Así 'torturan' en Ford a su Transit eléctrica de cara a su lanzamiento en 2022

A comienzos del próximo año llegará a los concesionarios de Ford la E-Transit, una furgoneta cien por cien eléctrica que estará disponible con varios de tipos de carrocería (dos alturas de techo y tres distancias entre ejes a elegir), y volúmenes de transporte entre 9,5 y 15,1 metros cúbicos, siendo la capacidad de carga útil prevista de hasta 1.616 kilos en el caso de las furgonetas, y hasta 1.967 kilos para las versiones chasis-cabina. De hecho, el área de carga de la E-Transit es idéntico al de los modelos ya a la venta con motor diésel para facilitar la conversión y permitir a los usuarios de esta furgoneta reutilizar las estanterías y adaptaciones actuales en la futura variante eléctrica.

Mecánicamente el protagonismo es para su batería de 400 voltios y 67 kWh, con la que homologará autonomías sin emisiones de hasta 350 kilómetros apoyándose en soluciones que aumentan el alcance, como el modo Eco y el preacondicionamiento programado de la cabina. La Ford E-Transit, que según la firma del óvalo procurará costes de servicio un 40 por ciento inferiores a los de un modelo con motor diésel, podrá recargar su batería tanto en estaciones públicas (la red de FordPass se compondrá de 150.000 puntos en toda Europa a finales de 2021) como en enchufes domésticos o mediante el cargador opcional Ford Connected Wallbox, que repondrá toda la energía en unas 8 horas. Y gracias al sistema ProPower Onboard, el vehículo puede suministrar hasta 2,3 kW de energía a través de enchufes estándar para alimentar las conversiones, los equipos de la cabina y de la zona de carga, o herramientas como taladros, sierras, hidrolimpiadoras, ordenadores...

Y como Ford quiere que todo funcione a la perfección cuando llegue el momento de su lanzamiento en la primavera de 2022, se ultima su puesta a punto con lo que llaman 'test tortura', destinados a simular en pocas semanas una vida de uso intenso. En concreto, tres meses de pruebas despiadadas que reproduzcan 10 años o 240.000 kilómetros en las situaciones más exigentes, y para lo que se han utilizado instalaciones de la multinacional americana en Estados Unidos y Europa. Así, la E-Transit ha debido enfrentarse a la más dura conducción invernal en Michigan (EE.UU.), a la simulación de calor, frío y altitud extremos en la cámara de pruebas medioambientales de Ford en Colonia (Alemania), y a los gigantescos baches y superficies irregulares de las poistas del campo de pruebas de Lommel (Bélgica).

La cámara de pruebas medioambientales de Ford, por ejemplo, puede recrear condiciones similares a las del desierto del Sahara, pero también reproducir el gélido entorno invernal de Siberia. Bajo temperaturas y porcentajes de humedad tan dispares, los ingenieros refinaron el motor eléctrico y el confort del habitáculo para obtener rendimiento y eficiencia, llegando a someter a la E-Transit a más de 40 grados centígrados positivos durante dos semanas, utilizando 28 focos con bombillas de 4.000 vatios. Test exigente también para el paquete de baterías de la E-Transit, que cuenta con refrigeración líquida para un rendimiento óptimo incluso en lo veranos más tórridos.

Y la furgoneta eléctrica también tuvo que demostrar que podía funcionar a 35 grados bajo cero, o que cargada al máximo podía realizar la dura subida a por la carretera alpina del Grossglockner en Austria, una de las vías pavimentadas más altas de Europa con sus 2.500 metros. Asimismo, en el campo de pruebas de Lommel se llevaron a cabo miles de pasadas por carreteras bacheadas llenas de desniveles y guijarros, pavimentos empedrados, vías secundarias accidentadas y, por supuesto, caminos sin asfaltar que reproducían las condiciones de buena parte del planeta.

La fiabilidad del paquete de baterías, del motor eléctrico y de la exclusiva suspensión trasera de la E-Transit se probó a conciencia conduciendo repetidamente a través de balsas con lodo y agua, y mediante chorros de agua salada se simuló el uso en carreteras bajo condiciones invernales para verificar la resistencia a la corrosión de los distintos componentes. Por último, el motor eléctrico fue sometido a un último test de validación en el que estuvo funcionando continuamente durante 125 días.

Concluido este intenso periodo de 'test tortura', desde finales de este verano las furgonetas E-Transit iniciarán la fase final de puesta a punto, esta vez en manos de clientes de sectores como los supermercados, los servicios públicos o el reparto de último tramo o 'Última Milla' en Alemania, Noruega y Reino Unido, lo que ayudará a Ford a mejorar aún más la experiencia de uso profesional relacionada con la productividad, la reducción del mantenimiento o las posibilidades ligadas a las nuevas tecnologías de conectividad. Los prototipos que participarán en dicha prueba, ensamblados en la planta para vehículos comerciales de Ford en Dunton, Reino Unido, incluirán variantes con carrocería furgoneta y chasis-cabina, y conversiones que van de las zonas de carga refrigeradas a las furgonetas de caja o con estanterías interiores.