El nuevo Ypsilon se fabricará en Zaragoza, y no será el primer Lancia hecho en España

La fusión de los grupos PSA y FCA a comienzos del 2021 para crear el gigante automovilístico Stellantis ha tenido consecuencias de todo tipo. Y una de ellas es la apuesta por la marca italiana Lancia, refugiada comercialmente en Italia desde hace años y con una oferta limitada al Ypsilon, pero que tendrá una nueva oportunidad a nivel internacional a partir de 2024, cuando aparezca el primero de los tres modelos confirmados para esta nueva etapa, de marcado carácter electrificado.

Y ese primer producto será el sucesor del actual Lancia Ypsilon, un coche del que todavía sabemos muy poco, salvo que contará con versiones de mecánica eléctrica e híbrida, o que su imagen tendrá que ver con el prototipo Pu+Ra HPE presentado el pasado abril en Milán. Y también sabíamos que esta nueva generación del Ypsilon tomará como base la conocida plataforma multienergía CMP, común a coches como el Opel Corsa o el Peugeot 208, entre otros. De hecho, desde hace mucho tiempo crecía un rumor en torno a la factoría de Stellantis en la localidad zaragozana de Figueruelas, de donde sale el Corsa, además de otros dos modelos que no equipan esa plataforma CMP: el Opel Crossland y el Citroën C3 Aircross. Un rumor que apuntaba a que el nuevo Lancia Ypsilon podría ser también aragonés cuando nazca el próximo año.

Preguntados sobre ese extremo, en Stellantis siempre echaron balones fuera, defendiendo que la decisión no estaba tomada aún. Pero el tiempo iba pasando y, finalmente, el rumor se ha convertido en una realidad. Y aunque Stellantis no comenta nada de forma oficial por ahora, el grupo liderado por el portugués Carlos Tavares ya no niega que el Ypsilon 2024 se hará en Zaragoza, cuando el modelo actual sale de la cadena de montaje que Stellantis tiene en Tychy (Polonia), que también fabrica el Fiat 500 con mecánica de combustión o el Jeep Avenger, elegido Car of the Year 2023.

No será el primer Lancia español

Y, en contra de lo que pudiera pensarse, el nuevo Ypsilon no será el primer Lancia que se fabrique en España, sino el tercero. Porque en 1979 y 1980, la factoría de automóviles de Pamplona, entonces en manos de SEAT, produjo dos modelos de la marca italiana para tratar de llenar el vacío dejado en la gama de la firma española por el cese de producción del mítico 124 Sport. Al parecer, los responsables de SEAT pensaron lógicamente en algún modelo de FIAT, pero la casa turinesa no tenía entonces ningún coche de las características buscadas y la decisión final fue tirar del catálogo de Lancia, cuyos modelos Beta Coupé y Beta HPE cuadraban con lo deseado.

Es así cómo en mayo de 1979 se inicia la fabricación de ambos modelos en la planta navarra, aunque el proyecto duraría solo un año aproximadamente, y la producción total fue de 2.750 unidades. Y aunque los Beta italianos ofrecían hasta tres motores para elegir (1.3, 1.6 y 2.0 en el Beta Coupé y 1.6 y 2.0 en el Beta HPE), los Lancia ensamblados en nuestro país contaron con su propio motor, de origen SEAT: un 1.9 de gasolina con cuatro cilindros y carburador de doble cuerpo que rendía 111 CV de potencia a 5.500 rpm y 17,2 mkg de par a 2.800 vueltas, no tan lejos de los valores anunciados por el motor 2.0 usado en Italia, que entregaba 115 CV y 17,9 mkg.

Asociado a una caja de cambios manual de cinco velocidades, el motor de 111 CV de los Lancia españoles les permitía alcanzar una velocidad punta de 179 km/h, muy próxima también a los 186 km/h que anunciaban en su país de origen los Beta Coupé y Beta HPE con motor 2.0 de 115 CV.

En el caso del Beta Coupé, que se comercializó aquí con esa misma denominación, el modelo fabricado en Pamplona se correspondía con la tercera serie del Beta italiano, un coche que había sido presentado allí en julio de 1978. Tenía tracción delantera, suspensión independiente y frenos de disco en las cuatro ruedas, y medía prácticamente cuatro metros de longitud por 1,65 de anchura y 1,29 de altura, siendo su peso en orden de marcha de solo 1.000 kilos. De él, SEAT fabricó en Navarra 1.400 unidades.

Y casi las mismas unidades, 1.350 exactamente, se produjeron en la planta pamplonesa del Beta HPE, comercializado en España como Lancia HPE y que en Italia también había visto la luz en julio de 1978. La parte mecánica era similar, con tracción en las ruedas delanteras, cuatro frenos de disco y suspensión independiente en ambos ejes, pero las dimensiones de su carrocería, de estilo shooting brake y también con una puerta a cada lado, eran algo mayores: 4,29 metros de largo por 1,65 de ancho y 1,31 de alto. Y su peso subía a solo 1.060 kilos.