Aston Martin Valhalla: si pediste un híbrido enchufable en tu carta, podrían habértelo traído
Dijo alguien un día que a medida que cumplimos años, lo único que cambia es el precio de nuestros juguetes. Y el Aston Martin Valhalla es, desde luego, uno bien caro, capaz de competir con un Fórmula 1 en prestaciones o de circular sin emisiones
Por algún motivo que todavía no acierto a comprender, había juguetes que yo incluía en mi carta a los Reyes Magos de forma recurrente, un año sí y otro también, pero que nunca tomaron forma sobre mis zapatos a los pies del árbol de Navidad. Melchor, Gaspar y Baltasar se confundían con frecuencia: o hacían caso omiso de mis plegarias, pese a que yo era un niño bueno, o traían algo que se parecía... pero que no era. Aunque, para ser justos, también debo reconocer que, a veces, sucedía lo contrario: pedías algo modesto y los Magos de Oriente te dejaban una cosa mucho mejor. Como pedirles que te traigan en 2025 un híbrido enchufable de los que más se venden, al estilo del Mercedes-Benz GLC, el Ford Kuga o el Cupra Formentor, y descubrir en la mañana del 6 de enero que a la puerta no está ninguno de esos coches, sino una bestia verde y negra llamada Valhalla, el último juguetito de Aston Martin: "Pero si yo pedí un híbrido enchufable..."
Y, en realidad, un híbrido enchufable nos habrían echado los Reyes si nos traen el Valhalla; aunque bajo la radical forma de un superdeportivo. O, como lo bautiza la firma británica, un hypercar, que es esa nueva categoría creada hace pocos años para incluir a los coches más potentes, rápidos, caros y exclusivos del mundo. De hecho, y por si alguien desea comprarlo en vez de pedirlo en una carta por si cuela, su precio podría rondar el millón de dólares, que al cambio son ahora 970.000 euros, aunque se trata más de un rumor bien fundamentado que de la tarifa oficial, todavía no comunicada. Lo que sí sabemos es que Aston Martin fabricará solo 999 unidades y que lo hará a partir del segundo trimestre, iniciándose las entregas ya en la segunda mitad de este año.
Un Valhalla de silueta sorprendente, y con unas dimensiones que permitirían encerrarlo en la mayoría de los garajes: 4.727 milímetros de longitud, 2.014 mm de anchura (son 2.208 si contamos los retrovisores) y solo 1.161 mm de altura, siendo su distancia entre ejes de 2,76 metros. Pero ojo con la rampa del aparcamiento, porque el último hypercar de Aston Martin tiene solo 109 milímetros de distancia libre al suelo, y entre eso y que el voladizo delantero (1.038 milímetros desde el centro de la rueda) es más largo que el voladizo posterior (927 mm), el ángulo de aproximación o ataque es de 8 grados: el morro rozará con mirarlo si no somos cuidadosos.
Ya estamos viendo que no es un coche cualquiera, pero es que, además, supone un punto y aparte dentro de la gama de Aston Martin, pues el Valhalla es su primer modelo de calle con motor central, el primero con mecánica híbrida enchufable y el primero también que emplea el nuevo motor V8 biturbo 4.0 de cigüeñal plano, que es, de paso, la mecánica de ocho cilindros más potente jamás montada en un coche de la marca, que en este caso, además, se asocia a una nueva transmisión de doble embrague DCT de ocho velocidades que incorpora un motor eléctrico y un diferencial posterior electrónico. Motor eléctrico integrado en el cambio que se une a otros dos de ese tipo situados delante, lo que sirve para conseguir otro hito: el Valhalla es también el primer Aston Martin que puede circular en modo completamente eléctrico.
Para Adrian Hallmark, CEO de Aston Martin, el Valhalla expresa la visión de futuro de una firma dedicada a lo que él llama "ultralujo". "Hace cuatro años emprendimos un viaje para transformar la marca Aston Martin, tomando sus históricas e inigualables credenciales de lujo y añadiendo tecnología de vanguardia inspirada en la Fórmula 1 y prestaciones líderes en su clase, con el objetivo de competir con las marcas más exitosas del mundo. Con la nueva generación de deportivos lanzada con gran éxito, ahora añadimos a la gama el primer Aston Martin de producción en serie con motor central, el supercar definitivo. Sobre el papel, y en la pista, el Valhalla es el superdeportivo más avanzado a nivel tecnológico y también centrado en el conductor, con unas prestaciones de auténtico hypercar. Pero en carretera es tan manejable y disfrutable como cualquier otro Aston Martin. Una propuesta única, diseñada para ser el producto más elegante y emocionante del mercado”.
