La última barbaridad de Aston Martin se llama Valhalla y es un híbrido de 950 CV

Si tras contemplar el Valhalla definitivo alguien ha sentido un súbito enamoramiento, que vaya preparando las 700.000 libras (817.000 euros) que podría costar cuando llegue a las tiendas de la firma británica en 2023. Porque Aston Martin acaba de confirmar que aquel Valhalla Concept que tanto gustó en 2019 pasa a ser un proyecto aprobado, con lo que se convertirá en uno de los superdeportivos más radicales, rivalizando por ejemplo con el Ferrari SF90 Stradale gracias a su mecánica híbrida enchufable (PHEV, de Plug-in Hybrid Electric Vehicle) con 950 caballos en total, capaz de mover el coche de modo totalmente eléctrico en distancias de hasta 15 kilómetros.

Una potencia brutal que es fruto de combinar el motor de gasolina 4.0 V8 Biturbo ubicado en posición central trasera, que por sí solo aporta 750 CV a 7.200 revoluciones por minuto, con dos motores eléctricos, uno delante y otro detrás, que suman otros 204 CV. Aunque si circulamos en modo eléctrico, en el que alcanza 130 km/h sin emisiones a su paso, solo opera el propulsor delantero, de manera que en ese instante conduciríamos un Aston Martín... de tracción delantera. Y gracias a esa posibilidad, el Valhalla homologará unas emisiones medias en ciclo WLTP inferiores a 200 g/km de CO2.

Pero esos 130 km/h eléctricos se quedan en un juego de niños frente a los 330 km/h de velocidad máxima que logrará cuando sus 950 CV rindan al máximo, lo que también se traduce en una aceleración de 0 a 100 km/h en 2,5 segundos, al nivel de un Fórmula 1, que emplea más o menos ese tiempo en alcanzar 100 km/h y unos cinco segundos en alcanzar los 200 km/h desde parado. De hecho, la firma de Gaydon ya ha confirmado que el desarrollo del Valhalla contará con la participación de los pilotos de Aston Martin en la máxima especialidad, liderados por Sebastian Vettel. Y el objetivo de los ingenieros es que este nuevo superdeportivo PHEV baje de los 6 minutos y 30 segundos en el viejo trazado de Nürburgring, en Alemania, lo cual es un registro estratosférico para un coche 'de calle'.

Si en modo eléctrico toda la energía de la batería de 400 voltios se dirige al tren delantero, no ocurre lo mismo en el resto de programas de conducción, en los que la energía se distribuye entre ambos ejes para disfrutar de tracción total, variando constantemente el porcentaje de par enviado a cada eje según las necesidades del momento, de manera que en determinadas situaciones toda la energía eléctrica puede ser enviada al tren posterior para apoyar al V8 de gasolina. En cuanto a la transmisión, la marca británica ha sido muy innovadora pues emplea una caja automática DCT (doble embrague) con ocho marchas y levas que, para ahorrar peso, prescinde de la marcha atrás, ya que, en su lugar, cuenta con una función 'e-reverse' que se sirve de los motores eléctricos para que el coche pueda moverse hacia atrás. Y equipa también un diferencial electrónico de deslizamiento limitado (E-Diff) en el eje trasero para optimizar la tracción y la agilidad en curva.

1,63 kilos por cada caballo

El Valhalla, que es el primer superdeportivo con motor central producido en serie por Aston Martin, se beneficia de la experiencia acumulada por la firma británica en Fórmula 1 en los últimos años. Eso se ve en lo contenido del peso, que en seco (sin combustible ni los líquidos propios del motor) será inferior a 1.550 kilos gracias al uso de una estructura de fibra de carbono, de manera que a cada caballo mecánico le corresponde 'animar' solo 1,63 kilos: una relación peso/potencia impresionante. Y se ve también en su suspensión delantera por varilla de empuje, una solución tomada directamente de los monoplazas de competición. Detrás se opta por una suspensión multibrazo, y los amortiguadores son ajustables para variar su rendimiento según conduzcamos por carretera o en circuito. En el programa Track, por ejemplo, emplean su tarado más firme y la altura al suelo se reduce para optimizar la aerodinámica, mientras que al conducir a baja velocidad elevan el frontal para evitar posibles daños de los bajos al pasar sobre 'bandas sonoras' o acceder a aparcamientos.

Los frenos, cerámicos y bautizados Carbon Ceramic Matrix por la marca, cuentan con tecnología 'brake-by wire' (la electrónica es la que calcula cuánta presión deben ejercer en función de lo que pisemos el pedal), y Michelin se ha encargado de desarrollar unos neumáticos específicos para el Valhalla, montados sobre llantas de 20 pulgadas delante y de 21 detrás.

Pero si hay un capítulo donde Aston Martin parece haber echado el resto es el de la aerodinámica, donde las aportaciones de la Fórmula 1 y del espectacular 'hypercar' eléctrico Valkyrie también son claves. Los diseñadores han logrado unas zonas aerodinámicas activas, principalmente las superficies de la zona delantera y el alerón trasero, cuya acción se combina con el flujo de aire canalizado bajo la carrocería a través de los llamados 'túneles venturi', de modo que a 'solo' 240 km/h (recordemos que alcanza 330 km/h) ya se generan unos impresionantes 600 kilos de carga aerodinámica sobre el coche para adherirle al suelo cuando ataque las curvas más rápidas. Y sobre el techo encontramos una toma de aire que conduce el flujo directamente hacia la admisión del motor V8, lo que complementa la labor de refrigeración de otras tomas laterales y traseras adicionales.

En cuanto al interior, desde la marca se explica que la amplitud será mayor que en el Valkyrie, y que la accesibilidad se ha cuidado mediante el estudio de la apertura de las puertas y el recorte del techo practicado en los laterales para que entrar y salir sea cómodo. Y una vez sentados (la butaca del conductor es fija, pues lo que podremos regular será la posición de los pedales y del volante) encontraremos un climatizador de dos zonas y una pantalla táctil central de nuevo desarrollo compatible con Apple CarPlay y Android Auto. Además, y pese a su radicalidad, el Aston Martin Valhalla no renuncia a un completo equipo de seguridad que incluye faros Full LED Matrix adaptativos y con luces de carretera automáticas, frenado automático de emergencia, advertencia de colisión frontal, control de crucero adaptativo, alerta por riesgo en los ángulos muertos laterales y cámara trasera de estacionamiento, siendo opcional (al parecer no irá incluido en las 700.000 libras de la factura) la vista perimétrica de 360 grados.