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Vuelve el DeLorean de 'Regreso al futuro', pero con nuevo diseño y eléctrico
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Una empresa tejana lo anuncia para agosto

Vuelve el DeLorean de 'Regreso al futuro', pero con nuevo diseño y eléctrico

El coche que protagonizó la saga cinematográfica de 'Regreso al futuro' cumple 40 años, y el fabricante propietario de la marca lo celebrará lanzando un modelo totalmente nuevo y sin emisiones

Foto: El DeLorean DMC-12 se convirtió en un coche de culto tras su aparición en el cine.
El DeLorean DMC-12 se convirtió en un coche de culto tras su aparición en el cine.

Muchos creyeron en su día que aquel futurista deportivo con puertas de ala de gaviota era realmente un prototipo creado especialmente para las películas de la saga de ‘Regreso al futuro’. Pero el coche con el que Marty McFly (Michael J. Fox) y su amigo Doc (Christopher Lloyd) viajaban a través del tiempo en las tres cintas de ciencia ficción dirigidas por Robert Zemeckis era un vehículo que existía de verdad, en concreto el DeLorean DMC-12 fabricado por DeLorean Motor Company (DMC) entre 1981 y 1982, pocos años antes de que se estrenara la primera entrega de ‘Back to the future’ (1985) con tanto éxito de público (recaudó más de 380 millones de dólares en todo el mundo en los primeros meses) y de crítica (el American Film Institute la incluyó en 2008 entre las 10 mejores películas de ciencia ficción de la historia) que sus productores, entre los que se encontraba un tal Steven Spielberg, vieron claro rápidamente que había lugar para una segunda parte, estrenada en 1989, e incluso una tercera, de 1990.

Y en las tres, el DeLorean era la máquina del tiempo que empleaban los protagonistas para moverse entre el presente y las diferentes épocas: 1955 en la primera película, 2015 en la segunda y 1885 en la tercera y última. Un DeLorean DMC-12 que en realidad nunca se llamó así oficialmente, pues llegó al mercado simplemente como DeLorean, el único modelo producido en la cortísima trayectoria de DMC, la marca creada en 1975 por el visionario John DeLorean con el objetivo de producir un deportivo de bajo precio: 12.000 dólares, de ahí el ‘12’ de su apelativo semioficial, eliminado después de que la factura final del coche resultase bastante más elevada de lo previsto a causa del incremento de los costes.

Porque su desarrollo ya había empezado con contratiempos en 1976, pues el primer prototipo ubicaba en posición central el motor de cuatro cilindros de un Citroën CX, pero sus pobres prestaciones obligaron a optar por una mecánica V6 de origen PRV (Peugeot Renault Volvo), un 2.8 con inyección que finalmente debió ser montado en una posición más retrasada y que rendía 132 caballos de potencia, suficientes para alcanzar los 209 km/h de velocidad punta o acelerar de cero a 100 km/h en 9,5 segundos con el cambio manual de cinco marchas de origen Renault. Aunque se ofrecía una caja automática de tres velocidades, también de Renault, con la que esa maniobra llevaba 10,5 segundos.

placeholder Del DeLorean se fabricaron menos de 9.000 unidades en una factoría de Irlanda del Norte.
Del DeLorean se fabricaron menos de 9.000 unidades en una factoría de Irlanda del Norte.

Y no fue el único inconveniente surgido durante su desarrollo, pues John DeLorean había centrado el proyecto en una nueva tecnología, denominada ERM, cuya patente había comprado para que el chasis fuese más ligero y favoreciese una producción muy económica; pero el resultado no fue el previsto y el planteamiento técnico debió girar sobre la marcha, solicitando ayuda el dueño de DMC al propio Colin Chapman, máximo responsable de Lotus Cars, quien desatascó el problema recurriendo a un chasis de acero como el que empleaban sus caros deportivos.

Fabricado en la planta de Dunmurry, en Irlanda del Norte, el DeLorean no tuvo el éxito esperado, pese a su llamativo diseño cupé firmado por Giorgetto Giugiaro, de Italdesign, y el inconfundible aspecto de su compacta carrocería (solo 4,22 metros de longitud) sin pintar, con el acero inoxidable a la vista. Así, el 26 de octubre de 1982, cuando de la factoría en los alrededores de Belfast no habían salido ni 8.600 unidades del coche, la DeLorean Motor Company se declaró en quiebra, aunque unos pocos cientos de unidades más fueron montados en los meses siguientes por los propios empleados de la factoría, contratados a tal fin por la empresa Consolidated International, aproximando el número final de vehículos producidos a los 9.000.

