El aviso de la DGT sobre este "hábito peligroso" que puede provocar accidentes

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La Dirección General de Tráfico (DGT) ha emitido una advertencia sobre un factor de riesgo en la conducción que muchas veces pasa desapercibido. A través de su cuenta oficial en la red social X, el organismo ha recordado la importancia de revisar periódicamente la presión de los neumáticos para garantizar la estabilidad del vehículo y evitar accidentes.

En su mensaje, la DGT advierte que “no revisar periódicamente la presión del aire de los neumáticos -recomendable 1 vez al mes- entraña riesgos: una presión incorrecta altera la estabilidad del coche, la distancia de frenado y la propia frenada, y puede hacer que perdamos el control”. Esta falta de mantenimiento puede provocar situaciones de peligro en la carretera, ya que una presión inadecuada compromete la maniobrabilidad del coche y su capacidad de respuesta ante imprevistos.

El control de la presión de los neumáticos es esencial para la seguridad vial. Si la presión es inferior a la recomendada, los neumáticos pueden desgastarse de forma irregular, aumentar la resistencia a la rodadura y generar un mayor consumo de combustible. Además, existe un riesgo elevado de reventón debido al sobrecalentamiento del caucho. Por otro lado, un exceso de presión puede reducir la adherencia a la calzada, dificultando la frenada y aumentando la posibilidad de perder el control en curvas o pavimento resbaladizo.

Para minimizar estos riesgos, los expertos aconsejan comprobar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes y siempre antes de iniciar un viaje largo. Es recomendable realizar esta revisión con los neumáticos en frío, es decir, antes de recorrer largas distancias, ya que el calor generado por la fricción puede alterar la medición. También es importante verificar visualmente el estado del neumático y detectar posibles signos de desgaste o deformaciones.

Con esta advertencia, la DGT busca reforzar la cultura de mantenimiento preventivo entre los conductores. Un control periódico de la presión de los neumáticos no solo contribuye a una conducción más segura, sino que también mejora la eficiencia del vehículo y prolonga la vida útil de las ruedas, evitando gastos innecesarios en reparaciones o sustituciones prematuras.