Probamos el A110 R, el Alpine más enfocado a pista y con 285 km/h de velocidad punta

Alpine corona la gama de su único modelo a la venta con el A110 R, la versión más ligera, extrema y rápida lanzada hasta la fecha, y que ya hemos podido probar por carretera y en el escenario para el que ha sido diseñado: un circuito. En concreto, el madrileño trazado del Jarama.

El A110 R se diferencia sobre todo del resto de versiones por el trabajo de aligeramiento, que ha permitido rebajar el peso hasta los 1.082 kilos, es decir, 34 kilos menos que un A110 S. Esto se ha conseguido eliminando alguna pieza, pero sobre todo, sustituyendo muchas otras por fibra de carbono, material del que se ha hecho un uso intensivo en este A110 R. Por ejemplo, el capó, que es completamente de carbono, reduce 2,9 kilos el peso en comparación con el del A110 S. Las llantas, también en carbono, suponen una reducción de 12,5 kilos y son de diseño abierto en la parte delantera y cerrado en la trasera, para mejorar la aerodinámica. Y la cosa no termina ahí: la luneta trasera de carbono ahorra cuatro kilos, los asientos monocasco Sabelt Track otros cinco, los arneses 1.500 gramos, el escape 700 gramos…

Gracias a todo esto, y combinándolo con los 300 CV de su motor 1.8 turboalimentado de cuatro cilindros y su caja de cambios automática de doble embrague y siete relaciones, el A110 R, con la función Launch Control activada, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en tan sólo 3,9 segundos, y continúa progresando hasta alcanzar su velocidad máxima de 285 km/h. Y todo esto amenizado con un sonido del motor que se ve incrementado en el A110 R, pues cuenta con un sistema de escape nuevo con doble pared e impreso en 3D que, además de refrigerar el tubo, produce un efecto más rotundo. Pero no sólo se percibe más en el exterior, sino que también se escucha más desde el habitáculo, pues se ha cambiado el panel tras los asientos, antes de vidrio laminado, por una pieza de aluminio, además de contar con un tubo que sale de la admisión directamente hacia el habitáculo, para potenciar el sonido dentro sin recurrir a trucos electrónicos mediante los altavoces. Sonido real y directo del motor.

Y es que aunque el motor no cambia respecto al del A110 S, sí lo hacen otros elementos. Así, el chasis se ha puesto a punto para ofrecer un rendimiento óptimo en pista, pero también en la calle. Así, el A110 R es 10 milímetros más bajo que el A110 S, y gracias a sus amortiguadores ajustables, la altura puede reducirse otros 10 milímetros extra si vamos a usarlo únicamente en pista, ya que esa altura tan contenida no está homologada para circular por las vías públicas. También son específicas las barras estabilizadoras, un 10% más rígidas en el eje delantero y un 25% en el trasero, mientras que los muelles de la suspensión ofrecen más de un 10% de rigidez extra frente a los del A110 S.

Asimismo, de serie viene equipado con unos neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2, gomas semi-slick que en circuito hacen maravillas pero que para la calle, sobre todo con frío o lluvia, obligarán a ir mucho más atentos. Y el sistema de frenado Brembo de alto rendimiento está compuesto por discos bimateriales de 320 milímetros de diámetro delante y detrás, y los ingenieros han acoplado para refrigerarlos un nuevo sistema exclusivo del A110 R.

También contribuye mucho a su personalizada conducción la aerodinámica, apartado sobre el que Alpine ha trabajado a conciencia con su modelo tope de gama. Y es que en el A110 R la marca ha añadido o modificado numerosos elementos que optimizan su comportamiento a alta velocidad, beneficiándose de las tecnologías y herramientas de desarrollo del túnel de viento de Fórmula 1. De este modo, el alerón trasero específico con soportes tipo cuello de cisne está menos inclinado, más atrasado y con un ángulo de ataque menor al del A110S. El difusor, por su parte, también modifica las aletas, siendo ahora más grandes, más bajas y con un perfil diseñado para guiar el aire hacia el final de la pieza, que se ha alargado. Asimismo, el fondo plano, las llantas de carbono, el splitter delantero o los faldones ayudan a proporcionar mayor estabilidad en curvas y a alta velocidad. Con todo esto, el A110 R tiene una carga aerodinámica trasera mayor que la del A110 S: 29 kilogramos extra a velocidad máxima.

