Probamos el Mobilize Limo, el vehículo eléctrico para taxi y VTC que nadie comprará

Si hay una ciudad en Europa que se está erigiendo en laboratorio de pruebas sobre 'carsharing' y nuevas fórmulas de movilidad vinculadas al transporte personal o público, es Madrid. Un ejemplo lo tenemos en Zity, el servicio de coches eléctricos para compartir en desplazamientos urbanos que debutó en la capital española y que después Renault Group ha extendido a París, Lyon y Milán. Y un segundo caso, sin salir del universo Renault, es el del Mobilize Limo, la berlina eléctrica desarrollada específicamente para los profesionales del transporte de pasajeros cuyo estreno a nivel mundial tendrá lugar en Madrid, donde empezará a operar una flota de 40 unidades al servicio de Vecttor, filial del Grupo Cabify.

La empresa española de multimovilidad se convierte así en el primer cliente del Limo de Mobilize, una nueva marca, creada el pasado año, con la que Renault Group espera lograr el 20% de su facturación para el año 2030. Y los 40 Limo, que en conjunto evitarán la emisión de más de 340 toneladas de dióxido de carbono al año, operarán beneficiándose de la oferta Mobilize Driver Solutions, destinada a profesionales del transporte de personas y que reduce o elimina las incertidumbres del impacto que tendrán en la cifra de negocio la adquisición y el coste de uso del vehículo, pues el Limo no se puede comprar, sino que Mobilize ofrece a autónomos y empresas una suscripción con todo incluido: utilización del vehículo, servicio de mantenimiento prioritario (bastará con avisar 48 antes, y los cambios de neumáticos se harán en un máximo de 45 minutos), garantía (hasta 300.000 kilómetros), seguro (una póliza profesional a todo riesgo para conductor y ocupantes), asistencia en carretera, teléfono de información permanente y recarga.

Curiosamente, el único dato que no se ha hecho público por ahora es el precio, pero Mobilize comunicará en breve la tarifa de suscripción, que dependerá de algunas variables, como la ciudad donde se prestará el servicio, la proporción de recargas en tomas públicas, el kilometraje o el periodo de duración del contrato, con un mínimo previsto de tres meses, aunque los responsables de la compañía francesa pronostican que muchos de sus clientes podrían acogerse a una fórmula con 36 o 48 meses de duración (sin penalización por permanencia), hasta 150.000 kilómetros de uso y cargas de electricidad con una proporción del 60% en el hogar o el garaje de la empresa y un 40% en estaciones públicas, de las que podrá disponer gracias a una tarjeta Mobilize Charge Pass que funciona en el 80% de los cargadores públicos del país y, por ejemplo, permite usar los postes ultrarrápidos de Ionity.

En eso, no obstante, nuestro país tiene mucho trabajo por delante, pues la red de recarga eléctrica en estaciones públicas es aún muy escasa, y eso se ve con un sencillo ejemplo: 10.000 puntos públicos de carga en la ciudad de París, 400 en Madrid.

Hay que decir, en este sentido, que el Mobilize Limo homologa una autonomía media de 450 kilómetros gracias a su batería de 60 kWh de capacidad, y que puede cargarse tanto en corriente alterna, hasta una potencia máxima de 7,4 kW, como en corriente continua, con velocidad de carga de 60 kW y potencia pico de carga de 75 kW, de modo que 40 minutos bastarían para disponer de otros 250 kilómetros de recorrido. No es en esto el Limo un referente tecnológico, pero el recorrido diario medio de un taxista o conductor de VTC oscila entre 200 y 250 kilómetros, y para eso el coche de Mobilize da de sobra sin recargas intermedias.

En lo que se refiere a España, por ejemplo, el contrato firmado con Cabify es solo el principio, pues se negocia con otras empresas de VTC, y en todas las localidades del país sus taxistas podrán acceder a las condiciones del Mobilize Driver Solutions, salvo en Madrid, cuya normativa no permite que los operadores de taxis utilicen un vehículo 'no comprado', aunque eso podría cambiar en el futuro, según los responsables de Renault Group. Además, no se descarta que más adelante también se ofrezca el Limo a flotas de empresas que no se dedican al transporte de pasajeros, aunque siempre con contratos de suscripción, pues Mobilize quiere asegurarse de gestionar siempre el mantenimiento y la reparación de los vehículos, e incluso encargarse del reacondicionamiento del coche cuando el primer cliente ya no lo quiera para poder ofrecérselo a segundos y sucesivos usuarios, a precios muy ventajosos.

