Lave el coche a presión, sobre todo los bajos, para evitar la corrosión por la sal

Cuando se consiga eliminar la nieve de las carreteras y calles y cuando se limpie completamente la sal de los árcenes, es muy importante hacer una limpieza en profundidad del coche y de los bajos. La sal y la salmuera, que evitan la formación del peligroso hielo, son un fuerte oxidante que reducirá la vida de nuestro coche y que puede poner en riesgo algunos elementos mecánicos importantes. Una limpieza a presión será imprescindible para todos los coches que hayan circulado por las calles y carreteras del centro peninsular.

Con la gran tormenta de nieve caída en buena parte del centro de España la pasada semana hemos aprendido muchas cosas todos. Detalles sobre cómo limpiar nuestro coche cuando está lleno de nieve por encima, cómo conducir en las mejores condiciones de seguridad sobre firme con nieve o hielo, o cómo funcionan las quitanieves que abren las carreteras para la circulación. Y sin duda uno de los elementos más destacados en estos días es la sal o la salmuera, su disolución en agua.

La sal o la salmuera (la mezcla de agua y sal) que la pasada semana se esparció por toneladas en las carreteras y calles del centro de España para reducir los riesgos en la conducción, supone una buena solución para evitar el hielo en las carreteras. Si el agua se congela a cero grados, cuando a ese agua o nieve le añadimos sal, se produce una mezcla frigorífica cuya temperatura de congelación se sitúa por debajo de los 10 grados bajo cero. Y con ello se evita el hielo, al menos hasta esa temperatura.

Por ello, es algo que se utiliza mucho en las carreteras españolas en invierno. Sin embargo, su uso está prohibido en muchos países del centro y norte de Europa, porque esa sal es muy contaminante para las plantas y el medioambiente. En su lugar se utiliza arena, que mejora el grado de adherencia, sobre todo en zonas concretas. Y para eliminarla se hace exactamente igual que con la sal en España, utilizar barredoras.

Además de este pequeño inconveniente, que tiene que ver con el medioambiente, el uso de la sal o salmuera tiene otro inconveniente importante. Y es que se lleva mal con el mantenimiento de los vehículos. En efecto, si circulamos durante unos días sobre un suelo con mucha nieve y sal esparcida, toda la estructura de nuestro coche, sobre todo los bajos del mismo, sufrirán mucho.

El problema de la sal es que puede dañar los coches, ya que este compuesto acelera la oxidación de los metales que forman parte de la estructura de los vehículos. Puede afectar a la pintura del coche, a la carrocería y otros elementos como las llantas, los frenos, los amortiguadores o incluso el tubo de escape.

Aunque los coches salen de fábrica con una imprimación de brea que protege los bajos, con el paso del tiempo, y el roce con los badenes y baches o las piedras, se va quitando esa capa protectora, lo que favorece que la sal esparcida por la carretera entre en contacto con la parte interior del vehículo.

La solución es lavar el coche a presión, incluyendo todo lo que se pueda de los bajos para evitar que quede sal acumulada en esas partes, lo que supondría una oxidación prematura del vehículo. Es un proceso similar al que sufren los vehículos en las zonas costeras, pero amplificado por la mayor concentración de sal.

Esa limpieza en profundidad hay que hacerla de forma rápida, en cuanto se quite toda la nieve de la carretera y se deje de usar la sal. Del buen lavado que le consigamos dar a nuestro coche dependerá la vida útil del mismo. Es aconsejable eliminar todo lo que se pueda de las suspensiones, las ruedas o los frenos, incluso girando las ruedas delanteras a un lado y otro para poder limpiar bien los amortiguadores, los soportes de la suspensión y los del motor.