Y el habitáculo está completamente revestido en microfibra, con unos tiradores de tela rojos que sustituyen a los tradicionales y con el volante también recubierto en microfibra. Pero lo más impresionante son sin duda los asientos monocasco Sabelt Track inspirados en la competición. Están construidos en carbono con almohadillas de microfibra y vienen equipados con arneses de competición de seis puntos homologados y que proporcionan una sujeción óptima en todo tipo de situaciones para el conductor y el pasajero. El asiento del copiloto, por cierto, es fijo.

Nos ponemos a los mandos

Los asientos son precisamente lo primero que nos ha llamado la atención al montarnos en el A110 R en nuestra prueba de conducción. Desde fuera llaman mucho la atención sus llantas en carbono o el capó del mismo material, pero una vez dentro lo que te hace sentir especial son esas butacas de carbono con arneses. En cuanto te aprietas bien y sales, el coche empieza a mostrar sus virtudes de manera alarmantemente fácil. Y es que la sensación de ligereza es su punto más fuerte, pues sus 300 CV empujan que da gusto y combinados con la puesta a punto del chasis y la suspensión, el coche dice en todo momento lo que va a hacer, sin sustos ni extraños. Ni siquiera en frenadas fuertes se mueve la zaga de lado a lado, cosa que sí pasa en coches más pesados. Gracias a sus 1.082 kilos, puedes moverlo con soltura en las curvas incluso apretando el ritmo, cortesía también de una dirección muy precisa y comunicativa. Además, a pesar de tener solo tracción trasera, tiende a irse más de morro que de atrás, lo que hace que sea más predecible y permite a los conductores menos expertos disfrutar más.

En términos de practicidad, quizás no se le pueda pedir mucho a un coche de estas características. El maletero trasero es minúsculo, y el delantero, algo más amplio pero para meter un par mochilas y poco más. Y en el interior sólo encontraremos un hueco para el móvil y un pequeño estuche entre los asientos para el manual del coche y el chaleco reflectante. Sin embargo, nos han sorprendido para bien los asientos, porque los ves y parece que no serán muy cómodos, pero en la práctica son una grata sorpresa en cuanto a confort. Por contra, los arneses restan mucha de esa comodidad en el día a día, pues con ellos abrochados no podremos pagar un peaje, ni sacar el ticket de un parking, ni cerrar la puerta si nos la hemos dejado muy abierta al entrar, por ejemplo.

Y es que de esos pequeños detalles de uso cotidiano te das cuenta cuando sales a conducirlo en carretera, que es lo siguiente que hicimos tras abandonar la pista. El coche va muy bien plantado, no es extremadamente ruidoso y tampoco es incómodo a pesar de su suspensión firme, incluso más rígida que la de un A110 S. Puede que no sea el coche ideal para viajar seis horas, pero nos ha parecido cómodo, porque hemos estado casi dos horas conduciéndolo por el entorno de la sierra de Guadarrama, en Madrid, y no hemos notado cansancio. Tampoco resulta incómodo a la hora de pasar sobre resaltos, pues no toca ni raspa pasándolos a velocidades normales.

Sin embargo, no todo es espectacular en el A110 R, pues tiene elementos que podrían mejorarse, como el sistema multimedia, que utiliza unos gráficos y una pantalla de anteriores modelos de Renault, con una calidad justita de las imágenes y una cámara de marcha atrás que no está a la altura de un coche que arranca en 107.000 euros. Y la utilizaremos bastante, porque esta versión no tiene luna trasera y, por tanto, tampoco retrovisor interior, de modo que debemos fiar todo a los espejos laterales y a la citada cámara. Además, si queremos nuestro A110 R con la pintura azul mate opcional que decoraba las unidades que probamos (la misma que decoraba el monoplaza A522 de Fórmula 1 del equipo BWT Alpine F1 Team la temporada pasada) deberemos pagar la friolera de 6.290 euros.

Ahora bien, todo esto se le perdona cuando seleccionas en el volante el modo Track y aceleras escuchando la melodía que sale del escape, que incluso petardea cada vez que se reduce una marcha o se levanta el pie del acelerador. El A110 R es un verdadero juguete para mayores, que será disfrutado mucho más si se le deja correr en su terreno natural: la pista.