero a nuestro continente solo llega en versión híbrida enchufable, también denominada 4xe.

Una variante desde el punto de vista mecánico, pero cuatro para elegir en España en función del equipamiento y el aspecto que prefiramos. La versión básica, que tiene un precio de 79.955 euros, se llama Limited e incluye de serie llantas de 20 pulgadas, iluminación exterior full LED, aviso de colisión frontal a cualquier velocidad, reconocimiento de señales de tráfico, detector de fatiga y sistema Selec-Terrain para la conducción todoterreno. Y en el interior, asientos con tapicería Premium, instrumentación digital de 10,25 pulgadas y pantalla central táctil de 10 pulgadas con sistema Radio Nav.

En cuestión de precios, por encima se sitúa el nivel Trailhawk, que cuesta 84.755 euros y es la alternativa todoterreno por excelencia, pues viene de serie con llantas de 18 pulgadas equipadas con neumáticos All Terrain, sistema Quadra-Drive II, diferencial electrónico trasero de deslizamiento limitado, desconexión de la barra estabilizadora delantera, tres placas protectoras y kit de accesorios Jeep Offroad. Y en su habitáculo, asientos delanteros ventilados, disponibles en piel Capri con aplicaciones de ante y costuras azules.

El tercer escalón de la gama es la terminación Overland, con factura de 88.115 euros; y en este caso su dotación cuenta con llantas pulidas de 20 pulgadas y escape doble, mientras que el interior recibe de serie el techo panorámico de doble panel, las luces ambientales multicolor y los asientos de piel Nappa.

Por último, como tope de gama, figura el acabado Summit Reserve, con un precio que escala ya a 96.275 euros y que presume de llantas pulidas de 21 pulgadas o un interior con asientos y paneles de puertas de piel Palermo, detalles en auténtica madera de nogal, equipo de sonido McIntosh con 19 altavoces y pantalla para el pasajero de 10 pulgadas.

Características técnicas

El nuevo Grand Cherokee es un SUV de cinco puertas y cinco plazas con 491 centímetros de longitud por 197 de ancho y 180 de alto que tiene un maletero de 533 litros, y su mecánica híbrida enchufable rinde 380 CV de potencia y 637 Nm de par máximo, fruto de combinar un motor de gasolina 2.0 Turbo de cuatro cilindros con inyección directa, que por sí solo genera 272 CV, con dos motores eléctricos, uno de 33 kW (45 CV) dedicado a operar como generador de corriente y otro de 100 kW (136 CV) que puede impulsar el vehículo. Y todo ello asociado a un cambio automático de ocho velocidades con reductora, y a una batería de iones de litio con 17,3 kWh de capacidad que podemos cargar a una potencia de hasta 7,2 kW, y que da para recorrer 48 kilómetros de media en modo eléctrico, o 51 en ciudad, de acuerdo con el ciclo WLTP.

En cuanto a prestaciones, esos 380 CV y la tracción a las cuatro ruedas se traducen en una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,3 segundos, mientras que la velocidad punta ha sido limitada electrónicamente a 210 km/h. Y gracias a esos 48 kilómetros de alcance eléctrico teórico entre recargas, homologa un gasto medio de 2,8 l/100 km, aunque ya se sabe que el consumo real de un híbrido enchufable depende en gran medida del tipo de uso que hagamos y de la frecuencia con que recarguemos su batería.

El sistema E Selec del nuevo Grand Cherokee 4xe permite elegir el modo de conducción mediante unos botones del salpicadero, a la izquierda del volante. El programa Hybrid, por ejemplo, combina el motor eléctrico y el de gasolina, optimizando el uso de la batería y la potencia del motor para ofrecer la mejor combinación entre eficiencia de combustible y prestaciones. Si pulsamos Electric, el SUV americano funciona con energía eléctrica y sin emisiones, hasta que la batería se descarga o el conductor solicita más par, como al acelerar a fondo, lo que activa el motor de gasolina. Y, por último, en el modo eSave prioriza el motor de gasolina, ahorrando carga de la batería para su posterior uso. No obstante, el conductor también puede elegir entre las funciones Battery Save, para ahorrar batería, y Battery Charge, para recargar la batería durante la marcha.

Además, la instrumentación y la pantalla táctil central incluyen las llamadas Eco Coaching Pages, que permiten al usuario controlar el flujo de energía y ver el impacto del frenado regenerativo, además de consultar su historial de conducción con detalles sobre el uso de la electricidad y la gasolina. Asimismo, el frenado regenerativo es parte del sistema 4xe, y cuando el conductor pisa el pedal del freno, la centralita del sistema de propulsión activa el máximo frenado regenerativo disponible para que el vehículo aminore. Por otra parte, cuando la tracción 4x4 está activada, las cuatro ruedas alimentan el par para un frenado regenerativo, maximizando la recuperación de energía, y la función Max Regen, seleccionable por el conductor, recalibra el frenado regenerativo para intensificar su acción cuando el conductor conduce a vela, sin pisar el pedal del acelerador, de manera que usando Max Regen podemos reducir la velocidad del vehículo más eficazmente que con el frenado regenerativo estándar; y generando más electricidad para la batería.

Y es novedad en el Grand Cherokee 4xe la desconexión del eje delantero, pues si el vehículo detecta que las condiciones de la carretera no requieren tracción en las cuatro ruedas, pone automáticamente al vehículo en tracción a las dos ruedas traseras, lo que reduce la resistencia y ahorra combustible; si bien la tracción total se reactiva automáticamente cuando el vehículo detecta que es necesaria.