Cuatro motores, 1.079 CV en total
Si lo que vemos impresiona, lo que está escondido bajo su carrocería tampoco desmerece. Porque su sistema de propulsión híbrido rinde en total 1.079 CV y 1.100 Nm de par máximo, cifras que son el resultado de combinar los 828 CV del ya citado V8 biturbo de cuatro litros y los 251 CV adicionales que aportan los tres motores eléctricos, dos de los cuales están dedicados exclusivamente a accionar el eje delantero. El V8 de gasolina genera nada menos que 207 CV por cada litro de cilindrada, y esa es la mayor potencia específica de cualquier Aston Martin. Esa fuerza es canalizada hacia las ruedas traseras por la transmisión DCT de ocho marchas, que prescinde de la marcha atrás (del movimiento del vehículo marcha atrás se encargan los motores eléctricos del eje delantero en todos los modos de conducción) y presume de tiempos de cambio en fracciones de segundo, mientras que las ruedas delanteras aportan su propia propulsión eléctrica para lograr prestaciones de vértigo, como una aceleración de cero a 100 km/h en 2,5 segundos o una velocidad máxima de 350 km/h, aunque podría ser aún mayor, ya que está limitada electrónicamente. Pero todavía no se ha comunicado su consumo medio oficial ni sus emisiones.
Y a diferencia de lo que ocurre en los motores V8 usados en otros Aston Martin, como el Vantage, el DB12 y el DBX707, el nuevo ocho cilindros en V del Valhalla emplea un sistema de lubricación por cárter seco para garantizar un suministro de aceite adecuado en toda circunstancia, incluso si el coche está sometido a altas fuerzas laterales en las curvas de un circuito.
Además, y para pegar el Valhalla al asfalto, su avanzada aerodinámica activa genera más de 600 kilos de apoyo sobre la carrocería a partir de 240 km/h, y ese valor se mantiene estabilizado hasta los 350 km/h de velocidad punta, pues entre 240 y 350 km/h se va reduciendo gradualmente el ángulo de ataque de los alerones delantero y trasero, evitando un exceso de carga aerodinámica a medida que aumentamos la velocidad, pero manteniendo a la vez un equilibrio constante que ofrezca la máxima confianza al conductor, por más que estemos hablando de un uso extremo, autorizado en carretera en muy pocos rincones del mundo, como las autobahn germanas. Pero en circuito, y si la recta lo permite, ancha es Castilla...
Asimismo, el sofisticado sistema electrónico IVC (Integrated Vehicle Dynamics Control, o Control Integrado de la Dinámica del Vehículo) supervisa y coordina la suspensión, los frenos, la dirección, la aerodinámica activa y los sistemas de propulsión para lograr un rendimiento y una conexión con el conductor óptimos en cualquier situación. Trabajando de acuerdo con los cuatro modos de conducción seleccionables, el IVC modula continuamente el carácter dinámico del Valhalla, monitorizando el comportamiento del vehículo y los requerimientos del conductor. Pero no hay conexión física entre los ejes delantero y trasero, pues la vectorización del par en el eje delantero y el diferencial electrónico de deslizamiento limitado E-diff del eje trasero controlan la transmisión a las cuatro ruedas según las demandas.
Al arrancar, en cualquier caso, el Valhalla selecciona el modo Sport por defecto, aunque el conductor puede seleccionar manualmente los modos Pure EV, Sport+ y Race, que totalizan los cuatro programas de conducción disponibles. Y cada modo tiene su propia combinación de ajustes para el sistema de propulsión, incluido el Torque Vectoring (vectorización del par) y la integración del sistema híbrido, además de la firmeza de la suspensión, el reglaje de la aerodinámica activa y la calibración de la dirección para que el coche vaya variando su carácter en función de nuestros gustos. Pero en el modo Pure EV, curiosamente, el Valhalla pasa a ser un vehículo de tracción delantera, pues toda la propulsión en ese caso procede de los motores eléctricos del eje frontal, con una autonomía media homologada de 14 kilómetros y una velocidad máxima sin emisiones limitada a 140 km/h. Por tanto, los Valhalla que lleguen al mercado español serán recibidos por la DGT con la etiqueta Eco, pues el distintivo Cero Emisiones solo es para los híbridos enchufables con 40 o más kilómetros de alcance eléctrico oficial.