Así es y así va el Limo

Cuando Mobilize decidió contar con un vehículo para ofrecer a los profesionales del sector, analizó todos los modelos que el Grupo Renault produce a nivel mundial y encontró uno que cumplía las condiciones exigidas de tamaño, coste o motorización. En concreto, un sedán fabricado en China por una 'joint venture' creada en 2018 por Renault Group y Jiangling Motors Group, y destinado tanto al uso particular como a chóferes. Se trata de una berlina de cuatro puertas con 4,67 metros de longitud (18 centímetros más corto que el ya desaparecido Talisman) y 2,74 metros de distancia entre ejes que cuenta con un maletero de 500 litros, ampliable gracias al respaldo trasero abatible por secciones asimétricas. Puestos a criticar, no nos gusta la 'agresividad' con que penetran en la zona de carga sus enormes bisagras cuando cerramos la tapa, pues aunque unos adhesivos nos recuerdan que coloquemos bien el equipaje, es fácil dañar alguna maleta o caja al cerrar si no somos cuidadosos. Y bajo el capó, un motor 100% eléctrico de 160 CV de potencia que le permite acelerar hasta 100 km/h en menos de 10 segundos. Solo hubo que realizar algunas adaptaciones a Europa, porque la base ya era suficientemente moderna, y el Mobilize Limo estaba listo para su comercialización.

Y El Confidencial ya ha podido probarlo, empezando por un test realmente cómodo: como pasajeros en la segunda fila. Porque así empezó nuestro ensayo, recogidos por un chófer que nos transportó desde un punto a otro de la ciudad de Madrid. Buen momento para constatar el generoso espacio en unas plazas posteriores que pueden acoger bien a tres adultos, y que se benefician de un suelo totalmente plano, aunque algo alto y que obliga a llevar las rodillas un pelín elevadas. Los materiales que nos rodean son de alta calidad, con superficies mullidas incluso en las puertas traseras, y disponemos tanto de salidas de aireación centrales como de un control de volumen para el audio o un apoyabrazo central abatible. La suspensión se nota muy suave y el coche circula en casi completo silencio (entre 0 y 30 km/h genera algo de ruido artificial para advertir a los peatones de nuestra presencia), aunque tras unos kilómetros en la parte de atrás llega el momento de pasar al asiento del conductor, que en el caso del Limo puede ser denominado, más que en ningún otro coche, el asiento del chófer.

Y la impresión de calidad prosigue, algo muy interesante cuando hablamos de un vehículo destinado inicialmente al servicio público. La tapicería de serie es de piel, y todos los revestimientos en puertas, consola o salpicadero irradian sensación de robustez. En cualquier caso, el equipamiento es el que es, pues no habrá opciones y todos los Limo serán iguales. Salvo por el color de carrocería, claro, aunque ahí las posibilidades de elección se reducen a tres: blanco, negro y gris. Lógicamente, muchos de ellos acabarán personalizados con la decoración que corresponda a cada compañía de VTC o a los taxis de cada ciudad.

La butaca es cómoda, tiene ajustes eléctricos y también es sencillo poner el volante en la posición idónea con su reglaje en altura y profundidad. Además, la visibilidad es buena en todas direcciones, incluso a través del espejo interior. La instrumentación es una pantalla digital de 10,2 pulgadas y el salpicadero queda presidido por una pantalla táctil multimedia de 12,3 pulgadas a la que podemos conectar el smartphone para que replique nuestras aplicaciones favoritas, pues es compatible con los estándares CarPlay y Android Auto, e incluso el sistema podrá recibir actualizaciones periódicas OTA (Over the Air). Como conjunto, aspecto moderno y ergonomía, pero nos ponemos en marcha y algunas cosas nos irán gustando menos.

Nada que objetar al funcionamiento básico, pues basta con llevar la palanca del cambio automático a D para empezar a circular, con un empuje silencioso, suave y progresivo, pero no exento de suficiente contundencia si aceleramos con más fuerza. Y tanto el tacto de la dirección como el de los pedales nos gustan, porque todo tiende a 'blando' pero hay que reconocer el agrado conseguido con su puesta a punto. Y eso importa cuando hablamos de un vehículo que muchos usarán durante horas y horas. Además, algo parecido podemos comentar de la suspensión, pues es más suave que firme, pero creemos que ofrece el equilibrio idóneo entre confort y eficacia, e incluso se puede rodar de forma 'alegre' por zonas serpenteantes con sensación de control y seguridad, a lo que ayuda una frenada también efectiva de la que solo criticaríamos la escasa actuación del pedal en su primer tramo de recorrido.

