Definitivamente, la batería de los coches eléctricos durará más que los propios coches
La degradación de las baterías preocupa a los usuarios (o futuros usuarios) del coche eléctrico. Sin embargo, un nuevo estudio asegura que en los últimos cinco años esta degradación ha bajado un 22%, al pasar del 2,3% al 1,8% anual
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Alrededor del coche eléctrico, una tecnología que apenas lleva 10 años en el mercado y que sigue en continuo desarrollo, hay distintas dudas por parte de muchos usuarios. La infraestructura de carga, la autonomía o la degradación de las baterías son preocupaciones recurrentes. Sin embargo, al igual que la industria avanza y sigue mejorando las características de los coches eléctricos, también surgen nuevos estudios que comienzan a romper mitos. Uno de estos últimos estudios llega de la empresa canadiense Geotab, dedicada a la gestión de flotas, que después de analizar el estado de las baterías de casi 5.000 vehículos eléctricos de flotas y particulares, lo que representa casi 1,5 millones de datos telemáticos, ha concluido que la degradación de las baterías cada vez es mejor.
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En concreto, esta compañía informó que en 2019 las baterías de los vehículos eléctricos se degradaban un 2,3 % de media cada año. Ahora, esta tasa de degradación ha bajado a un 1,8% anual, es decir, un 22% menos que hace cinco años. "Las baterías de los últimos modelos de vehículos eléctricos durarán más que la vida útil del vehículo y probablemente no será necesario reemplazarlas", explica David Savage, vicepresidente de Geotab para el Reino Unido e Irlanda.
Esta degradación anual del 1,8% significa que, en 20 años, la batería de un vehículo eléctrico tendrá teóricamente todavía un 64% de vida útil. Si tomamos como referencia el Tesla Model 3, el coche eléctrico más vendido en nuestro país, en su versión de acceso, homologa una autonomía WLTP de 513 kilómetros. Si seguimos las conclusiones de este estudio, dentro de dos décadas el coche de la firma de Elon Musk tendría un alcance teórico de 328 kilómetros.
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El informe también muestra otras tres conclusiones interesantes. En primer lugar, que los vehículos eléctricos muy utilizados no muestran mayores tasas de degradación de la batería; después, que los vehículos de mayor rendimiento tienen una tasa de degradación de solo el 1% anual; y, por último, que la tasa a la que se degradan las baterías de los eléctricos modernos es menor que la de los componentes del sistema de propulsión de los vehículos de combustión interna.
El tipo de refrigeración afecta
Geotab afirma que el tipo de refrigeración del coche es importante para la degradación. Por ejemplo, un Tesla Model S de 2015, que pese a no ser nuevo, tiene un sistema de refrigeración líquida, de modo que su tasa media degradación de la batería es del 2,3%, mientras un Nissan Leaf del mismo año, pero refrigerado por aire, sitúa su degradación en el 4,2%. Por otro lado, como ya han indicado otros estudios, las altas temperaturas ambientales también influyen. Además, mantener el estado de carga entre el 20% y el 80% prolonga la vida útil de la batería en comparación con estados de carga muy altos o muy bajos, aunque un estudio reciente decía lo contrario, ya que afirmaba que un ciclo de carga del 0 al 25% alarga la vida de la batería.
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Por último, este informe de Geotab explica que la gran mayoría de coches eléctricos tienen buffers de protección, un elemento de seguridad que está dentro de las baterías y cuya función es que no se descarguen del todo. Por ello, las baterías tienen dos métricas de capacidad, bruta y neta. Sin embargo, a medida que pasa el tiempo, dichos buffers se hacen cada vez más pequeños y, por tanto, consumen las partes no utilizadas de la batería y alivian la pérdida de autonomía. Es decir, si una batería tiene originalmente una capacidad bruta de 60 kWh, después de 10 años y tomando como referencia una degradación del 1% anual, actuaría como una batería de 54 kWh.
Alrededor del coche eléctrico, una tecnología que apenas lleva 10 años en el mercado y que sigue en continuo desarrollo, hay distintas dudas por parte de muchos usuarios. La infraestructura de carga, la autonomía o la degradación de las baterías son preocupaciones recurrentes. Sin embargo, al igual que la industria avanza y sigue mejorando las características de los coches eléctricos, también surgen nuevos estudios que comienzan a romper mitos. Uno de estos últimos estudios llega de la empresa canadiense Geotab, dedicada a la gestión de flotas, que después de analizar el estado de las baterías de casi 5.000 vehículos eléctricos de flotas y particulares, lo que representa casi 1,5 millones de datos telemáticos, ha concluido que la degradación de las baterías cada vez es mejor.