Cosas para las que nadie te prepara cuando vas a pasar la ITV: “se me ha olvidado hasta conducir”

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Acudir a la Inspección Técnica de Vehículos (ITV) puede convertirse en una experiencia desconcertante, incluso para los conductores más experimentados. Aunque se trata de un trámite obligatorio, hay situaciones inesperadas y detalles técnicos que no siempre se explican con antelación, lo que provoca nerviosismo y errores que podrían evitarse fácilmente. La tensión que genera este control rutinario es tan real como frecuente, y va mucho más allá del estado del coche.

Uno de los momentos más estresantes se produce cuando el inspector solicita acciones aparentemente sencillas: activar luces, intermitentes o antinieblas. Muchos conductores confiesan sentirse desorientados ante estas instrucciones, como refleja con humor el creador de contenido (@alvarocasaress) en uno de sus vídeos de TikTok. “El colapso de mi cerebro cuando me dicen activa los intermitentes y pongo los limpias”, declara, mostrando un reflejo fiel de lo que viven miles de personas cada día en estas estaciones.

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Errores comunes y estrés innecesario

La ansiedad se intensifica cuando se deben realizar maniobras específicas dentro de las instalaciones. El miedo a caerse al foso de inspección o a no entender correctamente cómo girar el volante al paso por los rodillos genera inseguridad. Hay conductores que, ante la tensión, sienten que se les ha olvidado hasta cómo conducir en línea recta. Esta presión, unida a la sensación de juicio constante, hace que muchos describan la espera de la pegatina como uno de los tramos más incómodos del proceso.

Además, el momento de acelerar para comprobar los niveles de emisiones se percibe como un desafío técnico, y de gasto excesivo de combustible. Algunos piensan erróneamente que deben pisar a fondo el acelerador, lo que puede llevar a problemas mecánicos o interpretaciones equivocadas por parte del inspector. Aquí, la falta de información previa clara suele jugar en contra del propio usuario.

Frente a estas situaciones, la clave está en la educación vial práctica y en una mayor claridad en las indicaciones. Aunque existen manuales técnicos, pocos explican con un enfoque humano qué se va a pedir exactamente durante la ITV. Una preparación adecuada, no solo del vehículo, sino también del conductor, reduciría significativamente los errores y haría del proceso algo menos intimidante.