Otro niño de siete años muerto en una minimoto: "En este deporte no se analiza ni se trabaja la seguridad"
Con cada accidente mortal se reabre el debate: ¿es normal que un niño de menos de diez años alcance velocidades superiores a los 60 km/h.?
Las primeras causas de muerte entre niños de 5 a 9 años son el cáncer y las enfermedades genéticas. La tercera son las lesiones no intencionales, los accidentes, si bien no todos se perciben igual. La sociedad se resigna a que en torno a cien niños pierdan la vida al año por accidentes de tráfico, ahogamientos o caídas desde altura, pero no tolera que un niño se mate en un circuito de motociclismo.
Esto ha vuelto a suceder esta semana. El neerlandés Sid Veijer, de 7 años y primo del piloto de Moto3 Colin Veijer, perdió la vida al caerse de la moto mientras entrenaba en Limburg, Países Bajos. Veijer se fue al suelo el 22 de diciembre y fue ingresado en el hospital con lesiones graves en la cabeza y el cuello. Después de tres semanas en las que fue operado en diversas ocasiones, el joven falleció el pasado lunes.
El suceso ha reactivado un debate clásico: ¿tiene sentido que niños que no pesan 30 kilos compitan entre sí pilotando a 70 km/h.?
Según la teoría del motociclismo, sí, y además, España tiene autoritas en la materia, en tanto que es, junto a Italia y Reino Unido, el país que más talento produce sobre dos ruedas. Marc Márquez, Jorge Lorenzo, Dani Pedrosa… no importa a dónde mire, casi siempre detrás de un gran campeón hay un niño que empezó a pilotar antes de ir al baño solo. "Yo tengo a varios alumnos de 2 años pilotando minimotos a 30 km/h.", dice Javier Santos, director de la escuela de pilotaje Dorsal 11. "Es importante que empiecen desde pequeños porque a esa edad asimilan mucho mejor los conceptos. La mirada, la postura, la aceleración… son aspectos que tienes que tener interiorizados cuanto antes. Si intentas enseñarle esto a un niño de 11 años, el proceso va a ser más lento".
"Pero a los más pequeños no les dejamos ir a la máxima velocidad, antes tienen que centrarse en los aspectos técnicos del pilotaje", continúa Santos. "Diría que lo ideal es empezar en serio con 4 años".
En España hay decenas de escuelas de pilotaje que aceptan niños desde los 2 años. Son, casi siempre, padres moteros que intentan inocular su afición a sus vástagos, aunque la mayoría reconoce que sueña con ver a su hijo corriendo en MotoGP. "Es la gran ilusión que tenemos todos, para qué te voy a engañar", explica Alberto de Lucía, padre de un niño de 8 años que es la perla de Dorsal 11. Cuando supo que iban a tener descendencia, De Lucía solo le puso una condición a su esposa: si era varón, se llamaría Valentino. "Me encanta Valentino Rossi, soy un fanático de él desde que empezó. Siempre tuve claro que mi hijo tenía que, al menos, probar en el motociclismo. A los 5 años le compré un quad, a los 6 una moto de cross y este año lo he inscrito en la escuela de velocidad".
Valentino entrena lunes, miércoles, viernes y algunos domingos. En las rectas largas, su moto alcanza los 70 km/h., casi el doble del umbral que establece la ciencia (40 km/h) como de riesgo de muerte en caso de caída. "Claro que me da miedo, todos los padres sufrimos cuando nuestros hijos entrenan y sobre todo, compiten, pero yo cada vez estoy más tranquilo, porque ya tiene una edad en la que es consciente del riesgo y entiende lo que le dicen sus monitores. Pese a esto, me ha dado un par de sustos", relata su padre.
Si todo va bien, en los próximos meses Alberto llevará a Valentino a competir los fines de semana. Esta práctica, necesaria para que los chavales desarrollen la vena competitiva, supone un quebradero de cabeza para los padres. "Cada fin de semana, entre mecánicos, alquiler de caravanas, inscripción, hotel… son más o menos 2.000 euros. Si quieres que tu hijo esté en varias carreras, lo mismo se tiene que dejar 8.000 euros al mes. Es un deporte muy elitista al que no llegan los patrocinios al menos hasta que tenga 16 años. El resto del tiempo hay que financiarlo a pulmón", afirma Santos.
Los niños compiten con la presión de saber que sus padres están invirtiendo mucho en ellos
A Alberto de Lucía no le preocupa tanto el dinero, "tengo unos ahorrillos", como la velocidad que se alcanza en las competiciones infantiles. "Tú ves una carrera del Campeonato de España de Minivelocidad y van como flechas, es una locura lo rápido que van", dice. Este tipo de pruebas son polémicas en el sector, en tanto que niños de 6 años acuden presionados por la inversión que sus padres están haciendo en ellos a competir con otros en su misma situación. "Este es un deporte más peligroso que el fútbol o el baloncesto, más en competición. Y no todos son mortales: sin ir más lejos, este verano uno de mis alumnos tuvo un accidente en una competición en Barcelona y ha perdido la movilidad de la mano izquierda", indica Santos.
Para Chicho Lorenzo, experto en formación de pilotos y padre de Jorge Lorenzo, este tipo de pruebas deberían plantearse de otra manera. "No es seguro que veinte niños se piquen entre ellos para ver quién suelta más tarde el gas. En su lugar, basaría esta competición en aspectos técnicos individuales. Algo como las artes marciales, que compiten en lucha y en técnica. A los niños los pones a competir en técnica, pero no en lucha".
Lorenzo, estudioso de la seguridad en el motociclismo, considera que es una faceta a la que nunca se le ha prestado atención. "Cuando hay un accidente como el que hemos vivido esta semana, todo el mundo se fija en la edad del piloto, pero el problema es que no hay cultura de la seguridad en este deporte, a ningún nivel", dice. "Por ejemplo, al más alto nivel: cuando hay un accidente en MotoGP, te sacan las repeticiones a cámara lenta y después un plano del piloto ya en boxes haciendo un gesto de que la próxima vez va a soltar aún más gas en esa curva. ¿Sabes lo que no se hace? Un informe de los accidentes. No se recaba información y se intenta poner soluciones. Ni se analiza ni se trabaja la seguridad a ningún nivel".
En su escuela, Chicho le pide a sus alumnos que no vayan a circuitos. "Cuando estás formando a un niño tan pequeño, no tiene sentido que vaya a un circuito. Lo que tiene que hacer son ejercicios de técnica y movimientos de precisión. Todos los ejercicios los hacemos en un espacio del tamaño de una pista de balonmano, de modo que los niños tienen menos de 40 metros rectos para acelerar", detalla.
"La edad no es un problema, de hecho, los niños más pequeños suelen ser muy cautos sobre la moto", sigue Lorenzo, "es más bien cuestión de que no se pone la seguridad en el centro en un deporte que es de altísimo riesgo. Cuando tú vas a llevar mercancías peligrosas, te piden dos carnets, pero para ir en una moto a 200 km/h o para formar pilotos no necesitas acreditar ninguna formación ni carnet especial, solo pagar una licencia".
Las primeras causas de muerte entre niños de 5 a 9 años son el cáncer y las enfermedades genéticas. La tercera son las lesiones no intencionales, los accidentes, si bien no todos se perciben igual. La sociedad se resigna a que en torno a cien niños pierdan la vida al año por accidentes de tráfico, ahogamientos o caídas desde altura, pero no tolera que un niño se mate en un circuito de motociclismo.
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