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Al volante del Honda ZR-V, un SUV híbrido que ruge como un deportivo

Por Ec Brands

La premisa de los ingenieros japoneses partía de conseguir un modelo en el que potencia, estilo y eficiencia no estuvieran reñidos. Nos hemos subido a este todocamino compacto de 184 CV para comprobarlo

Hace dos años, Honda presentaba el ZR-V, un SUV englobado en el segmento C, a caballo entre el HR-V y el CR-V, que desembarcó en Europa para satisfacer las necesidades de un perfil de conductor muy concreto. Aquellos que buscan un coche con un estilo desenfadado, que les sirva tanto para circular en entornos urbanos, donde cada vez es más común encontrar Zonas de Bajas Emisiones y restricciones, como en autovías y autopistas, sin que por ello se penalice su rendimiento.

Así, los japoneses tomaron el ADN de uno de sus modelos más dinámicos, el Civic, para crear un SUV deportivo que, además, fuese híbrido. De hecho, el diseño del chasis y la plataforma del ZR-V bebe de la estética del utilitario. También comparten el sistema híbrido e:HEV autorrecargable de la marca, que combina un motor gasolina de inyección directa de cuatro cilindros y dos litros, con dos motores eléctricos, uno que funciona como generador y otro como impulsor. Esto repercute en el rendimiento y la potencia. De hecho, cuando uno pisa el acelerador, rugen sus 184 CV, haciéndote olvidar por un momento que estás conduciendo un híbrido.

Desde El Confidencial nos hemos subido a un ZR-V e:HEV de un color rojo radiante, haciendo un guiño al fabricante, para comprobar todo lo que puede ofrecer este SUV. La versión que hemos probado ha sido la Sport, pero este modelo está disponible en otros dos acabados más, Elegance y Advance (este último más premium), todos ellos bien equipados de serie.

Silueta deportiva y aerodinámica

Si echamos un primer vistazo al exterior, observamos que efectivamente tiene una estética muy deportiva. Desde los faros LED delanteros integrados y una parrilla frontal en negro brillante, que en la versión Sport tiene forma de panal de abeja, hasta su parte trasera, en el ZR-V apenas vemos líneas de unión. Esto da la sensación de que su carrocería es una superficie lisa continua. De hecho, no hay líneas de separación entre el tirador y la cerradura, lo que acentúa ese aspecto fluido.

El ZR-V es también un coche de aspecto robusto. Un punto que le otorga el revestimiento de la parte inferior de la carrocería, que envuelve las partes más bajas del vehículo (paragolpes delantero y trasero, faldones laterales y pasos de rueda). Además, para darle mayor definición a su parte trasera, el doble escape con bordes cromados pulidos está unido por una moldura central metalizada, lo que refuerza ese exterior.

En la versión Sport, para darle un toque aún más deportivo, el paragolpes incorpora unos revestimientos en negro brillante alrededor de la zona de entrada de la cortina de aire.

Por otro lado, algunos elementos como la ranura vertical en la rueda delantera, el alerón del maletero o el diseño de los grupos ópticos traseros y los bajos se han modificado para que el coche sea lo más aerodinámico posible.

En cuanto a sus dimensiones, el ZR-V mide 1.620 mm de altura, 1.840 mm de anchura y 4.568 mm de longitud, y su distancia entre ejes es de 2.657 mm. El maletero se abre y cierra pulsando un botón en el interior del portón y el mando también tiene una funcionalidad específica para hacerlo en remoto.

La versión Advance, por su parte, incorpora techo solar panorámico practicable y una luces de giro adaptativas con una tecnología que evita deslumbrar a los conductores.

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Parrilla frontal

En forma de panal de abeja y paragolpes exclusivo.

Luces ‘full’ LED

Los faros delanteros y traseros son LED. Además de ahorrar energía, contribuyen a la estética exterior deportiva del SUV.

Llantas

Son de aleación de 18 pulgadas y en color negro mate.

Portón trasero eléctrico

El maletero puede abrirse o cerrarse presionando un botón colocado en el interior del portón. Además, es posible su apertura o cierre en remoto, pulsando un botón en la llave.

Cristales de privacidad

Las ventanas traseras tienen un cristal opaco que, por un lado, reduce el calor en el interior y, por otro, otorga mayor elegancia al exterior del coche.

Sistema de apertura inteligente

El ZR-V detecta la llave mientras te acercas.

Un interior práctico

El ZR-V es un vehículo pensado para disfrutar conduciendo. De ahí que los ingenieros japoneses hayan diseñado el habitáculo de forma práctica y funcional, tanto para el conductor como para el resto de los ocupantes.

