La movilidad en 2050: coches compartidos y bajo demanda en carreteras inteligentes
El sector se enfrente a una transición cuyo objetivo es cumplir la Ley del Clima, que prohibirá la venta de vehiculos de combustión en 2040 y su circulación en 2050
Movilidad y sostenibilidad se han convertido en dos palabras clave para entender cómo se van a desplazar las personas a corto, medio y largo plazo. Ya sea en ciudades, o por todo un país, será capital que ese desplazamiento se realice de manera respetuosa con el medio ambiente. La Ley del Clima, a la que el Ejecutivo ya ha dado luz verde —y que pretende que España alcance la neutralidad de carbono en 2050—, fija, entre otros objetivos, el fin de la venta de los coches de combustión para 2040 y de su circulación una década más tarde.
¿A qué otros retos se enfrenta la movilidad a la hora de llevar a cabo esta transición con éxito y sin ocasionar perjuicios al ciudadano? El Confidencial y Jaguar Land Rover organizaron, en el marco de los eventos colaboradores del Diálogo Abierto de Movilidad, una mesa redonda en la que se debatieron estos y otros asuntos, y en la que participaron María José Rallo del Olmo, secretaria general de Transportes y Movilidad del Gobierno de España; Luis Antonio Ruiz, presidente y CEO de Jaguar Land Rover España; Carlos Bermúdez, mánager comercial de Movilidad Eléctrica de Repsol, y Elena Gil, directora de Producto y Operaciones de Negocio de IoT & Big Data de Telefónica.
España cuenta con más de 29 millones de vehículos que circulan por sus carreteras, según el último censo hecho público por la Dirección General de Tráfico, del que se desprende un gran problema: “Tenemos uno de los parques más antiguos de Europa, solo superado por Grecia y Portugal. Un coche de 15 años contamina como 10 recién matriculados”, lamentó Luis Antonio Ruiz desde Jaguar Land Rover España. El reto por delante es mayúsculo, tanto para fabricantes como para administraciones: “La gente no tiene dinero para comprar automóviles nuevos. Habrá que estudiar nuevas formas: que los viejos se 'achatarren' o que existan opciones que pasen por no comprar y desplazarse en alternativas que no contaminen”, añadió. El futuro, según Ruiz, pasa por un modelo “de menos coches, menos contaminantes, compartidos y conectados”.
Una de esas opciones pasa por el llamado 'carsharing', una plataforma que permite alquilar vehículos, generalmente de cero emisiones, por minutos, horas e incluso días, y que se pueden aparcar de manera gratuita en el centro de las grandes ciudades. Pero no es la única alternativa. Otra de ellas es el llamado transporte sin costuras, 'seamless transport' en inglés, “que permite resolver la movilidad de los usuarios sin necesidad de disponer de un coche”, ilustró la secretaria general de Transportes y Movilidad, María José Rallo del Olmo. La idea es que el usuario tenga a su disposición todo tipo de opciones para ir a cualquier destino de una manera fácil, sencilla y, sobre todo, sostenible.
Dentro de ese catálogo de opciones para moverse, Rallo del Olmo señaló algunas de las alternativas que estarán a disposición de la ciudadanía como, por ejemplo, el transporte a demanda. "El objetivo de este tipo de transporte es que los ciudadanos puedan enlazar servicios de movilidad hasta llegar a su destino deseado", explicó. Que esas alternativas sean digitales y que incluyan un solo pago por trayecto son algunas de las características esenciales.
Como también lo deberían ser las carreteras inteligentes, digitalizadas y capaces de lanzar mensajes al vehículo en carretera para que ese transporte sea más cómodo y seguro, sabiendo el usuario de antemano si existe un problema más adelante o si hay un vehículo parado. Para lograrlo, es necesario contar con tecnología capaz de “emitir datos acerca de obras, peajes u otros automóviles, combinando estadísticas de distintos medios para tomar decisiones inteligentes”, opinó Elena Gil, desde Telefónica.
El covid cambia las tendencias
Gil también señaló la importancia de algunos de los cambios repentinos que se han dado en los últimos meses a raíz de la pandemia: “Ha variado la actitud de los usuarios. El aumento del comercio electrónico y del ocio en casa ha reducido las horas punta y ha distribuido el tráfico. Cada vez importa más la última milla, los trayectos cortos. La transición a las nuevas maneras de moverse en la ciudad es un gran desafío, porque esas tendencias se van a quedar”.
Que la movilidad eléctrica no sea un fenómeno exclusivamente urbano, sino que permita la circulación entre diferentes puntos de la Península, es otro de los retos a los que se enfrentan tanto la Administración como el sector privado en los próximos años. Así lo expresó Carlos Bermúdez, desde Repsol: “Es fundamental y estratégica la ubicación de los puntos de carga. Los puntos de recarga públicos deben estar en corredores y zonas interurbanas que permitan la movilidad”. Para ello, es primordial adecuar la tecnología a cada uso, ya que las necesidades no son las mismas para una recarga en una autovía que para un entorno urbano poco poblado.
Cambiar el impuesto de circulación
Las tendencias se han acelerado y algunas de ellas han llegado para quedarse, en palabras de los ponentes. Pese a todo, el mercado español todavía se encuentra con problemas para acelerar la transición hacia vehículos más limpios. El Plan Moves 2020 aporta hasta 5.500 euros para la compra de un eléctrico si se envía al desguace un coche antiguo, pero son necesarias medidas más contundentes destinadas, sobre todo, a atajar la antigüedad del parque motor. “No se debe grabar el impuesto de circulación por cambiar de coche, sino por el uso que se le da. Debería pagar más el que circula con un automóvil que tiene 30 años, que el que viaja con uno nuevo. Además, se recaudaría mucho más”, opinó el presidente y CEO de Jaguar Land Rover España.
Que se mantengan las ayudas al coche eléctrico y al achatarramiento “ayudará” a progresar en esa transición, aunque, como recordó Bermúdez, este proceso se debe hacer de manera “inteligente y justa” para que tenga “el menor coste para el ciudadano”. En su opinión, los híbridos enchufables, “que con 50 o 60 kilómetros de autonomía cubren las necesidades del día a día”, son una buena alternativa ya disponible para todos los conductores.
Para coordinar todas las acciones de las comunidades autónomas y el Estado en este ámbito, el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, José Luis Ábalos, anunció el pasado mes de octubre la creación de un sistema nacional de movilidad. En este sentido, Rallo del Olmo resaltó que “al ciudadano le da igual quién lo coordine, lo que quiere es resolver sus necesidades”. Unas necesidades que van desde la modernización del transporte ferroviario en España hasta la digitalización y descarbonización de las carreteras y la peatonalización de las grandes ciudades. Los retos del sector ya están sobre la mesa. Por delante, un largo camino con el horizonte puesto en 2050.
Movilidad y sostenibilidad se han convertido en dos palabras clave para entender cómo se van a desplazar las personas a corto, medio y largo plazo. Ya sea en ciudades, o por todo un país, será capital que ese desplazamiento se realice de manera respetuosa con el medio ambiente. La Ley del Clima, a la que el Ejecutivo ya ha dado luz verde —y que pretende que España alcance la neutralidad de carbono en 2050—, fija, entre otros objetivos, el fin de la venta de los coches de combustión para 2040 y de su circulación una década más tarde.