Alpine y Lotus suspenden el desarrollo conjunto de un futuro deportivo eléctrico
El sustituto del actual Alpine A110 iba a ser un deportivo eléctrico que, en enero de 2021, la firma gala acordó desarrollar junto a la británica Lotus. Pero el proyecto se ha detenido, y eso puede afectar a otros coches planeados
El futuro de Alpine, la marca de coches deportivos de Renault Group, es eléctrico. O así, al menos, lo establece el plan Renaulution presentado por el CEO del gigante automovilístico francés, Luca de Meo, en 2021, cuando el directivo italiano dejó clara su firme apuesta por esa división, olvidada demasiado tiempo por los responsables de la firma del rombo. Y ese futuro eléctrico se iba a basar en varios modelos de tipo SUV y en algunos deportivos, todos ellos con propulsión 100% eléctrica. Es decir, coches de batería.
Como parte de ese proceso, Alpine desvelaba semanas atrás el A290 Beta, un derivado más prestacional del futuro Renault 5 electrico que, como este, llegará a las tiendas en 2024, y también ultima el desarrollo de un crossover GT de talla media que El Confidencial ya ha podido ver en París, aunque bajo secreto de confesión. Pero una de las piezas clave en esa nueva Alpine eléctrica debía ser el sucesor del actual A110, previsto para 2026, y para concebirlo, Alpine decidió buscarse un socio de nivel: Lotus, propiedad del grupo chino Geely desde 2017. De hecho, en enero de 2021 las dos marcas anunciaron un acuerdo de entendimiento destinado principalmente a estudiar ese pequeño deportivo cupé y eléctrico, pues la firma británica también quería un modelo de esas características en su futura gama, y el desarrollo conjunto de ambos coches podía ahorrar costes y mejorar el resultado final a nivel tecnológico.
Una tecnología que se insinuó meses después con un prototipo, el A110 E-ternité, que aprovechaba la carrocería del A110 de gasolina actualmente a la venta pero sustituía toda su mecánica de combustión por otra de tipo eléctrica, capitaneada por un motor de 178 kW (242 CV) y una batería de 60 kWh procedente del Renault Mégane E-Tech Electric, suficiente para procurar, según la marca, hasta 420 kilómetros de autonomía. Y con prestaciones de nivel, pues aceleraba de cero a 100 km/h en 4,5 segundos a pesar de sus 1.378 kilos, cifra que la firma francesa quería rebajar a solo 1.150 kilos en el coche definitivo. Y había cuatro años para lograrlo, con ayuda de Lotus.
Sin embargo, el desarrollo de ese futuro deportivo eléctrico que debe relevar al actual A110 sufre ahora un primer revés, tras anunciarse el fin de esa colaboración mediante comunicado de Alpine que destaca la "fuerte relación entre las dos compañías", pero que también reconoce que "el resultado no estaba garantizado" y que no se descartan "otras oportunidades futuras". Por las noticias extraoficiales conocidas, el final de este proyecto conjunto se habría debido a la decisión de la marca británica de parar su Type 135, código interno usado para referirse al que debería haber sido sucesor del Elise de gasolina, y que de este modo entra en un callejón sin salida.
Las baterías no van bajo el suelo
Todo lo contrario que el sucesor del Alpine A110, pues ese modelo es clave para la firma francesa y no parece peligrar su desarrollo, que ahora podría ser monopolizado por Renault Group. De hecho, el grupo francés partiría de cero, y no desde la arquitectura prevista para el Lotus Type 135, que al parecer situaba sus baterías apiladas de forma vertical por detrás del habitáculo biplaza, lo que reporta dos ventajas principales: centra las masas de un modo similar a como lo hace un deportivo de motor central de gasolina y permite que los dos asientos vayan muy abajo, una posición de conducción a la que muchos usuarios de vehículos deportivos no quieren renunciar.
No obstante, el acuerdo de entendimiento de Alpine y Lotus que ahora se ha roto no contemplaba solo el desarrollo de ese futuro deportivo eléctrico biplaza, pues Alpine tiene también entre sus planes dos SUV de gran tamaño que, para competir con los futuros Porsche Macan y Cayenne eléctricos, aparecerían en 2027 y 2028, y que podrían recurrir a una plataforma desarrollada por Lotus, posibilidad que ahora queda en el aire.
El futuro de Alpine, la marca de coches deportivos de Renault Group, es eléctrico. O así, al menos, lo establece el plan Renaulution presentado por el CEO del gigante automovilístico francés, Luca de Meo, en 2021, cuando el directivo italiano dejó clara su firme apuesta por esa división, olvidada demasiado tiempo por los responsables de la firma del rombo. Y ese futuro eléctrico se iba a basar en varios modelos de tipo SUV y en algunos deportivos, todos ellos con propulsión 100% eléctrica. Es decir, coches de batería.
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