Lo primero que nos llama la atención es su salpicadero. Esas líneas limpias del exterior también se ven cuando estás dentro del SUV, especialmente en esta parte. La pantalla central de nueve pulgadas está colocada a una altura adecuada para el conductor y se extiende por la parte delantera, lo que da una mayor sensación de espacio lateral. Además, incluye todas las opciones de infoentretenimiento que hoy día se requieren (navegación, compatibilidad con Apple CarPlay y Android Auto para conectar tu smartphone…). La consola central está dividida en dos niveles, una característica propia de este modelo. El sistema de cambios shift-by-wire (de transmisión automática), el botón de freno de mano o el selector de los modos de conducción están colocados de modo que su uso sea fácil e intuitivo. Además, tiene varios espacios de almacenaje, puertos USB, cargador inalámbrico y ocho altavoces (12 con tecnología Bose en la versión Advance).

El cuadro de instrumentos en la versión Sport es de siete pulgadas y digital TFT. Además del velocímetro y resto de información relativa al estado y asistencia del vehículo, el medidor de potencia ofrece una visualización más atractiva de la velocidad a medida que el automóvil acelera. En la Advance esta pantalla es de 10,2” y además incluye un head up display que transmite los datos esenciales con mayor rapidez.

La practicidad no está reñida en ningún caso con la calidad de los materiales y acabados de su interior. De hecho, nada más subirnos al habitáculo, observamos el cuidado de los detalles. Tanto la consola central como los paneles son de un acabado negro brillante y los revestimientos de las puertas y los paneles del maletero tienen forma de estrías para reducir los roces y arañazos. Los asientos en la versión que probamos están fabricados con una mezcla de tejidos tupidos y símil de cuero sintético con motivos bordados y plateados, y el volante es de cuero suave y detalles en negro brillante, a diferencia de la Advance que es de piel y calefactable.

El confort de todos los pasajeros también es un punto a favor. Los asientos delanteros son calefactables y su diseño ergonómico, con un soporte lumbar y de pelvis adicional, así como una alfombrilla de suspensión de estructura moldeada de alambre y resina, ayuda a reducir la fatiga del conductor. Asimismo, las dimensiones del ZR-V, 50 mm más ancho que el HR-V y 59 mm más bajo que el CR-V, hacen que sea un SUV compacto pero espacioso. De hecho, caben tres personas cómodamente en los asientos traseros y el maletero tiene una capacidad de 370 litros con los asientos en posición vertical y hasta los 1.322 litros con ellos abatidos.

Los toques deportivos de la versión Sport se lo dan los pedales y las luces LED ambientales.

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Conducción dinámica y segura

Como mencionábamos al principio, el ZR-V es un coche que uno puede llegar a olvidar que es un híbrido al conducirlo. Se nota especialmente al acelerar, donde sus 184 CV (135kW y 315 Nm) rugen como si un deportivo se tratara. De hecho, en la versión que nosotros probamos, acelera de 0 a 100 km/h en menos de ocho segundos. La combinación de sus tres motores, el de gasolina y los dos eléctricos, permiten que vaya cambiando de eléctrico, híbrido y combustión a medida que lo vaya requiriendo la conducción.

Por ejemplo, en entornos urbanos circula mayoritariamente en su versión eléctrica; cuando aceleramos cambia a la híbrida, de modo que el propulsor de gasolina solo actúa como generador; y finalmente, en autopista a velocidades altas y constantes tira únicamente del de gasolina. Esto, al margen de los cuatro modos de conducción disponibles en el ZR-V (Normal, Sport, Eco y Nieve), en los que cambia la aceleración para potenciar el rendimiento, o bien para el ahorro de combustibles o para adaptarse a las superficies difíciles.

Podríamos decir que la sensación de control y agarre al volante es una característica que se repite en cualquier ambiente. Da igual que se esté conduciendo en ciudad o en entornos donde el pavimento sea más irregular, que se circule a bajas velocidades o altas, la respuesta en todo momento es rápida y segura.

A ello también ayudan los sistemas de seguridad activa y pasiva del ZR-V: un sistema de airbags muy completo, su comportamiento en caso de colisión y la incorporación de serie de un amplio conjunto de tecnologías de seguridad y ayuda a la conducción, como sistemas de alerta y centrado de carril, frenado de emergencia o asistencia en atascos.

Finalmente, hablamos de su eficiencia. Su propulsor híbrido produce unas emisiones de CO2 a partir de 131 g/km (WLTP) y logra un consumo de combustible de 5,8 l/100 km (ciclo combinado WLTP), en las versiones Sport y Advance. En nuestro caso, rondó los seis-siete litros, ya que condujimos tanto por zonas urbanas como por autopista, en situaciones de tráfico fluido y retenciones y, en todo momento, el climatizador estaba encendido a una temperatura de unos 20 grados.

El ZR-V está disponible desde los 37.900 euros en la versión Elegance; desde los 39.700 euros en la Sport y desde los 41.800 euros en la Advance (estos precios están sujetos a financiación a través de Honda Bank). En palabras de Yutaka Kato, Large Project Leader de este modelo, “hemos querido crear un SUV diferente a los demás, que ofreciera una experiencia de conducción altamente sensible y atractiva, un interior lleno de detalles y unos niveles de practicidad, facilidad de uso y confort líderes en su segmento”. Parece que lo han conseguido.