BMW nos lleva al año 2040 de la mano de su prototipo eléctrico i Vision Circular

El Salón Internacional del Automóvil de Munich está dejando muchos modelos interesantes de muchas compañías punteras, y ya que hemos hablado de algunas de las novedades que se han presentado en dicho evento, parece de lo más comprensible analizar qué es lo más interesante que ha llevado una marca como BMW... que tiene su sede precisamente en Munich. Pues bien, la firma bávara se ha llevado cinco vehículos a la feria, desde motos eléctricas hasta bicicletas. Pero el punto culminante de sus novedades llegó al mostrar el futurista BMW i Vision Circular, un prototipo que parece muy lejano a lo que se ofrece ahora, pues supone un adelanto de cómo será un BMW compacto del año 2040.

El vehículo de cuatro plazas es totalmente eléctrico y ofrece un interior de lo más amplio en una longitud tan comedida como son los 4 metros que mide. Además, este modelo simboliza el ambicioso plan que tiene la firma alemana de convertirse en el fabricante más sostenible del mundo en el sector de la movilidad individual premium. Y es que el objetivo principal que persiguen es lograr la neutralidad climática mediante una reducción de las emisiones de CO2 que genera el vehículo durante todo su ciclo de vida. Para ello, además de la electrificación de la gama de modelos y el paso a la energía renovable para su fabricación, la compañía se centra especialmente en los principios de la economía circular y en el uso de los materiales secundarios, ya que para lograr obtenerlos no se tiene que pasar un proceso tan perjudicial para el medioambiente, y la cantidad de carbono que se precisa es bastante menor en comparación con lo que supondría extraer y fabricar un material primario. De hecho, a día de hoy, los vehículos de BMW Group se fabrican con una media de casi un 30% de material reciclado y reutilizado, aunque la idea ‘primero lo secundario’ que manejan tiene como fin aumentar de manera gradual dicha cifra de materiales sostenibles hasta el 50%.

Lujo con sabor ecológico

Para crear y construir el i Vision Circular, BMW ha tenido muy en cuenta la circularidad de inicio a fin, pues este modelo está repleto de ideas innovadoras para combinar sostenibilidad con estética, de manera que la imagen del coche sea nueva e inspiradora a partes iguales. El diseño circular del que hablan en la marca se puede resumir en cuatro principios: RE:PIENSA, RE:DUCE, RE:USA Y RE:CICLA. Aplicando el primero y el tercero, la firma ha logrado que el número de piezas se reduzca al máximo. Por ejemplo, en lugar de tener un borde cromado con barras, la parrilla con los riñones típicos se extiende por todo el ancho del frontal, uniéndose a los faros y la parrilla, que seguirá siendo la seña de identidad de la compañía. El logotipo, así como el nombre del modelo, se encuentran grabados con láser para evitar el uso de piezas adicionales. Tras la parrilla (es una pantalla) se agrupan los sensores de las funciones tecnológicas que nos tendrán cubiertas las espaldas en todo momento en cuestión de seguridad.

Las novedades externas no paran, pues además de gozar de unas superficies acristaladas que le otorgan un nivel de visibilidad magnífico, el i Vision Circular deja de lado la moldura cromada como marco para las ventanillas y en su lugar coloca una fina superficie digital que se extiende como si fuese un cinturón alrededor de la carrocería. Esto no solo es un elemento estético, sino que además es una superficie de visualización o de control, ya que puede utilizarse para mostrar información sobre el estado del vehículo o guiar a los usuarios hacia los tiradores de las puertas en lugares oscuros. Y hablando de las puertas, una vez toquemos el tirador, ambas se abrirán de manera opuesta, como si entrásemos en un Rolls-Royce Phantom (salvando las distancias), facilitando así el ingreso y salida de los usuarios, y presentando ante nosotros en toda su dimensión un habitáculo de lo más amplio.

La modernidad que rezuma es total, hasta el punto de que no tiene ni pintura para su exterior. En su lugar presenta una carrocería de aluminio secundario con un acabado en oro claro anodizado. Esto se completa con una colorida parte trasera que ha sido realizada en acero tratado térmicamente, lo cual le confiere un color Temper Blue Steel, que varía entre el púrpura y el azul.

La zona trasera, al igual que la delantera, se presenta de manera limpia y minimalista, con todas las superficies de visualización y las funciones de iluminación agrupadas de forma invisible en el portón trasero de cristal oscurecido, un poco como el del actual i3, aunque mucho más moderno, como es lógico. Cuando el coche está apagado, lo único que permanece visible es el logotipo bidimensional de BMW. Al encender el vehículo, se activan tanto los elementos luminosos funcionales como el gráfico de líneas de la ‘parrilla’ frontal, dotándolo así de su imagen definitiva.

Un salón como habitáculo

Una vez analizado el exterior, aunque podríamos estar hablando mucho más, toca entrar al habitáculo, lugar donde el i Vision Circular ha buscado crear un ambiente lujoso, pero empleando materiales y procesos de producción que denotan una manera de trabajar responsable con el entorno y sus recursos. Como ejemplo, para minimizar los recortes y cantidad de residuo que se genera al fabricar piezas, muchas están hechas a medida mediante procesos de impresión 3D, lo que además de abaratar procesos, crea un ‘modus operandi’ más ecológico.

La combinación de colores en el interior se compone de un tono topo con elementos grises y un verde menta claro que se utiliza para el suelo y los paneles laterales. Esto se complementa de manera excelente con el acabado topo/violeta de los asientos delanteros y traseros para crear un ambiente moderno y acogedor. Los asientos, por su parte, se han diseñado expresamente para que parezcan muebles, apoyados en una esbelta base monoposte que se ajusta hacia delante y hacia atrás.

En la zona delantera, el clásico panel de instrumentación se convierte en una interfaz de usuario de última generación, adoptando la forma de una estructura flotante en forma de V y que se proyecta hacia el interior del habitáculo. Esto también sirve como zona de interacción. Esto se ve complementado por una pantalla central... que no es pantalla central, ya que en vez de ver toda la información en dicha superficie, que encontraríamos hoy en día en cualquier coche, la veremos proyectada en el parabrisas delantero, en todo su ancho, llevando a una nueva dimensión el Head-up Display como lo presentó BMW por primera vez. Dicha información puede trasladarse directamente al campo de visión del usuario u ocultarse, según se quiera. Y siguiendo con la posición del conductor, lo primero que encontraría al subirse es un volante de lo más futurista, con un aro impreso en 3D a partir de material biológico y con la opción de polvo de madera que se muestra en las fotos como elemento para dar una sensación más cálida y natural. A esto se añade una posición centrada y poco convencional del radio vertical en bronce, lo que le confiere un toque moderno. Para manejar todo, el conductor dispone de unos 'pads' cerca de los pulgares que se activan cuando los dedos se mueven hacia ellos y que se manejan con los movimientos de los mismos.

Si nos pasamos a la zona trasera encontraremos un gran asiento corrido ligeramente elevado y que ofrece un espacio acogedor para dos personas, con unas almohadillas laterales acolchadas y amplias en proporciones. Y bajo los cojines de los reposacabezas es donde se encuentran los altavoces. Cada asiento tiene su propia zona de sonido, lo que significa que el contenido del audio es personalizado y puede disfrutarse en cualquier lugar del vehículo.

Estamos por tanto ante un modelo que cambia mucho la forma en la que entendemos ahora los coches, no solo en su imagen o su tecnología, sino también en la forma en la que se produce o los materiales con los que se hace.