Todas las piezas no usadas serían finalmente trasladadas en 1983 a un almacén de Ohio, en Estados Unidos, desde donde una compañía local las vendía por correo a clientes y talleres, hasta que en 1987 se hizo cargo del 'stock' la nueva DeLorean Motor Company, radicada en Texas y que adquirió también los derechos de uso de la marca. Hasta hoy.

El nuevo DeLorean será eléctrico

Varios miles de aquellos DeLorean aún perviven, y tres de ellos tienen un protagonismo especial, pues son los únicos supervivientes de las seis unidades empleadas durante el rodaje de la famosa trilogía cinematográfica. La productora Universal Studios posee dos, mientras que un tercer coche, utilizado en la última entrega de la saga, está en manos privadas tras ser subastado en 2011. Y se cuenta, como curiosidad, que el sonido del motor que se escuchaba en varias secuencias no correspondía realmente al V6 del DeLorean, sino al V8 de un Porsche 928, más poderoso.

Pero el nuevo DeLorean, anunciado para el próximo mes de agosto, no sonará ni a seis cilindros ni a ocho cilindros, porque ya no equipará motor de gasolina, sino una mecánica eléctrica sobre la que nada se sabe todavía. De hecho, la nueva DMC solo ha acompañado el comunicado oficial, en el que confirman la llegada de un nuevo DeLorean, con una fotografía que muestra parcialmente la vista trasera de su futuro deportivo, cuyo diseño será completamente diferente al del DMC-12 original.

placeholder Por ahora es lo único que conocemos oficialmente del futuro DeLorean.
Por ahora es lo único que conocemos oficialmente del futuro DeLorean.

Una segunda etapa de DeLorean que se empezó a gestar en realidad hace bastante tiempo, exactamente en 1995, cuando el empresario británico Stephen Wynne creó un taller en Houston (Texas) dedicado a reparar los DeLorean, una especializada tarea que tuvo su recompensa financiera y permitió a Wynne incrementar el tamaño de la compañía, que se trasladó a una nueva sede en Humble, también en Texas. Además, Wynne compró los derechos de la marca DeLorean, creó la nueva DeLorean Motor Company y preparó un proyecto para fabricar réplicas del mítico DMC-12 a un ritmo de 50 unidades anuales durante los siguientes seis años, un plan que no pudo llevar a la práctica por problemas en el desarrollo de los coches.

Sin embargo, DMC reorientó su actividad y optó finalmente por crear un coche completamente nuevo, y esta vez eléctrico. El resultado podrá verse el 18 de agosto con ocasión del Concurso de Elegancia de Peeble Beach, en California, donde será desvelado este nuevo deportivo y por fin conoceremos su nombre. Sí se sabe que lo que veremos será realmente un ‘concept car’, no el modelo definitivo, y que su diseño es obra de Italdesign, como el modelo de 1982. Fuentes próximas al proyecto dan por seguro que el coche respetará ciertas señas de identidad del icónico cupé, como las puertas ‘gullwing’ de alas de gaviota, las lamas dispuestas sobre la luneta posterior o el nombre 'DeLorean' grabado en el lado derecho del paragolpes trasero.

Muchos creyeron en su día que aquel futurista deportivo con puertas de ala de gaviota era realmente un prototipo creado especialmente para las películas de la saga de ‘Regreso al futuro’. Pero el coche con el que Marty McFly (Michael J. Fox) y su amigo Doc (Christopher Lloyd) viajaban a través del tiempo en las tres cintas de ciencia ficción dirigidas por Robert Zemeckis era un vehículo que existía de verdad, en concreto el DeLorean DMC-12 fabricado por DeLorean Motor Company (DMC) entre 1981 y 1982, pocos años antes de que se estrenara la primera entrega de ‘Back to the future’ (1985) con tanto éxito de público (recaudó más de 380 millones de dólares en todo el mundo en los primeros meses) y de crítica (el American Film Institute la incluyó en 2008 entre las 10 mejores películas de ciencia ficción de la historia) que sus productores, entre los que se encontraba un tal Steven Spielberg, vieron claro rápidamente que había lugar para una segunda parte, estrenada en 1989, e incluso una tercera, de 1990.

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