El conductor selecciona el modo elegido mediante el mando giratorio ubicado en la consola central, de tipo táctil. En Pure EV, por ejemplo, el arranque es silencioso, de forma que muchos clientes lo elegirán probablemente para iniciar y finalizar su trayecto. Pero a medida que la batería agota su carga, el Valhalla cambia automáticamente de EV a Sport, activando el motor V8 Twin-Turbo para que el coche circule de manera híbrida, combinando el par instantáneo del eje delantero electrificado con la potencia del V8, que alcanza un régimen de giro de 7.000 rpm y entrega sus 828 CV a 6.700 vueltas. Por su parte, el modo Sport+ está pensado para ofrecer el máximo dinamismo en carretera, mientras que el programa Race se enfoca a los circuitos, poniendo a disposición del conductor el máximo rendimiento y tirando ya de la aerodinámica activa.
Y es que en los modos Pure EV, Sport y Sport+ el alerón trasero activo permanece plegado para mantener la limpia silueta del Valhalla, mientras que en el modo Race, el ala posterior, o T-Wing, se eleva 255 milímetros mediante potentes cilindros hidráulicos para maximizar la carga aerodinámica. Este sistema trabaja en conjunto con otro alerón trasero activo y, oculto en este caso, un alerón frontal activo ubicado justo por delante del eje delantero. Este último, que es una innovación técnica esencial, emplea un único mecanismo para gestionar el flujo de aire a través de múltiples superficies, minimizando la resistencia aerodinámica en su posición predeterminada.
Al seleccionar el modo Race, por contra, el alerón delantero adopta su configuración de máxima carga aerodinámica, ofreciendo una gama completa de movimientos, incluida una función DRS automatizada que se activa según las necesidades del vehículo. Durante el frenado, el alerón trasero se despliega como un freno aerodinámico, trabajando en armonía con el alerón delantero activo para equilibrar la presión y garantizar una estabilidad óptima, además de un rendimiento de frenado excepcional.
Chasis de fibra de carbono
El corazón del chasis del Valhalla es una estructura de fibra de carbono hecha a medida para conseguir la máxima rigidez con la mayor ligereza posible, ya que la sección inferior sólo pesa 74,2 kilos. Diseñado y fabricado con la experiencia obtenida por Aston Martin en Fórmula 1, el monocasco de carbono, que constituye el núcleo del Valhalla, contribuye a lograr un peso en vacío de 1.655 kilos, de manera que corresponden 652 CV de potencia a cada tonelada de peso del coche.
Los subchasis de aluminio están fijados a la parte delantera y trasera del chasis. El tren delantero cuenta con una suspensión delantera tipo push-rod, al estilo de los monoplazas de Fórmula 1. Al desplazar los amortiguadores hacia el interior, el Valhalla se beneficia de un flujo de aire mejorado dentro del paso de rueda, dirigiéndolo a continuación hacia afuera por las aletas de la puerta para alimentar los radiadores de aceite traseros con un chorro de aire de mejor calidad. La suspensión posterior, en cambio, se basa en un sistema de cinco brazos, y ambos ejes emplean amortiguadores adaptativos DTX de Bilstein, ajustados para ofrecer una gran variedad de rendimientos en los distintos modos de conducción dinámica del Valhalla.
Por su parte, el sistema de frenado del Valhalla estrena el nuevo sistema Integrated Power Brake, que permite un ajuste preciso del tacto del pedal en toda la gama de deceleración, garantizando, según Aston Martin, una óptima modulación del pedal, que siempre apreciaremos firme tanto si se realizan frenadas suaves como si exigimos la máxima potencia de frenado a los discos carbocerámicos (CCB), de 410 milímetros en el eje delantero y 390 en el trasero, que presumen de un núcleo de material cerámico reforzado con fibra de carbono y recubierto por una capa de fricción cerámica adicional, y van mordidos por pinzas monobloque ventiladas, de seis pistones delante y cuatro pistones detrás, que se refrigeran con un flujo de aire directo gracias a unos conductos específicos que aseguran ventilación ininterrumpida.
