¿Qué deportivo americano ha batido el récord del McLaren Senna en Laguna Seca?
Sus datos asustan, pues el Czinger 21C pasa de 0 a 300 km/h en 8,5 segundos y tiene más de un caballo de potencia por cada kilo de peso. Es el nuevo rey al otro lado del Atlántico
Hay dos escenarios en el mundo donde los fabricantes suelen llevar al límite las prestaciones de sus coches de serie más rápidos. Uno es Nürburgring, en Alemania, y más concretamente su antiguo circuito del Nordschliefe, con 20.854 metros de recorrido y 73 curvas en medio de los bosques de Eifel, lo que le ha valido el sobrenombre de 'Infierno Verde'. La réplica estadounidense a la pista alemana es Laguna Seca, en California, con 3.602 metros de trazado y curvas como el famoso 'sacacorchos', una retorcida 'chicane' en bajada, bien conocida por los aficionados al motociclismo, que parece separarte del sofá unos centímetros mientras ves las carreras por televisión.
En Laguna Seca el récord oficioso sigue siendo de Marc Gené durante unos entrenamientos privados del equipo Ferrari de Fórmula 1, pues el piloto español paró el cronómetro en 1'05.578, aunque el mejor registro oficial en competición es el de Hélio Castroneves con un Fórmula Indy en el año 2000: 1'07.722. Pero si nos centramos en modelos de calle, nadie había sido más rápido allí hasta ahora que Randy Pobst, que al volante de un McLaren Senna completó una vuelta de locura hace dos años en solo 1'27.62, batiendo la anterior marca en poder del Porsche 911 GT2 RS. Y ni siquiera un Tesla Model S Plaid de competición, usado en la última edición de la Subida al Pike's Peak y que en Laguna Seca alcanzó 251 km/h en su punto más rápido, logró superar hace unas semanas el tiempo del Senna, por más que a su volante se pusiera de nuevo Randy Pobst, que conoce la pista californiana como el salón de su casa. El tiempo del Tesla de carreras, 1'28.213, le convierte, no obstante, en el eléctrico más veloz que haya rodado en aquel circuito.
Pero como los récords están para batirlos, el registro del McLaren Senna acaba de caer. Y con estrépito, porque ha sido rebajado en 2 segundos y 18 centésimas, lo que es un mundo dentro de una pista relativamente corta como la de Laguna Seca. Y el autor, Joel Miller, no lo ha hecho pilotando un Ferrari, un Lamborghini, un Bugatti o un Pagani, sino al volante del exótico Czinger 21C Hypercar, un superdeportivo híbrido presentado en marzo del pasado año y del que se fabricarán 80 unidades en las instalaciones de Czinger Vehicles en Los Ángeles, California.
1.250 caballos para 1.240 kilos
La 'criatura' en cuestión equipa un motor V8 capaz de funcionar con una amplia gama de carburantes, incluidos el metanol o los e-combustibles, de manera que puede llegar a circular sin emisiones contaminantes, aunque lo mejor de cara a la prueba en Laguna Seca estaba en su poderío, pues gracias al apoyo de dos propulsores eléctricos (uno en cada rueda delantera) la mecánica totaliza 1.250 CV de potencia a 11.000 rpm, que pasan al suelo a través de ambos ejes. Y como el conjunto pesa 1.240 kilos en seco (sin ningún líquido en el motor ni carburante en su depósito), la relación peso/potencia es de menos de un kilo por cada caballo mecánico.
Con semejantes datos no extrañan las prestaciones anunciadas, como esas 281 millas por hora de velocidad punta (más de 451 km/h) o unas aceleraciones mareantes: de 0 a 100 km/h en 1,9 segundos, de 0 a 300 km/h en 8,5 segundos y de 0 a 400 km/h en 21,3 segundos. Para que no vuele 'de forma literal' su aerodinámica está diseñada fundamentalmente para pegarle al suelo, y a 100 millas por hora (casi 161 km/h) ya genera una fuerza de apoyo o 'downforce' de 615 kilos. Y a 200 millas por hora (321 km/h), el aire ejerce sobre el Czinger 21C Hypercar una fuerza de 2.500 kilos que le adhiere al asfalto.
Así las cosas, parecía cantado que Kevin Czinger, fundador y CEO de Czinger Vehicles, intentara el asalto al récord de Laguna Seca para coches matriculables, y devolvérselo de paso a la industria norteamericana tras las 'afrentas' de Porsche y posteriormente de McLaren. Y la cita, el 21 de julio, poco después del amanecer en el circuito californiano. Temperatura de 16 grados, suave brisa del noroeste con rachas máximas de 15 km/h, cielo despejado... Condiciones ideales para el intento. A las 7 horas y 43 minutos el piloto Joel Miller ya está al volante, y el plan pasa por dar un total de tres vueltas para que los Michelin Pilot Sport Cup2R (neumáticos de calle) alcancen su temperatura óptima de trabajo. El objetivo, bajar de 1'27.62 para quitar al Senna su actual récord.
Y ya en la primera vuelta se ve que el potencial del 21C Hypercar es abrumador, porque detiene el cronómetro en 1'27.4, nueva plusmarca oficial de la pista para coches de producción. En la segunda, el 1'26.6 registrado hace pensar que la gesta será aún más asombrosa de lo previsto por el equipo de Czinger Vehicles, mientras que en el giro definitivo, con Miller desatado, el reloj se detiene en 1'25.44, más de dos segundos por debajo de lo logrado con el McLaren Senna. El récord ha vuelto a manos americanas y el Czinger 21C Hypercar será, con motivo, la estrella en la Monterey Car Week que se celebrará del 12 al 16 de agosto a pocos kilómetros de Laguna Seca. Aunque ahora la pregunta es: ¿quién lo batirá, cuándo y con qué coche?
Hay dos escenarios en el mundo donde los fabricantes suelen llevar al límite las prestaciones de sus coches de serie más rápidos. Uno es Nürburgring, en Alemania, y más concretamente su antiguo circuito del Nordschliefe, con 20.854 metros de recorrido y 73 curvas en medio de los bosques de Eifel, lo que le ha valido el sobrenombre de 'Infierno Verde'. La réplica estadounidense a la pista alemana es Laguna Seca, en California, con 3.602 metros de trazado y curvas como el famoso 'sacacorchos', una retorcida 'chicane' en bajada, bien conocida por los aficionados al motociclismo, que parece separarte del sofá unos centímetros mientras ves las carreras por televisión.