Un SUV muy todoterreno

Como buen Jeep, el nuevo Grand Cherokee no descuida en absoluto su faceta más campera, y según la marca americana, esta quinta generación ofrece la mayor capacidad 4x4 hasta el momento. De hecho, la versión 4xe Trailhawk ha superado la famosa ruta off road del Rubicon Trail en modo totalmente eléctrico, ayudada por la nueva desconexión de la barra estabilizadora, que permite una mejor articulación y tracción sobre rocas y terrenos muy irregulares. Además, la suspensión neumática Quadra-Lift, ahora con amortiguación electrónica semiactiva, lleva la altura libre al suelo a un máximo de 27,8 centímetros, y la profundidad de vadeo a 61 centímetros.

Asimismo, el nuevo Grand Cherokee 4xe puede equipar dos sistemas de tracción total diferentes: el Quadra-Trac II y el Quadra-Drive II con diferencial trasero electrónico autoblocante (eLSD), aunque ambos están equipados con una caja de transferencia activa que mejora la tracción, distribuyendo siempre el par a la rueda con más agarre.

Por otro lado, el sistema de control de tracción Selec-Terrain permite al conductor elegir la configuración dentro o fuera de la carretera para adecuar el rendimiento 4x4 a las necesidades. Esta función coordina electrónicamente la distribución de par a las cuatro ruedas, el frenado y la maniobrabilidad, los sistemas de dirección y suspensión, el control del acelerador, los cambios de marcha, la caja de transferencia, el control de tracción, el control de estabilidad, el sistema antibloqueo de ruedas ABS y la respuesta de la dirección. Un sistema Selec-Terrain que ofrece cinco programas de conducción: Auto, Sport, Rock, Snow y Mud/Sand.

Y la prueba de que el nuevo Grand Cherokkee pone el listón muy alto en tecnología está, según Jeep, en sus 110 dispositivos de seguridad, algunos tan avanzados como el aviso de colisión a cualquier velocidad, el detector de peatones y ciclistas, el control de crucero adaptativo con función Stop & Go, la cámara de visión nocturna, las cámaras de visión envolvente de 360 grados, el control de tráfico cruzado posterior y el Active Drive Assist, que permiten la conducción semiautónoma Nivel 2.

Lo hemos probado en Málaga

Jeep ha elegido Málaga para la presentación en Europa de su nuevo Grand Cherokee con mecánica 4xe, y hasta allí nos hemos ido para ponernos a sus mandos. Un test que comenzaba con las rutas por autovía y carretera, en las que empezamos a disfrutar desde el primer minuto la mejora del interior, ahora más refinado y tecnológico, aunque aumenta el tiempo necesario para hacernos a todos los mandos, pues las funciones disponibles son tantas que conviene dedicar unos minutos, y somos muy optimistas, para hacernos a todo. Hay buena calidad general y materiales de atractivo aspecto, y el habitáculo resulta muy amplio, con una mejora que nos parece apreciable en las plazas traseras, pues la distancia entre ejes ha crecido cinco centímetros en comparación con su antecesor.

Jeep emplea una arquitectura totalmente nueva y ha cuidado más el apartado aerodinámico de la carrocería, de manera que se reducen el peso, el ruido y las vibraciones. El resultado, un vehículo bastante cómodo, aunque en eso no lidera la categoría, pues el Grand Cherokee conserva esa cierta aspereza que tenían los vehículos todoterreno de siempre. Quizás porque el sonido del motor de gasolina, de cuatro cilindros, no es precisamente bello ni discreto, y si aceleramos con fuerza se deja escuchar en el interior con relativa claridad. No llega al punto de ser desagradable, e incluso habrá conductores a los que les gustará sentir ese sonido, pero para viajes largos nosotros preferimos mayor silencio.

Si abandonamos las vías rápidas y nos internamos en carreteras nacionales o comarcales, el agrado final puede depender bastante del número de curvas y de su radio, porque a medida que se van cerrando, crecerá la intensidad de nuestras frenadas y aumentará también el apoyo en los virajes, y el Gran Cherokee 4xe empieza a sentirse menos cómodo, porque los balanceos son relativamente marcados y el elevado peso del conjunto se hace notar al frenar con fuerza. Es decir, en vías serpenteantes tendremos 380 CV de potencia para disfrutar, pero el chasis nos pedirá ritmos de marcha más calmados, pues hablamos de un SUV con mucha personalidad todoterreno, y no son estos escenarios retorcidos, tan frecuentes Málaga adentro, los mejores para disfrutar al volante. Porque es noble y seguro, pero no especialmente ágil.

Todo lo contrario que al salir de las carreteras, porque, ya en el interior de la provincia andaluza, nos internamos por caminos y el Grand Cherokee 4xe empieza a sentirse en su salsa. Y da igual si son pistas lisas como si el camino está más roto, pues la suspensión filtra bien y el confort no se resiente. Y la enorme finca reservada por Jeep para nuestros ensayos tiene una red viaria sorprendentemente variada, lo que incluye algunas cuestas realmente empinadas que el SUV americano trepa como si nada, o trialeras realmente complejas donde la versión Trailhawk muestra una movilidad sorprendente, inalcanzable para la mayoría de los SUV y solo comparable a la de los mejores todoterreno del momento, como algunos modelos de las gamas Land Rover y Range Rover, el Toyota Land Cruiser o el Mercedes-Benz Clase G, principalmente.

Puestos a criticar algún detalle, no nos convenció el interior demasiado oscuro de esa variante Trailhawk, donde la presencia del polvo se hace demasiado evidente en cuanto empezamos a circular por caminos, y el consumo real del motor de gasolina se dispara bastante cuando la batería eléctrica se ha agotado, lo que ocurrirá seguramente antes de los 40 kilómetros, e incluso de los 30, si circulamos por autovía, escenario donde parece mejor idea utilizar el modo Hybrid que el Electric para no acabar tan pronto con la carga de la batería.