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La baja calidad de la electricidad de Vigo sigue penalizando a la fábrica de Stellantis
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Única gran ciudad española sin red de 220 kV

La baja calidad de la electricidad de Vigo sigue penalizando a la fábrica de Stellantis

Vigo es la única ciudad española de más de 250.000 habitantes sin red de alta tensión, lo que provoca continuos cortes de producción en la fábrica de Stellantis, una de las mayores del país. La solución tiene respaldo, pero su ejecución no llega

Foto: Un Peugeot Partner sale de la línea de montaje de Vigo. (Stellantis)
Un Peugeot Partner sale de la línea de montaje de Vigo. (Stellantis)

Puede extrañar que la ciudad española que ha hecho del alumbrado navideño su más reciente escaparate promocional a nivel nacional, e incluso internacional, sea también, precisamente, la única localidad de nuestro país con una población superior a 250.000 habitantes que aún no está conectada a la red eléctrica de alta tensión, es decir, de 220 kilovoltios (kV) o más. Puede que para la iluminación de las vías públicas o el suministro energético a los hogares, el que la red que alimenta de electricidad a la mayor ciudad gallega sea de 132 kV no plantee mayores problemas, pero para una parte de la industria se ha convertido en un inconveniente grave a medida que las fábricas requieren tecnologías más avanzadas y emplean maquinaria más sofisticada.

Y en Vigo está la fábrica de automóviles de Balaídos, una planta que opera desde 1958 y que muchos siguen vinculando con Citroën o con PSA, pero que ahora es el mayor centro productivo del Grupo Stellantis en España, donde el gigante industrial cuenta con otras dos grandes plantas: la del barrio madrileño de Villaverde y la zaragozana de Figueruelas. Pero ambas factorías tienen conexión a la red de alta tensión, lo que sucede con prácticamente todas las grandes factorías españolas dedicadas a producir automóviles, que es la actividad más importante de la industria nacional y supone un 10% de nuestro PIB. Casi todas, salvo Vigo, conectada a una red eléctrica anacrónica, adecuada para la época en que se ensamblaban los Citroën 2CV, Dyane 6, GS, CX, Visa o BX, o las indestructibles furgonetas C-15, en producción de 1984 a 2005, pero no para los procesos actuales, donde buena parte de las tareas son ejercidas por precisos y carísimos robots, y están controladas por complejos programas informáticos.

placeholder Imagen del nuevo taller de baterías de la planta de Vigo, inaugurado el pasado año.
Imagen del nuevo taller de baterías de la planta de Vigo, inaugurado el pasado año.

Fue en 2003 cuando los responsables de PSA, entonces integrada por Citroën y Peugeot, empezaron a estudiar lo que se les venía encima, y en 2013 la empresa formuló oficialmente una solicitud para que la factoría viguesa se conectara a la red de alta tensión, que ya entonces era común en grandes ciudades y en las principales áreas industriales. Resultaba imprescindible para la fabricación de nuevos vehículos, y también para seguir aspirando a nuevos encargos de su central en París.

El tiempo sigue pasando

Al parecer, Red Eléctrica de España (REE) preparó un proyecto, denominado Nuevo Vigo 2020, que contemplaba la construcción de una nueva subestación junto a la factoría gallega para asegurar por fin su conexión a la alta tensión, pero esa obra, presupuestada en unos 70 millones de euros y prevista para el periodo 2015-2020, no llegó a hacerse realidad.

Mientras tanto, una planta cada vez más moderna y con mayor carga de trabajo (varios años ha rebasado las 500.000 unidades, y el récord mensual ronda los 60.000 vehículos) empezaba a sufrir los previstos problemas con la electricidad de 'mala calidad', pues las redes de baja tensión son más sensibles que las de alta tensión a las perturbaciones causadas, por ejemplo, por la caída de rayos en sus extensas líneas, ya que estas, en el caso del abastecimiento a Vigo, discurren por las provincias de Pontevedra y Orense. Perturbaciones o cortocircuitos que se traducen en microcortes de suministro, imperceptibles en el hogar, el comercio o las actividades industriales más tradicionales, pero capaces de interrumpir o afectar a la labor de los robots, provocar fallos informáticos y generar pérdidas de datos. Parones en la producción que pueden durar minutos pero también una o dos horas, el tiempo necesario para reprogramar las máquinas más complejas o restituir el proceso normal de trabajo.

placeholder Entre los vehículos que produce Vigo figuran furgonetas de Citroën, Fiat, Opel, Peugeot y Toyota.
Entre los vehículos que produce Vigo figuran furgonetas de Citroën, Fiat, Opel, Peugeot y Toyota.

