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Electromovilidad en España: muchas noticias preocupantes, pero también alguna buena
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Nuestro país avanza, pero menos que otros

Electromovilidad en España: muchas noticias preocupantes, pero también alguna buena

Si empezamos por lo bueno, el último informe sobre electromovilidad dice que las estaciones de carga ultrarrápidas crecen a todo ritmo. Lo malo, es que siguen siendo minoritarias. Y no es lo único que hunde a España en los puestos de cola europeos

Foto: Un coche electrico recarga su batería en una estación de Fuentespina (Burgos).
Un coche electrico recarga su batería en una estación de Fuentespina (Burgos).

Lo explicamos cada tres meses, porque cada trimestre se publica el llamado Barómetro de la Electromovilidad, un informe que en España confecciona la patronal de los fabricantes de coches, Anfac, y que sirve para dos cosas básicamente: por un lado, comprobar cómo progresa realmente la electromovilidad en nuestro país, toda vez que nuestras autoridades europeas decidieron hace años abocarnos a ese incierto escenario y ponerle fecha al fin de la venta de coches nuevos con motor de combustión, y, por otro, compararnos con los países de nuestro entorno, que también elaboran cuatro veces al año este mismo estudio, basado en la situación de la infraestructura de recarga pública y en la matriculación de vehículos electrificados o enchufables, es decir, eléctricos puros (BEV) e híbridos enchufables (PHEV).

Y el Barómetro de la Electromovilidad correspondiente al cuarto trimestre, con datos cerrados a 31 de diciembre de 2024, viene a ser una continuación de los informes precedentes, pues Anfac concluye que "España mantiene una evolución positiva en su camino hacia la electrificación, aunque debe acelerar". Dicho de otro modo, más de lo mismo. O, para ser más precisos, mejor pero igual de mal. Así es de tozuda la realidad, porque nuestro país terminó el pasado ejercicio con solo 15,5 puntos sobre 100 posibles en el indicador global de electromovilidad, que valora la penetración de los vehículos electrificados en las matriculaciones y la instalación de infraestructuras de recarga de acceso público. Son 1,7 puntos más que un año antes, e incluso el progreso es mejor que en el conjunto de Europa, pues el indicador global del continente subió solo 1,2 puntos entre el final del 2023 y el final del 2024, aunque frente a nuestra calificación de 15,5 puntos, la media europea está casi en el doble: 29 puntos sobre 100. Pero tanto en España como en el resto de Europa, el dictamen sobre los últimos 12 meses es muy parecido: un estancamiento de las ventas de vehículos enchufables, aunque en el caso del potente mercado alemán deba hablarse directamente de caída, que se ha compensado con el mayor ritmo de despliegue de la infraestructura de recarga.

placeholder Dos coches eléctricos recargan sus baterías en una estación ultrarrápida en Unquera (Cantabria).
Dos coches eléctricos recargan sus baterías en una estación ultrarrápida en Unquera (Cantabria).

La ralentización del mercado y la economía, junto con la necesidad de medidas más eficaces para impulsar la venta de vehículos electrificados, ha condicionado la evolución del indicador general tanto para Europa como para España, lo que se evidencia con los ejemplos de Portugal y Alemania: mientras nuestros vecinos lusos han seguido apostando por el modelo de electrificación con ayudas directas a la demanda, lo que se ha traducido en 4,7 puntos de ganancia en el indicador, Alemania ha caído 4,3 puntos tras la retirada de las ayudas a la compra de estos vehículos.

