KTM 1290 Super Adventure S: probamos la reina de las maxitrails

Siguiendo con su filosofía deportiva ('Ready to Race', o listo para correr, es su lema) el fabricante austriaco ha puesto en el mercado su renovada maxitrail dotándola de la tecnología más avanzada del mercado. La KTM 1290 Super Adventure es la moto más grande de su clase, con su motor bicilíndrico en V a 75º de 1.301 cc que alcanza una potencia de 160 CV a 9.000 rpm. No solo es una moto potente, sino que tiene un motor contundente, enérgico, que ofrece sensaciones intensas, pero que gracias a su avanzada electrónica, seguramente la más eficaz del mercado en estos momentos, es completamente manejable por cualquier usuario con una mínima experiencia.

En KTM no se andan con medias tintas. La 1290 ofrece mucha potencia desde bajo régimen, y acelera con ganas y determinación. Se nota cómo empuja, y aunque es una excelente opción para el turismo rápido por carretera y autopista gracias a su excelente equipamiento, es una moto con una concepción deportiva que invita a hacer carreteras de curvas, porque se disfruta de una gran estabilidad a pesar del largo recorrido de las suspensiones.

La 1290 Super Adventure tiene cualidades de sobra para ser la reina de las maxitrail, y esto no es hablar excesivamente cuando se trata de una categoría donde la BMW R 1250 GS y la Ducati Multistrada V4 S han dejado muy alto el listón en los últimos años. Pero KTM, con el derroche tecnológico y de potencia que ofrece su moto, está en condiciones de cuestionar esa autoridad.

A primera vista nos encontramos con una moto grande, pero accesible. A pesar de su elevada masa (como cualquier modelo de su categoría), sus 243 kilos no se sienten en exceso gracias a su bajo centro de gravedad. El acertado diseño de su depósito situado en la parte baja de la moto, por delante de los pies del piloto y envolviendo el motor, permite que la 1290 no resulte excesivamente pesada, ni siquiera en parado.

Lo que sí es cierto es que la altura del asiento (a 875 milímetros del suelo, aunque hay una opción de 855 mm) puede generar desconfianza al manejarse en ciudad, al parar, pero como decimos es una moto que será rara de ver en manos inexpertas, y aunque es una máquina perfecta para el día a día y la ciudad no le asusta, su ámbito idóneo son los terrenos abiertos.

No obstante hay que destacar el acierto en el diseño de su posición de conducción. Puede parecer una tontería, pero usándola por la ciudad, la altura del manillar parece haberse estudiado a medida de los retrovisores de todos los automóviles del mercado, porque en los atascos se pasa entre coches con soltura y sin tropiezos, y eso genera mucha confianza.

Electrónica

Un motor de 160 CV desatados resultaría difícil de controlar sin la ayuda de la electrónica, y hay que destacar de la KTM su excelente tecnología. Cuenta con control de tracción, control de salida, asistencia de arranque en cuesta, control de velocidad y anticaballito, y además está equipada con un radar de proximidad que controla la distancia con el vehículo precedente (control de crucero adaptativo), que dispone de diferentes niveles de regulación. En el mundo de las motos es toda una novedad que solo ofrece también Ducati en su Multistrada V4 S, y los usuarios de las dos ruedas estamos poco familiarizados con su uso. Hay que tener confianza en el sistema, y una vez que te acostumbras funciona muy bien.

Estos sistemas de control se combinan con cinco modos de conducción: Sport, Street, Rain, Off Road y Rally, con sus correspondientes ajustes en el terreno de las suspensiones, que son WP (una marca perteneciente al grupo de empresas de KTM) y electrónicas. El ABS es parcialmente desconectable en su uso 'off road', y actúa en curva, con una respuesta firme y potente cuando las pastillas muerden los discos de 320 milímetros, una medida de lo más generosa.

Dispone de una gran pantalla de instrumentación, con una lectura muy limpia y una completa información de todos elementos. La navegación por el menú es sencilla e intuitiva, con lo que los ajustes se realizan con facilidad. La contrapartida de tantos sistemas es el elevado número de teclas y pulsadores con los que nos encontramos en ambas piñas.

En marcha se acusan en determinados momentos ciertas vibraciones, pero tampoco es excesivamente molesto. El motor estira mucho, muchísimo, y en el modo Sport no hace falta llevar muy arriba el régimen del motor para terminar viendo cifras que, directamente, podrían llevarte a la cárcel. KTM declara como velocidad máxima 241 km/h. La entrega de potencia es lineal y constante, no hay baches en ninguna parte del régimen, y estira sin alterarse hasta las 9.000 rpm.

En modo Street la respuesta es más suave, el motor sigue estirando sin arrugarse y la velocidad aumenta sin descanso, aunque de un modo menos vibrante. Lógicamente, con el modo Rain, con una entrega aún más dócil, parece como si nos hubiéramos subido en otra moto, por la diferencia en la respuesta. El sistema de cambio rápido funciona a la perfección, tanto subiendo como bajando marchas.

A pesar de su volumen, no da miedo meterse con ella en pistas. En el modo Off Road podemos abrir gas con confianza en marchas cortas, la moto derrapa y se cruza, pero no se violenta. Invita a rodar con ganas sobre la tierra, donde los límites los va a poner realmente su peso, no la forma en la que se comporta su motor. Hacer una excursión por pistas con 160 CV bajo el asiento podría ser intimidante, pero la Super Adventure da una confianza absoluta.

Para viajar es, probablemente, el arma definitiva. Disfruta de una buena ergonomía, los asientos son cómodos y el manillar está situado en una posición óptima. La pantalla es fácilmente regulable de forma manual gracias a un sencillo mando que se puede mover sin dificultad incluso en marcha, y una vez ajustada protege del viento a la perfección, sin turbulencias. El sistema está muy bien conseguido.

Con 23 litros de depósito y un consumo medio en torno a los seis litros, puede alcanzar casi los 400 kilómetros de autonomía. Se aprecia claramente en el consumo el modo de conducción elegido. Sin duda, un viaje en modo Street no resta un ápice al disfrute de la moto, y a cambio prolongará la distancia cubierta entre gasolineras.

Su precio PVP es de 19.199 euros, una cifra más que interesante teniendo en cuenta el elevado nivel de tecnología con que cuenta esta moto, y todo su equipamiento, que aún se puede mejorar incluso con diversos accesorios del amplio catálogo KTM, que permite personalizar con múltiples detalles cualquiera de sus modelos. Está disponible en dos colores, negro mate (la unidad que hemos probado) o naranja.

Ficha técnica

Motor: Dos cilindros en V a 75º, refrigeración líquida, DOHC, 8 V.

Cilindrada: 1.301 cc.

Diámetro x carrera: 108,0 x 71 mm.

Compresión: 13,3:1.

Potencia: 160 CV a 9.000 rpm.

Par motor: 138 Nm a 6.500 rpm.

Admisión: Inyección electrónica.

Chasis: Bastidor multitubular de acero.

Suspensión delantera: Horquilla invertida WP de 48 mm, 200 mm de recorrido, ajuste electrónico.

Suspensión trasera: Monoamortiguador WP, 200 mm de recorrido, ajuste electrónico.

Frenos: Dos discos delanteros de 320 mm, pinzas de cuatro pistones. Freno trasero de un disco de 267 mm. ABS actúa en curva, desconectable parcialmente.

Neumáticos: 120-70/19 delante, 170-60/17 detrás.

Capacidad de depósito: 23 litros.

Altura de asiento: 855 /875 mm.

Distancia entre ejes: 1.557 mm.

Peso en seco: 243 kg.

Precio: 19.199 euros.