Renault sorprende con el Emblème, eléctrico de batería y eléctrico de hidrógeno a la vez

Si el nuevo Renault 5 supone la entrada en escena del primer coche eléctrico de la firma francesa con la moderna plataforma AmpR Small, que ha servido de base también al nuevo Renault 4 que será presentado en breve, la avanzada plataforma AmpR Medium, dedicada también a vehículos eléctricos, debuta en el inminente Salón del Automóvil de París con el Renault Emblème, todavía un prototipo, o show-car, que avanza futuros modelos y tecnologías de la marca, dentro de la estrategia de Renault Group para conseguir cero emisiones netas en carbono en 2040 en Europa, y en 2050 en todo el mundo.

Para ello, el Renault Emblème se ha creado utilizando una tecnología que maximice la descarbonización a lo largo de todo su ciclo de vida, pues este nuevo vehículo familiar, de carrocería shooting brake pintada en color verde dicroico, emitiría un 90% menos de CO₂ que un modelo equivalente actual “de la cuna a la tumba”, es decir, desde su fase de diseño hasta el final de su vida útil.

Y, con ayuda de una depurada aerodinámica, la protagonista de ese logro es la mecánica 100% eléctrica del Emblème, cuya particularidad está en su sistema bienergía, o de doble energía, que combina una batería de 40 kWh, ideada principalmente para el uso diario, y una pila de combustible de hidrógeno, pensada para los trayectos largos.

El Renault Emblème mide 4,80 metros de longitud y presume de una amplia distancia entre ejes, de 2,90 metros, mientras que la firma gala ha apostado por una altura moderada, de 1,52 metros, y una línea de techo muy inclinada, de manera que en la vista lateral hay un claro estilo cupé. Y a pesar de sus dimensiones generosas, Renault ha sabido contener el peso, pues los diseñadores e ingenieros eliminaron cada kilogramo innecesario y se fijaron como límite máximo un peso de 1.750 kilos, incluidas las baterías, de forma que el peso final es menor que en la mayoría de los SUV híbridos y, por supuesto, que en los vehículos eléctricos de tamaño similar.

La mecánica, al detalle

Renault define la mecánica eléctrica del Emblème como bienergía, es decir, alimentada de dos maneras: mediante una batería recargable convencional de iones de litio, suficiente para el uso diario, y con una pila de combustible de hidrógeno para los viajes largos. Su arquitectura de propulsión adaptada sobre la base de la plataforma AmpR Medium se compone básicamente del motor eléctrico, la batería, la pila de combustible y el depósito de hidrógeno, repartiéndose todos esos elementos de forma que se obtenga un centro de gravedad muy bajo y un reparto de masas ideal.

El motor eléctrico de rotor bobinado de 160 kW (218 CV) del Emblème, libre de tierras raras, está alimentado por una batería NMC (níquel, manganeso y cobalto) de 40 kWh de capacidad; y, por tanto, más ligera, menos voluminosa y más barata que la de un vehículo eléctrico clásico con batería de gran autonomía. Y con esa batería de 40 kWh, el vehículo de la casa francesa garantiza una autonomía de varios cientos de kilómetros, más que suficiente para los trayectos diarios de la mayoría. Por su parte, la pila de combustible PEMFC de 30 kW, alimentada con el hidrógeno que se almacena en un depósito de 2,8 kilos de capacidad, proporciona la energía necesaria para cubrir las necesidades del vehículo en trayectos largos, con un rendimiento máximo cercano al 60%.

Una configuración técnica que optimiza la polivalencia del nuevo vehículo de Renault, que puede completar un recorrido de hasta 1.000 kilómetros en un tiempo equivalente al de un vehículo con motor de combustión y sin necesidad de realizar ninguna recarga eléctrica, pues bastaría con dos repostajes de hidrógeno, de menos de cinco minutos cada uno, para proporcionar otros 350 kilómetros de autonomía tras cada parada. Según los responsables de la firma del rombo, en un viaje típico entre París y Marsella, el 75% de la electricidad consumida por el vehículo sería producida por la pila de combustible, y con agua como única emisión.

Análisis de ciclo de vida, o ACV

Para desarrollar el Emblème, Renault y Ampere han contado nada menos que con 20 socios, expertos en diferentes campos, y que han aportado conocimientos tecnológicos para llegar a esa reducción, antes mencionada, del 90% del CO₂ durante todo el ciclo de vida del vehículo.

En ese sentido, el análisis del ciclo de vida, o ACV, es una herramienta científica que permite la evaluación cuantitativa de los impactos ambientales de un vehículo a lo largo de su vida, de la cuna a la tumba: desde la extracción de materias primas hasta la producción de componentes, pasando por el montaje, transporte, uso del vehículo, mantenimiento y, por último, su reciclaje. Se trata de una herramienta multicriterio estandarizada a nivel internacional y utilizada por Renault Group, que permite calcular el potencial de calentamiento global vinculado a las emisiones de gases de efecto invernadero medidas en CO₂ equivalente (CO2e) por cada vehículo vendido. Al respecto, Renault Group ha elegido como base de cálculo el consumo real de sus vehículos a lo largo de 200.000 kilómetros, y tanto Renault Group como Ampere apoyan la propuesta de la industria automovilística francesa para una medición del impacto de los vehículos en todo el ciclo de vida del vehículo, en vez de la medición "en escape" a la que ahora da prioridad la UE.

Por ejemplo, el resultado del análisis del ciclo de vida del nuevo Renault Megane E-Tech 100% eléctrico, vigente Car of the Year 2024 en Europa, es de 24 toneladas de CO₂e, una cifra realmente ajustada porque se trata, aproximadamente, de la mitad que en un modelo equivalente con motor de combustible fósil: 49 toneladas de CO₂e para un Captur con motor gasolina. Eso demuestra que, al menos en términos de CO₂e, la movilidad 100% eléctrica es más ventajosa, una base sobre la que se ha articulado el proyecto del Renault Emblème, cuyo objetivo es lograr solo 5 toneladas de CO₂e durante toda la vida útil del coche, lo que supondría una reducción del 90% casi.

Más adelante, a finales de octubre, Renault y Ampere desvelarán nuevos datos sobre el Emblème, que de show car podría pasar en muy poco tiempo a un vehículo de calle.