Alquila un Ferrari de 400.000 euros, recorre 500 kilómetros y pide un dineral por su rescate

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El alquiler de coches de lujo con fines fraudulentos no es una práctica nueva, pero el caso de este Ferrari F8 Tributo valorado en 400.000 euros ha captado la atención pública por su especial osadía, no solo donde ocurrió (Italia) sino a nivel internacional. El vehículo fue retirado de una agencia de alquiler de Bolonia y, tras un trayecto de casi 500 kilómetros, desapareció sin dejar rastro. El conductor, lejos de devolverlo, contactó con la empresa para pedir una cantidad de dinero a cambio.

Según ha revelado el diario italiano Corriere della Sera, el responsable, un hombre de 32 años originario de Apulia, exigió más de 30.000 euros para devolver el automóvil. Los hechos tuvieron lugar en septiembre de 2024 y dieron lugar a una investigación dirigida por el fiscal Davide Ercolani y los carabinieri de Rímini. La última localización del coche fue registrada por GPS en la ciudad de Cerignola, en la provincia de Foggia, antes de que se perdiera definitivamente la señal.

Extorsión, redes delictivas y medida cautelar

El intento de recuperar el vehículo incluyó una cita acordada en Foggia entre el extorsionador y un representante de la agencia de alquiler, que colaboraba con los carabinieri. Sin embargo, los investigadores constataron que no existía intención alguna de devolución, ya que en cada nuevo contacto se solicitaban pagos adicionales. Esta estrategia reveló que el vehículo ya no estaba bajo control del detenido.

La técnica se enmarca en una práctica cada vez más extendida en el sur de Italia, según profundiza Corriere della Sera en otro artículo adicional. Las organizaciones criminales de la zona de Foggia emplean contratos legales de alquiler para hacerse con coches de alta gama, que luego son entregados a centros de desmontaje o enviados fuera del país. Entre las marcas más afectadas están Mercedes, BMW, Range Rover y Lexus.

En este esquema, los denominados corrieri (como el hombre de 32 años investigado) alquilan los vehículos y los trasladan hasta localidades como Cerignola, donde son desmontados o revendidos. En ocasiones, incluso se presentan denuncias falsas de robo o se exige un rescate económico como maniobra de distracción. El objetivo: ganar tiempo antes de que se descubra el paradero real del coche robado.

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Como resultado del proceso judicial, la jueza Raffaella Ceccarelli dictó una orden de medida cautelar con obligación de residencia en el municipio de Pescara. El Ferrari, mientras tanto, sigue desaparecido. No se ha logrado su recuperación, ni se ha determinado si fue exportado, desmontado o almacenado en algún punto del país.

Este caso ha vuelto a poner en primer plano los riesgos que enfrentan las agencias de alquiler de vehículos de lujo, especialmente en contextos donde el uso indebido de identidades y contratos puede facilitar delitos de alto impacto económico. La investigación continúa abierta con la esperanza de identificar al resto de los implicados.