Pero la instrumentación nos parece compleja, y no tanto por su legibilidad, que es correcta, sino por una lógica de funcionamiento que podríamos llamar 'muy china'. En los últimos doce meses hemos conducido más vehículos de procedencia china que en los 30 años precedentes, y en la mayoría de ellos su talón de Aquiles está en el sistema multimedia y en el cuadro de instrumentos, mal traducidos a veces, desorganizados, con grafías en ocasiones difíciles de leer por sus diminutos tamaños... No todos son iguales, pero en todos pasa algo de esto, como si su adaptación a Europa se hubiera hecho deprisa y corriendo; y en el caso del Limo encontramos bastantes detalles de este tipo. Por ejemplo, no fuimos capaces de resetear su ordenador, que parecía fluctuar entre 16,3 y 16,9 kWh/100 km siempre, aunque fuésemos 'de paseo' o buscásemos los límites, como esos 140 km/h de velocidad punta anunciados, que se traducen en 152 km/h de marcador. Suficiente para España, desde luego.

Además, para elegir el modo de conducción entre Normal, Eco y Deportivo no hay un botón directo, sino que hay que buscar en la pantalla central táctil y no es precisamente sencillo, pues abundan las listas, textos que se van moviendo y que en ocasiones solo dejan una porción de la frase a la vista... Podemos escoger también el nivel de retención de la mecánica cuando desaceleramos, aunque no hay una gran diferencia entre ellos, e incluso hay dos programas de asistencia de dirección: Comfort y Deporte. Pero como decimos, no es sencillo moverse por el menú, pues la pantalla además no siempre obedece a la perfección, y durante nuestro test nos costó incluso sintonizar las emisoras más habituales; de manera que Mobilize debería ahí cambiar bastantes cosas. Además, no damos por válida la explicación de que "es un sistema pensado para replicar en la pantalla central el smartphone del conductor", pues evidentemente debe servir para eso, pero su lógica de funcionamiento normal también tiene que ser intuitiva y rápida para evitar peligrosas distracciones.

Control de climatización difícil

Y también debería hacerse algo con la pantalla inferior correspondiente a la climatización, que por tecnología y por su posición muy horizontal no se ve. O sea, no es que se vea mal, es que no ves nada en cuanto hay algo de luz ambiente: ni la temperatura seleccionada, ni hacia dónde va el flujo de aire, ni si llevas el aire acondicionado o no... Y algo parecido ocurre con los botones que hay a su lado, junto a la palanca del cambio, dotados de unos diodos imposibles de distinguir si incide la luz directa. Sin duda, en instrumentación, pantalla y mandos de consola urge una 'europeización' general que logre un mayor agrado de uso.

Pero insistimos en que el rendimiento general es muy satisfactorio: amplitud, confort, prestaciones más que correctas... Y un completo equipo de serie en el que encontramos muchos de los últimos sistemas de seguridad y asistencia (ADAS), como control de crucero activo con función Stop & Go, alerta de peligros en el ángulo muerto, aviso de salida de carril con asistencia de mantenimiento de carril, frenada automática de emergencia con sensor de peatones, reconocimiento de señales de tráfico, sensores de aparcamiento delante y detrás, cámara panorámica de 360 grados, ayuda al arranque en cuesta o alerta de tráfico cruzado trasero, entre otros.

Y también disfrutamos de serie de la aplicación móvil My Mobilize Limo, que nos permite conocer a distancia, desde nuestro smartphone, la autonomía eléctrica, el nivel de batería y el estado de la operación de recarga, el kilometraje, si están los faros encendidos o las puertas abiertas, o cuál es la presión y temperatura de los neumáticos, entre otros ejemplos. Y con dicha app, además, el conductor puede programar la carga de la batería o recibir una alerta cuando se ha alcanzado el nivel deseado, preclimatizar el interior o hacer que todas estas programaciones dependan del día de la semana.

Aunque, como decimos, a nuestro juicio falta redondear el conjunto con un sistema de infoentretenimiento más eficaz y una instrumentación más funcional, y también nos queda por conocer un detalle crucial: el precio. En ese sentido, no obstante, Mobilize avanza que los costes serán más bajos que los de cualquier vehículo similar dotado de un motor diésel e híbrido. En breve saldremos de dudas.