No solo cuando bebes alcohol: así te afecta la resaca cuando conduces, según la DGT
Los efectos del alcohol en el cuerpo y en nuestras capacidades de conducción duran más de lo que te esperas, poniendo en riesgo tu vida y la de otros conductores
“Si bebes no conduzcas”. Todos recordamos el eslogan de la campaña de la Dirección General de Tráfico para reducir los accidentes en carretera causados por conducir ebrio. Pero realmente habría que añadirle una segunda parte: “si bebes no conduzcas, y tampoco al día siguiente”.
La DGT, en su cuenta de Twitter, conciencia a la población con buenas prácticas al volante y en esta ocasión ha recordado que es peligroso conducir después de beber alcohol, se multa si el conductor da 0,25 mg/l de tasa en aire respirado, aunque la única tasa realmente segura es 0,0 mg/l. No obstante, también recuerda que no se debe conducir si se padece resaca.
No solo unas horas después de consumir #alcohol.
— Dir. Gral. Tráfico (@DGTes) 11 de febrero de 2023
Al día siguiente sigues corriendo RIESGOS al volante por la RESACA 🤢😖.
Bebido o con resaca, no eres consciente del deterioro de tus capacidades.
Demasiado tiempo expuesto a sufrir #accidente ⚠️🍻🍷⚠️.#CeroRiesgos pic.twitter.com/7xtbn3Sd9F
Los efectos del alcohol, tanto el mismo día que se consume como al día siguiente, pueden provocar accidentes de tráfico a causa del deterioro de las capacidades al volante. La famosa y temible resaca puede durar todo un día entero, causando dolores de cabeza, sed, alteraciones del intestino, cambios en el estado de ánimo, alteraciones visuales y espaciales, menor capacidad de atención, náuseas y vómitos, temblores y fatiga y debilidad, entre otros.
Alteraciones causadas por la resaca
Las funciones neurológicas se ralentizan cuando tenemos resaca, y esto dura más de 16 horas. Las funciones hemodinámicas se ven incrementadas, haciendo que el corazón trabaje más deprisa. Incluso las funciones hormonales se ven afectadas, provocando que tengamos ganas de miccionar más a menudo y creando un estado de deshidratación peligroso.
Todavía podemos empeorar nuestro estado si bebemos más alcohol al día siguiente de la borrachera o si tenemos el estómago vacío (ya que el alcohol se absorbe con más rapidez). Si dormimos poco o mal por culpa de la resaca o por volver de fiesta tarde, nuestro estado de atención será nulo. Y si además somos bebedores no habituales, el alcohol tiene mayor efecto en nosotros.
En resumen, si sabemos que vamos a beber alcohol, no debemos conducir ni esa noche ni al día siguiente. Lo mejor para combatir la resaca es beber mucha agua, comer bien y descansar. Y, por supuesto, no conducir hasta pasado un día al menos.
“Si bebes no conduzcas”. Todos recordamos el eslogan de la campaña de la Dirección General de Tráfico para reducir los accidentes en carretera causados por conducir ebrio. Pero realmente habría que añadirle una segunda parte: “si bebes no conduzcas, y tampoco al día siguiente”.