En el modo Race, el sistema de frenado del Valhalla se complementa con la aerodinámica activa, que ajusta las superficies aerodinámicas activas delantera y trasera para crear un freno aerodinámico, o airbrake, que actúa como un paracaídas para incrementar la resistencia aerodinámica en frenadas bruscas. Y el nuevo superdeportivo británico incorpora también frenado regenerativo, que aumenta la autonomía del sistema de propulsión eléctrico y permite aprovechar la energía que de otro modo se desperdiciaría, enviándola a los motores eléctricos delanteros para convertir la energía cinética de la frenada en energía eléctrica y almacenarla en la batería de alta tensión.
Imagen personalizable
La carrocería de fibra de carbono está disponible con pintura o simplemente con el carbono a la vista, y los clientes tienen la opción de personalizar el exterior del Valhalla con un paquete superior o inferior que añade más fibra de carbono, pero visual y no funcional en ese caso. Además, todos los paneles exteriores de carbono pueden especificarse en lacado brillante o satinado, y ese lacado también puede solicitarse con un tinte rojo, azul o verde. Aunque si pensamos en un diseño aún más exclusivo, el Valhalla también puede elegirse con seis acabados exteriores personalizados que se inspiran en míticos coches de competición de Aston Martin.
La posibilidad de elegir entre dos tipos de llantas permite una mayor diferenciación. Si preferimos la llanta de aluminio forjado, hay tres acabados (titanio líquido, negro mate texturizado y negro satinado/torneado diamantado), y equipa neumáticos Michelin Pilot Sport S 5, con medida 285/30 ZR20 delante y 335/35 ZR21 detrás. Pero para aquellos que deseen exprimir al máximo las prestaciones del Valhalla se ofrece una llanta de magnesio ultraligera, que ahorra un total de 12 kilos de masa no suspendida, en titanio texturizado y negro satinado, y asociada a neumáticos Michelin Pilot Sport CUP 2, enfocados al uso en pista.
En cuanto al interior del nuevo biplaza británico, las influencias de la Fórmula 1 que ya vimos en el Aston Martin Valkyrie también están presentes en el habitáculo del Valhalla, con un diseño limpio y minimalista, y extremadamente deportivo, destacando los reposapiés elevados, que facilitan una posición idónea, y los asientos ligeros de fibra de carbono de una sola pieza. Además, la forma del volante también se ha inspirado en el monoplaza de Fernando Alonso, y presenta una estructura de carbono de una sola pieza.
Y frente a nosotros, un tirante de carbono recorre el ancho del habitáculo, y sobre él parece flotar el panel de instrumentos, que es una pantalla de alta definición montada en la columna de la dirección y centrada en el conductor, con información esencial para el uso en carretera y en circuito. Entre sus configuraciones destaca el modo Race, que incorpora un gran tacómetro lineal y luces indicadoras de cambio de marchas, desarrolladas con las aportaciones de los pilotos del equipo Aston Martin Aramco de Fórmula 1, mientras que para la conducción por carretera, la pantalla ofrece una función de vista ampliada, como el mapa de navegación a pantalla completa.
Por algún motivo que todavía no acierto a comprender, había juguetes que yo incluía en mi carta a los Reyes Magos de forma recurrente, un año sí y otro también, pero que nunca tomaron forma sobre mis zapatos a los pies del árbol de Navidad. Melchor, Gaspar y Baltasar se confundían con frecuencia: o hacían caso omiso de mis plegarias, pese a que yo era un niño bueno, o traían algo que se parecía... pero que no era. Aunque, para ser justos, también debo reconocer que, a veces, sucedía lo contrario: pedías algo modesto y los Magos de Oriente te dejaban una cosa mucho mejor. Como pedirles que te traigan en 2025 un híbrido enchufable de los que más se venden, al estilo del Mercedes-Benz GLC, el Ford Kuga o el Cupra Formentor, y descubrir en la mañana del 6 de enero que a la puerta no está ninguno de esos coches, sino una bestia verde y negra llamada Valhalla, el último juguetito de Aston Martin: "Pero si yo pedí un híbrido enchufable..."
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