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La primera carga de un coche eléctrico, clave para alargar la vida de la batería hasta un 70%
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Se realizaron 186 ciclos de carga completos

La primera carga de un coche eléctrico, clave para alargar la vida de la batería hasta un 70%

Un nuevo estudio ha concluido que la primera carga de un coche eléctrico puede estirar la vida de la batería en hasta un 70%. Para lograr este efecto, la recarga debe ser a una velocidad muy alta, y aunque suene raro, tiene una explicación

Foto: Esta primera carga, también llamada de formación, la hace el fabricante y no el usuario. (EFE/Quique García)
Esta primera carga, también llamada de formación, la hace el fabricante y no el usuario. (EFE/Quique García)

Con frecuencia, el coche eléctrico es protagonista de múltiples estudios por parte de empresas, universidades o, directamente, de los fabricantes. Sobre la mesa hay muchos temas que despiertas interés, como por ejemplo, los factores que afectan de forma positiva o negativa a la autonomía, la degradación de las baterías LFP o la opinión de los propios usuarios sobre la electromovilidad. Sin ir más lejos, recientemente, un estudio internacional basado en encuestas personales llevadas a cabo en nueve países preguntaba a la gente si querrían comprar un coche eléctrico, si su próximo coche podría ser un eléctrico o si volverían a uno de combustión, en caso de ya haberlo adquirido. El resultado final no dejaba indiferente a nadie.

placeholder Esta práctica puede alargar la vida de una batería en un promedio del 50%; hasta un máximo del 70%.
Esta práctica puede alargar la vida de una batería en un promedio del 50%; hasta un máximo del 70%.

Ahora, un nuevo estudio financiado por el Instituto de Investigación de Toyota con la colaboración de científicos de baterías de SLAC-Stanford, el Massachusetts Institute of Technology y la Universidad de Washington, ha concluido con una información interesante y nunca vista antes, ya que ha determinado que la primera carga realizada en un coche puede alargar la vida de una batería en un promedio del 50% y en hasta un máximo del 70%. Para lograr este efecto positivo hay una condición primordial, y es que sí o si, esta primera recarga, también denominada carga de formación, debe hacerse "a velocidades inusualmente altas", aunque suene extraño.

Tiene una explicación

"La formación es un paso fundamental en la fabricación de baterías. Durante este proceso, se consume litio para formar la interfase electrolítica sólida (SEI), que a su vez determina la vida útil de la batería. Sorprendentemente, la alta corriente de carga en el primer ciclo extiende la vida útil de la batería en un promedio del 50%", explica el estudio. Además, se cita que los ciclos de carga iniciales estabilizan la batería y ayudan a activar los materiales dentro de las celdas. Un proceso que afecta al rendimiento, la longevidad y la calidad general de la batería.

Durante la investigación, se realizaron 186 ciclos de carga y descarga a través de 62 protocolos de formación. Al enchufar los coches a alta potencia por primera vez, las celdas perdieron parte de su contenido de litio, hasta un 30% en comparación con el 9% con los métodos de primera carga tradicionales. "El litio perdido se convierte en parte de la interfase electrolítica sólida (SEI), que se forma en la superficie del electrodo negativo durante la primera carga. Esta capa básicamente protege el electrodo negativo donde la pérdida de litio puede acelerarse con el tiempo. Eso tiene un efecto positivo en general en la vida útil del paquete", explica el estudio.

placeholder El estudio ha sido financiado por el Instituto de Investigación de Toyota.
El estudio ha sido financiado por el Instituto de Investigación de Toyota.

Esta práctica es lo opuesto a los que fabricantes suelen hacer, según el informe, que es dar a las baterías una primera carga con corriente baja. Un proceso que requiere tiempo y que es uno de los principales cuellos de botellas en la fabricación de baterías. "Como la pérdida de litio se produce debido a una corriente inicial elevada, habría espacio libre adicional en ambos electrodos, lo que, en última instancia, ayudaría a mejorar el rendimiento y la vida útil de la batería", afirma el estudio.

Con frecuencia, el coche eléctrico es protagonista de múltiples estudios por parte de empresas, universidades o, directamente, de los fabricantes. Sobre la mesa hay muchos temas que despiertas interés, como por ejemplo, los factores que afectan de forma positiva o negativa a la autonomía, la degradación de las baterías LFP o la opinión de los propios usuarios sobre la electromovilidad. Sin ir más lejos, recientemente, un estudio internacional basado en encuestas personales llevadas a cabo en nueve países preguntaba a la gente si querrían comprar un coche eléctrico, si su próximo coche podría ser un eléctrico o si volverían a uno de combustión, en caso de ya haberlo adquirido. El resultado final no dejaba indiferente a nadie.

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