Las berlinas triunfaron en España en los 90. Su declive tiene una explicación

Los gustos de los españoles han cambiado a la hora de comprar un coche. Durante décadas, las berlinas han tenido una enorme popularidad en nuestro país, entendiendo por berlina el formato clásico de automóvil con carrocería de tres volúmenes. Ahora, sin embargo, tienen una cuota de mercado residual, de hecho, la oferta de este tipo de vehículos se ha reducido drásticamente, hasta el punto de encontrarse al borde de la extinción.

La explicación es muy sencilla: es culpa de los SUV. Como los todocaminos se venden mucho mejor, los fabricantes están centrando sus esfuerzos en este tipo de coches y apenas apuestan por las berlinas de toda la vida; algunas marcas, directamente, hace tiempo que eliminaron este formato de su catálogo.

Basta con hacer un ejercicio rápido de memoria para entender cómo ha caído la popularidad de las berlinas. Si pensamos en los coches que se vendían en el año 2005 es fácil que nos vengan a la cabeza modelos como el Renault Laguna, el Ford Mondeo, el Citroën C5, el Peugeot 407, el Opel Vectra, el Toyota Avensis o el Saab 9-3. Todos esos coches eran berlinas superventas de marcas generalistas, pero también se vendían muy bien las berlinas de marcas premium, como los Aud A4 y A6, los BMW Serie 3 y Serie 5, los Mercedes-Benz Clase C y Clase E, el Jaguar X-Type o el Volvo S60.

Las carrocerías de tipo berlina estaban tan de moda que incluso la mayoría de compactos tenían una variante en formato sedán. Ese año, los dos modelos más vendidos en España fueron el Renault Mégane y el Ford Focus: ambos contaban con una versión berlina con carrocería de cuatro puertas.

También la tenían otros coches que se colaron en el Top 10 de ventas, como el Opel Astra y el Citroën C4, a los que se sumaban otras pequeñas berlinas derivadas de compactos que también se vieron mucho por nuestras ciudades y carreteras, como los Volkswagen Bora y Jetta derivados del Golf o el SEAT Toledo derivado del León. La oferta de berlinas, fueran del tipo que fuera, era simplemente enorme.

Un segmento en peligro de extinción

Si pensamos en las berlinas que se venden en estos momentos, no es que la lista sea mucho más corta, es que cuesta encontrar este tipo de coches y, desde luego, ninguna berlina tiene un ápice de la popularidad que tenía cualquiera de los modelos citados más arriba hace dos décadas. Según las cifras de matriculaciones de ANFAC con datos de enero a septiembre de 2025, el segmento de los coches de tamaño medio, es decir, el de las berlinas de tamaño medio, tiene una cuota de mercado del 0,1%, mientras que el segmento premium (berlinas grandes y de representación) únicamente llega al 0,8%, por lo que las berlinas, en general, tienen una cuota de mercado inferior al 1%.

De todos los coches que hay en la lista de los 10 modelos más vendidos en España, solo hay uno que tiene una variante sedán: el Toyota Corolla. Es el quinto coche más vendido en nuestro país en lo que llevamos de año, pero el grueso de sus ventas se reparte entre el hatcback (cinco puertas) y el Touring Sports (familiar), mientras que el sedán no atrae tanto a los clientes particulares y se vende prácticamente solo para ser VTC o taxi.

Poco a poco, los sedanes clásicos han ido desapareciendo de los concesionarios y hemos llegado a estas cifras de ventas tan pobres. Pero, ¿cuándo y por qué comenzó el declive de las berlinas? Pues bien, la respuesta es muy sencilla: en el año 2009.

Por primera vez, ese año se coló un SUV en el Top 10 de ventas del mercado español: el Nissan Qashqai. Hasta entonces, los SUV tenían una presencia testimonial, pero el modelo japonés lo cambió todo porque fue el primer SUV superventas y popularizó este formato de automóvil. A medida que las ventas del Qashqai seguían creciendo a lo largo de los primeros compases de la década de 2010, los fabricantes fueron ampliando sus catálogos con este tipo de coches.

Había varios motivos que llevaban (y llevan) a la gente a comprar un SUV: su diseño más robusto llama la atención, tienen un puesto de conducción más elevado, entrar al coche y bajarse es más sencillo por su mayor altura, suelen ser coches espaciosos y su mayor distancia libre al suelo se asocia a una mayor versatilidad porque permite pisar el campo de vez en cuando. Al mismo tiempo, la demanda de berlinas y monovolúmenes iba decayendo, por lo que las marcas empezaron a valorar seriamente si seguía mereciendo la pena desarrollar nuevas berlinas. Tomar una decisión era fácil, simplemente se trataba de una cuestión de oferta y demanda: la gente ya no quería comprar un Peugeot 407, un Nissan Primera o un Ford Mondeo. En su lugar, preferían un Peugeot 3008, un Nissan Qashqai o un Ford Kuga. Hasta la Guardia Civil dejó de moverse en Ford Mondeo o Renault Laguna para pasarse al Ford Kuga o el Renault Kadjar.

Así se explica la desaparición de la mayoría de berlinas que se vendían en España. Su hueco ha sido ocupado por una lista interminable de SUV de todos los segmentos.

Han pasado más de 15 años desde que el Nissan Qashqai puso patas arriba el mercado y, aunque hay quien todavía defiende que los SUV son una moda pasajera, la realidad es que llegaron para quedarse: en 2025, su cuota de mercado supera el 50%, lo que significa que la mayoría de coches que se venden en España son SUV.

Pese a todo, las berlinas no han muerto. De hecho, aunque siguen en horas bajas, están recuperando terreno (tímidamente) gracias a la electrificación. Veremos lo que les depara al futuro porque su aerodinámica es más eficiente que la de los SUV y el futuro del motor pasa por la autonomía.