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La Carretera de los Huesos, la peligrosa vía que ya ni el GPS se atreve a recomendarte
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MÁS DE 2.000 KM DE LONGITUD

La Carretera de los Huesos, la peligrosa vía que ya ni el GPS se atreve a recomendarte

Su terrible sobrenombre no solo se debe a los numerosos fallecimientos que suma, sino, sobre todo, a los presos políticos que murieron construyéndola en plena época estalinista

Foto: Imagen de la autopista de Kolimá. (CC/Wikimedia Commons)
Imagen de la autopista de Kolimá. (CC/Wikimedia Commons)

A lo largo y ancho del planeta existen numerosas carreteras calificadas como peligrosas. En algunos casos, el problema es el mal estado de su asfalto; en otros, las condiciones climatológicas que podemos encontrar en algunos puntos por los que discurre; en otros, la longitud de su trazado sin demasiadas zonas pobladas; a veces, los empinados barrancos por los que transita…, y, otras veces, se unen todos estos elementos: eso es lo que ocurre en la autopista de Kolimá, ubicada en plena Rusia, cuyo sobrenombre lo dice absolutamente todo: la Carretera de los Huesos.

Sin lugar a dudas, es una de las carreteras más impresionantes de todo el planeta. Con un total de 2.025 kilómetros de longitud, se encarga de unir Magadán con Yakutsk, en plena Siberia. Construida a mediados del siglo XX, en muchos casos se trata de la única vía de comunicación entre poblaciones perdidas en mitad de la nada y eso conlleva que no siempre las autoridades la mantengan en sus mejores condiciones. Por esa razón, no es una vía excesivamente utilizada, salvo por los lugareños y aquellos que la conocen bien.

Foto: El Storseisundet Bridge, una zona unica de Noruega. (CC/Wikimedia Commons)

Para recorrerla, es fundamental tener en cuenta una serie de condiciones. En primer lugar, contar con un coche adecuado a la vía, fundamentalmente un 4x4 que tenga suficiente capacidad de reacción para evitar hipotéticos problemas, como troncos en mitad de la carretera, agujeros de gran tamaño en el asfalto o placas de hielo y nieve que queden adheridas en la superficie. Además, los expertos recomiendan viajar pertrechados con importantes cantidades de gasolina y provisiones ante las escasas poblaciones que hay en la ruta y las kilométricas distancias que existen entre sí.

A pesar de ello, son escasos los conductores que se atreven a recorrerla de principio a fin, pues, en la mayoría de los casos, quienes la transitan son lugareños que se desplazan por espacios no superiores a los 150 kilómetros, al ser la única vía de comunicación por carretera entre poblaciones. Pero ¿por qué es conocida como la Carretera de los Huesos? Su origen y la manera en la que fue creada son la verdadera razón de su apodo, aunque no es menos cierto que muchos ciudadanos rusos la consideran maldita por esa razón y evitan utilizarla siempre que pueden.

La carretera comenzó a construirse en 1932. Una vez terminado el primer tramo, a finales de la década de los 30 del pasado siglo, comenzó a llevarse a cabo la segunda parte de la autopista, cuya creación finalizó en 1953. Como se puede ver por las fechas, la construcción de esta carretera de más de 2.000 kilómetros de longitud fue realizada en época estalinista, con lo que eso conlleva. O, dicho de otra manera, la faraónica obra para levantar una de las carreteras más largas del planeta fue llevada a cabo por los presos políticos que se oponían a la dictadura de Stalin.

Miles de muertos en su construcción

Las duras condiciones de trabajo, las jornadas interminables y el frío extremo, con temperaturas que en algunos puntos llegaban a los -60 °C, provocaban que los presos políticos fallecieran de manera habitual durante la construcción. De hecho, las autoridades confirman que la vida media de un 'trabajador' en esta zona no superaba el año, por lo que no hay que ser muy avezado para entender cuántos esclavos fueron necesarios para llevar a cabo su construcción y, por ende, el elevado número de fallecidos como consecuencia de la construcción de esta vía.

Esa es la razón exacta por lo que se conoce la zona como la Carretera de los Huesos, pues todas aquellas personas que fallecieron en su construcción acabaron bajo el asfalto: en unas ocasiones, enterrados en un pequeño rito por sus compañeros; en la mayoría de ellas, utilizados como material poroso en la conservación del piso. Sin embargo, no son los únicos fallecidos con los que cuenta esta carretera. Pues algunos valientes que se han atrevido a realizar la ruta completa no han sobrevivido para contarlo. El último caso, en enero de 2021.

Serguéi Ustinov y Vladislav Istomin habían viajado a Vladivostok para comprar un Toyota Chaser blanco de segunda mano por un precio muy bajo. Tras hacerse con el coche, los dos amigos de 18 años buscaron la ruta más directa en su navegador: mientras Google Maps les enviaba por la Autopista de Kolimá, el navegador ruso Yandex les ofrecía una ruta mucho más larga, con cientos de kilómetros más y con otras cuatro horas adicionales de duración. A pesar de saber que se trataba de la Carretera de los Huesos, creyeron ser capaces de recorrer sus más de 2.000 kilómetros en poco menos de 34 horas de viaje. Así, decidieron comenzar su aventura.

Sin embargo, salió mal: habían recorrido aproximadamente la mitad de su trayecto cuando el Toyota Chaser, tras sufrir un impacto en el radiador —posiblemente al chocar contra un tronco— se quedó varado en mitad de la carretera, a más de 50 kilómetros de distancia del punto poblado más cercano y, por supuesto, sin señal telefónica. Cuando las autoridades los descubrieron, la hipotermia había provocado el fallecimiento de Ustinov, mientras que Istomin apenas respiraba, si bien lograron salvarle tras llevarlo al hospital. Tal fue el impacto de la noticia que Google Maps tuvo que modificar la ruta para evitar recomendarla en trayectos similares. A día de hoy, la Carretera de los Huesos se sigue cobrando víctimas: por eso es considerada como la carretera más mortal del planeta.

A lo largo y ancho del planeta existen numerosas carreteras calificadas como peligrosas. En algunos casos, el problema es el mal estado de su asfalto; en otros, las condiciones climatológicas que podemos encontrar en algunos puntos por los que discurre; en otros, la longitud de su trazado sin demasiadas zonas pobladas; a veces, los empinados barrancos por los que transita…, y, otras veces, se unen todos estos elementos: eso es lo que ocurre en la autopista de Kolimá, ubicada en plena Rusia, cuyo sobrenombre lo dice absolutamente todo: la Carretera de los Huesos.

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