Con el ID.Life, Volkswagen da nuevas pistas sobre el futuro 'Polo' eléctrico del 2025

Mucho se ha hablado de la siguiente generación de vehículos eléctricos del grupo Volkswagen, pertenecientes al segmento B del mercado (el de Seat Ibiza y Volkswagen Polo, entre otros) y que serán fabricados en España desde 2025 a partir de una nueva plataforma todavía por llegar, denominada MEB pequeña. Porque la MEB 'normal' es la usada ya por los Volkswagen ID.3 e ID.4, el Skoda Enyaq iV, los Audi Q4 e-tron y Q4 Sportback e-.tron, Cupra Born y varios modelos aún por llegar, pero en el consorcio germano necesitan mayor presencia entre los utilitarios eléctricos, al estilo de los Mini Cooper SE, Opel Corsa-e, Peugeot e-208 o Renault Zoe, mercado donde el paso de coches como el Seat Mii Electric, el Skoda e-Citigo iV o el Volkswagen e-Up! ha sido exitoso pero insuficiente comercialmente a causa de su limitada producción en Alemania.

Y es que muchos esperan una próxima explosión de ventas de modelos eléctricos, incluso en países menos proclives a ellos como el nuestro, y los gigantes del automóvil quieren estar listos para ello. El Grupo Volkswagen decidió empezar por arriba o por el medio, con modelos muy tecnológicos y relativamente caros (a veces decididamente caros, como los Audi e-tron), pero el siguiente paso es cuidar el flanco inferior, donde será protagonista esa nueva MEB pequeña, de la que derivarán en principio tres utilitarios: por un lado, y fabricados en la planta barcelonesa de Martorell, uno con marca Cupra (se confirma que ese nuevo eléctrico lanzado dentro de cuatro años tampoco pertenecerá a la gama Seat) y otro con la firma de Skoda; y por otro, producido en la factoría navarra de Landaben, el modelo de Volkswagen, al que podemos llamar 'Polo' eléctrico aunque todo apunta a que será bautizado ID.2.

En el IAA Mobility de Munich han podido verse avances de dos de esos tres vehículos, aunque restan aún cuatro años para la llegada de estos nuevos utilitarios y lo que vemos son meros bocetos en 3D, susceptibles de introducir aún muchos cambios estéticos. De uno, el Cupra UrbanRebel, hablábamos hace unos días, mientras que el segundo adelanto se llama ID.Life y debutaba en el stand de Volkswagen del evento muniqués como anticipo de lo que acabará siendo el ID.2 citado, destinado a salir de las cadenas de montaje navarras con destino a unos concesionarios donde podrá lucir precios a partir de 20.000 euros, una cifra anunciada por Ralf Brandstätter, CEO de la marca alemana, durante la presentación en el IAA del 'concept car'. “En la creación del ID.Life nos hemos centrado en las necesidades de los clientes más jóvenes; pues creemos que, más todavía de lo que es hoy, el coche del futuro será parte de la expresión personal y del estilo de vida de cada uno. El cliente del mañana no querrá simplemente ir del punto A al punto B, sino que estará más interesado en todas las experiencias que un coche pueda ofrecerle, y el ID.Life es nuestra respuesta", explicaba Brandstätter.

En su prototipo, los diseñadores han renunciado a los elementos decorativos, las piezas superfluas o una mezcla compleja de materiales. Es decir, parece que Volkswagen insiste en vincular sus eléctricos más accesibles a una cierta filosofía ecológica, minimalista y austera, como ocurre en modelos como el ID.3 ya a la venta. La subdivisión horizontal entre carrocería, superficies acristaladas y techo también contribuye a su aspecto purista, mientras que el techo desmontable hecho de material textil con cámara de aire reduce el peso del vehículo y permite disfrutar de la conducción al aire libre.

Y a diferencia de lo que ocurre con los Volkswagen ID ya conocidos, dotados de la plataforma MEB normal y que tienen tracción trasera, el ID.Life anuncia tracción delantera para su nueva plataforma MEB pequeña, con una batería de 57 kWh, que le permitiría homologar unos 400 kilómetros de autonomía media, y un motor de nada menos que 172 kW (234 CV), con el que aceleraría de 0 a 100 km/h en 6,9 segundos. Todo apunta, no obstante, a que los ID.2 que lleguen en 2025 ofrecerán valores de potencia más bajos; aunque no estaría mal, ya por fantasear, un ID.2 GTX con esos 234 CV como tope de gama deportivo.

Aunque si de algo presume el ID.Life es de sostenible, y está por ver cómo se traduce eso en el coche de serie del 2025. Se pone el máximo cuidado en la selección de los materiales y la pintura, y para el barniz transparente de la carrocería se emplean virutas de madera como colorante natural y un endurecedor de base biológica. El tejido de la cámara de aire para el techo y el capó frontal está compuesto al 100% de botellas de PET recicladas; y, en el habitáculo, la madera para el tablero de instrumentos y la zona de los asientos traseros se combina con tapizado Artvelours Eco. Además, el aceite orgánico, el caucho natural y la cáscara de arroz son algunas de las materias primas con las que se fabrican los ecológicos neumáticos del prototipo.