Ventas estancadas o en caída

Durante el 2024 se vendieron en nuestro país 115.935 turismos nuevos electrificados (BEV+PHEV), cifra que representa un mínimo aumento frente a las 113.784 unidades del 2023 y se queda lejísimos del objetivo de 280.000 unidades marcado para el año recien concluido, si se quieren cumplir los objetivos de descarbonización establecidos en el plan Fit for 55. Como resultado, a lo largo del 2024 el indicador de penetración del vehículo electrificado cerró en España con una valoración media de 21,4 puntos, lo que supone un incremento de solo 0,5 puntos respecto al 2023. A pesar de ello, España ha reducido la brecha con la media europea, que ha situado su indicador en 38,6 puntos sobre 100, tras un retroceso de 2,7 puntos causado por la caída, de 12,5 puntos, en el mercado alemán de los coches electrificados tras retirarse las ayudas.

Países Bajos, Reino Unido y Portugal destacan en el lado positivo, con mejoras respectivas de 5,3, 4,5 y 4,6 puntos, manteniéndose únicamente por debajo de Noruega, que cuenta con un indicador de 142,7 sobre 100. En comparación con su entorno, España se mantiene en los puestos de cola continentales, pues solo superamos en penetración del coche enchufable a Hungría (20,6 puntos), Italia (18,9) y Chequia (18,3).

Un 32% más de puntos de carga

Mejor nos han ido las cosas en lo que se refiere a la evolución de la infraestructura de recarga de acceso público, y aunque Anfac recuerda que el proceso todavía debe acelerarse, reconoce en su Barómetro de la Electromovilidad que a lo largo del 2024 los puntos de recarga operativos crecieron un 32% y alcanzaron los 38.725, que son 9.424 más que un año antes. Un progreso que podría ser todavía más positivo si los 11.446 puntos de recarga que se encuentran instalados, pero no funcionaban a 31 de diciembre por diversas razones, comenzasen a operar. Es decir, un 22,8% del total de la infraestructura instalada en España no está prestando servicio. Y la patronal de los fabricantes de automóviles insiste en que, de estar operativos, en España habría 50.171 puntos de recarga de acceso público, relativamente cerca ya del objetivo marcado para el final del 2024: 64.000 puntos. Y es que a lo largo del pasado año se incrementaron en 3.718 los puntos fuera de servicio en comparación con el 2023, lo que tiene que ver en muchos casos con la falta de agilidad en los trámites burocráticos que autorizan su puesta en marcha.

placeholder Los puntos de carga operativos han crecido, pero también los instalados que aún no funcionan.
Los puntos de carga operativos han crecido, pero también los instalados que aún no funcionan.

Con esos datos, el indicador español referido a infraestructura de recarga de acceso público sube 2,9 puntos y alcanza ya los 9,6 sobre 100, gracias al aumento del número de puntos totales, pero especialmente de los puntos de recarga rápidos, lo que lleva a Anfac a opinar que "el número actual de puntos de recarga de acceso público es suficiente para el parque de vehículos electrificados existente, y debe dar confianza a los ciudadanos".

Sin embargo, el avance español en este capítulo es inferior al del conjunto de Europa, que sube 5,1 puntos y se sitúa ya en 19,4 sobre 100, de manera que crece la distancia entre nuestro país y la media continental en cuanto a infraestructura de recarga. De hecho, España se mantiene en la antepenúltima posición del continente, solo por delante de Chequia (6,8) y Hungría (4,3). Y, curiosamente, los territorios con las mejores cifras, que son Países Bajos (86,2) y Noruega (71,8), siguen siendo los que más avances han realizado, con incrementos de 15,1 y 11,4 puntos, respectivamente.

Los ultrarrápidos, más del doble

Pero tras una sucesión de datos que podríamos calificar de malos, pese a ciertas mejoras, tambien hay espacio para las noticias más positivas dentro de este Barómetro de la Electromovilidad, pues la cifra global de puntos de recarga ultrarrápida desplegados en España, con potencia igual o superior a 150 kW, ha alcanzado en 2024 los 3.255, y eso es más del doble que los 1.525 de ese tipo que había instalados al finalizar el 2023. Un avance significativo, pues demuestra una mejora de la calidad de los puntos, aunque la tendencia debe continuar o acelerarse en 2025 porque estos puntos ultrarrápidos sólo representan el 8,4% de la infraestructura total de recarga.

placeholder Los puntos de carga rápidos o ultrarrápidos siguen siendo una minoría en España.
Los puntos de carga rápidos o ultrarrápidos siguen siendo una minoría en España.