La media de incidentes eléctricos en la factoría de PSA, hoy de Stellantis, es de unos 60 al año durante la última década, con casos extremos como el de 2017, cuando se contabilizaron 117 parones en la producción provocados por problemas en el suministro eléctrico, algunos de los cuales detuvieron hasta nueve horas ciertas secciones de la fábrica, reduciendo en aquella ocasión la producción del día en 347 vehículos.

Y aunque la planta ha ido introduciendo sistemas que reducen los efectos de esos microcortes, el problema persiste y la única solución definitiva pasa por la conexión a la alta tensión, capaz de amortiguar mejor los efectos de la caída de un rayo en la línea, por ejemplo. Desde el fabricante siempre se ha defendido que la opción lógica sería conectar la planta y el resto de la ciudad a la línea de 220 kV que pasa por Porriño, unos kilómetros hacia el interior de la provincia. Y se sabe que el CEO de Stellantis, el portugués Carlos Tavares, está muy pendiente de la resolución del problema en Vigo, que también abarataría la factura eléctrica de su 'megaplanta' en un millón de euros al año, aproximadamente. Pero si la situación no mejora, las consecuencias son imprevisibles.

En vías de solución... posiblemente

Sin embargo, el tiempo sigue pasando. A favor de la conexión con la red de alta tensión se encuentra el Ayuntamiento de Vigo, encabezado por el socialista Abel Caballero, quien siempre se ha mostrado partidario de acelerar los procedimientos para que la fábrica pueda solucionar los problemas técnicos causados por la electricidad de baja tensión, instando a acometer las obras necesarias a los ministerios de Transición Ecológica e Industria y Energía. Desde la Xunta de Galicia sostienen que se trata de una vieja demanda planteada al Gobierno central en repetidas ocasiones, y, de hecho, el Ejecutivo de Mariano Rajoy llegó a incluir la conexión de Vigo a la red de transporte de 220 kV en la planificación de REE para ejecutarse en 2020, un compromiso que no se cumpliría al final pese a que el actual Gobierno, encabezado por Pedro Sánchez, no se mostró en desacuerdo inicialmente con la medida.

placeholder De media, cada año se producen 60 interrupciones de producción a causa de problemas con la red eléctrica.
De media, cada año se producen 60 interrupciones de producción a causa de problemas con la red eléctrica.

Ya en abril de este año, y en vista de que la conexión no se llevaba a efecto, el Parlamento gallego aprobó una proposición no de ley para que el Gobierno de España volviera a incluir en la planificación hasta 2026 de REE la conexión de Vigo a la alta tensión, así como la construcción de una subestación dedicada a satisfacer las necesidades de la factoría de Stellantis. Y mucho más recientemente, a finales de junio, la Comisión de Industria, Comercio y Turismo del Senado aprobaba una iniciativa del Partido Popular en idéntico sentido, al pedir al Gobierno que incluya la nueva subestación de alta tensión para la fábrica viguesa de Stellantis en la nueva planificación 2021-2026 de Red Eléctrica, moción que salió adelante con 14 votos a favor y 14 abstenciones: las de los representantes de PSOE y ERC.

Es un paso más, pero aún no se sabe si será el definitivo. Mientras que el senador popular Javier Guerra defendía en el Senado en aquella ocasión que Stellantis "necesita ya la muy alta tensión y que la va a necesitar todavía más", o que "desoír esta advertencia es una enorme irresponsabilidad", la senadora socialista María Teresa Fernández replicó que, según REE, "no se cumplen los requisitos" para dicha inversión. El siguiente capítulo de esta historia podría vivirse en el Congreso de los Diputados, donde el PP pretende arrancar también un compromiso del Gobierno con la alta tensión para Vigo y su mayor fábrica, que permita incluir esta inversión en la planificación 2021-2026 de Red Eléctrica, que contempla una revisión durante el otoño.

Pero si finalmente el Ejecutivo no varía sus planes, habría que esperar como mínimo hasta 2026 para que la electricidad 'de calidad' llegue a la mayor ciudad de la región y, de paso, al portaestandarte de la industria del automóvil en Galicia, que aporta un 15% del PIB en esa comunidad.

Puede extrañar que la ciudad española que ha hecho del alumbrado navideño su más reciente escaparate promocional a nivel nacional, e incluso internacional, sea también, precisamente, la única localidad de nuestro país con una población superior a 250.000 habitantes que aún no está conectada a la red eléctrica de alta tensión, es decir, de 220 kilovoltios (kV) o más. Puede que para la iluminación de las vías públicas o el suministro energético a los hogares, el que la red que alimenta de electricidad a la mayor ciudad gallega sea de 132 kV no plantee mayores problemas, pero para una parte de la industria se ha convertido en un inconveniente grave a medida que las fábricas requieren tecnologías más avanzadas y emplean maquinaria más sofisticada.

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