Y si nos centramos en los puntos con 250 kW o más de potencia, en 2024 su número creció en 816, alcanzando a 31 de diciembre un total de 1.437 puntos. Cabe señalar, no obstante, que son los fabricantes de automóviles los que siguen liderando el despliegue de estos puntos de altísima potencia, pues aproximadamente el 80% de los puntos de recarga de acceso público con 250 kW o más se vincula a proyectos de marcas de coches.

En cualquier caso, el pasado año también se abrieron al público 5.058 puntos de recarga con potencia de 22 kW o menos, lo que conduce a un panorama nada alentador: el 71% de los puntos de recarga de acceso público que operan en España son de baja potencia, y eso se traduce en tiempos de recarga mínimos de dos o tres horas. Anfac considera esto como "un punto crítico para el despliegue del vehículo eléctrico como vehículo de todo uso, frente a la percepción actual de utilización de éste como segundo o tercer vehículo para zonas urbanas". De hecho, en las previsiones de Anfac se fijaba que al terminar el año 2024, los puntos de recarga con 22 kW o menos deberían representar solo un 49% del total.

¿Y la señalización de los puntos?

Para el director general de Anfac, José López-Tafall, "las cifras del Barómetro de la Electromovilidad indican, a cierre de 2024, que los avances realizados en la movilidad eléctrica en nuestro país son positivos, pero es evidente que estamos en una carrera europea y hemos de acelerar. El despliegue del vehículo eléctrico representa no solo una oportunidad, sino una necesidad para mantener la competitividad de la industria de la automoción en España y en Europa, por lo que debemos incrementar el ritmo. Debemos redoblar los esfuerzos, tanto desde las entidades públicas como desde el sector privado, para lograr potenciar la demanda y la instalación de la infraestructura eléctrica. Para Anfac es crítico que los esfuerzos se centren en conseguir cuanto antes que la mayoría de los puntos de recarga ya instalados estén operativos y, muy especialmente, que estén debidamente señalizados en las carreteras".

En ese sentido, López-Tafall añade que “cualquiera que circule por las carreteras españolas sabe que no hay señalización de los muchos y buenos puntos de recarga que ya existen, y basta salir a Francia o Portugal para darse cuenta de que otros países sí han priorizado este aspecto, critico para dar confianza a los que se están planteando un cambio de tecnología”. Al respecto, el director general de Anfac insiste en que "el mejor regalo del año nuevo sería un plan de choque para que todos esos activos se visibilicen en las carreteras españolas. Queda mucho camino por recorrer para poder acercarnos a los objetivos marcados para 2025, por lo que es necesario mantener un doble enfoque, con medidas de choque a corto plazo y una visión estratégica a medio y largo plazo que nos marque el camino para mantener la competitividad de nuestra industria. Y siempre divulgando a favor del uso del vehículo privado, que, si fuera cero emisiones, pues mucho mejor”.

Lo explicamos cada tres meses, porque cada trimestre se publica el llamado Barómetro de la Electromovilidad, un informe que en España confecciona la patronal de los fabricantes de coches, Anfac, y que sirve para dos cosas básicamente: por un lado, comprobar cómo progresa realmente la electromovilidad en nuestro país, toda vez que nuestras autoridades europeas decidieron hace años abocarnos a ese incierto escenario y ponerle fecha al fin de la venta de coches nuevos con motor de combustión, y, por otro, compararnos con los países de nuestro entorno, que también elaboran cuatro veces al año este mismo estudio, basado en la situación de la infraestructura de recarga pública y en la matriculación de vehículos electrificados o enchufables, es decir, eléctricos puros (BEV) e híbridos enchufables (PHEV).

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